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Viaje a la "Francia fea" que Macron quiere maquillar de verde
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Han quedado "obsoletos"

Viaje a la "Francia fea" que Macron quiere maquillar de verde

El Gobierno francés impulsa un plan para transformar las zonas comerciales de la periferia que considera "obsoletas", aunque muchos de sus clientes no piensan lo mismo

Foto: La Croix Blanche, creada en 1971 y situada a unos 30 kilómetros al sur de París. (E. B)
La Croix Blanche, creada en 1971 y situada a unos 30 kilómetros al sur de París. (E. B)
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Tiene poco más de 50 años y ya muestra rasgos de un lugar viejo y vetusto. Algunos consideran que se trata de un dinosaurio del consumismo, otros un lugar práctico para hacer la compra. La Croix Blanche, creada en 1971 y situada a unos 30 kilómetros al sur de París, representa la zona comercial más extensa de la región parisina. Es un ejemplo paradigmático de estos espacios en las periferias de las grandes ciudades que, según el Gobierno de Emmanuel Macron, han quedado "obsoletos".

Grandes parkings medio vacíos, paneles publicitarios que se suceden, algunos de ellos torcidos, adolescentes sentados al suelo ante la ausencia de bancos… Eran las cinco de la tarde y mientras uno se paseaba por la Croix Blanche, no tenía la sensación de que iba a sufrir el síndrome de Stendhal. Más bien lo contrario. Compuesto básicamente por grandes cubículos metálicos en forma de cajas de zapatos colocados unos al lado de otros, ese lugar no hace soñar. Quizás los únicos que se ilusionan allí son los que sacian un apetito específico: el de comprar en las tiendas de Decathlon, Aldi, Leroy Merlin, Fnac… La lista es casi interminable. Hasta 260 tiendas en 70 hectáreas de superficie comercial.

En Francia —país que mantiene una singular relación de je t’aime moi non plus con Estados Unidos—, esos espacios de tiendas en la periferia tuvieron un éxito vertiginoso. Cuenta con hasta 1.500 y ocupan una extensión cinco veces más grande que París. No obstante, el Ejecutivo centrista entiende que su modelo económico ha quedado estancado y que corren el riesgo de convertirse en lugares decadentes y medio abandonados, como ya sucede al otro lado del Atlántico. Para evitarlo, no apuesta por limitar su desarrollo en beneficio de los comercios en los centros urbanos, sino para embellecerlos. Quiere acabar con la conocida como la "Francia fea", según una expresión —con tintes algo clasistas— popularizada en 2010 por la revista cultural Télérama.

placeholder Carteles publicitarios en la Croix Blanche al sur de Francia. (E. B)
Carteles publicitarios en la Croix Blanche al sur de Francia. (E. B)

Una fase inicial en 74 municipios

"Nuestro objetivo es reinventar esos lugares para los próximos 60 años y convertirlos en zonas de vida", aseguró la ministra de Empresas, Olivia Grégoire, que lleva las riendas de esta curiosa medida. En concreto, el Gobierno quiere aportar a esos espacios "naturaleza, edificios sobrios e innovadores y que allí se mezclen tiendas, viviendas, servicios y actividades culturales y deportivas". Las autoridades indicaron a finales de marzo los 74 municipios en que experimentarán estas "transformaciones". La Croix Blanche se llevará una de las subvenciones más suculentas, de unos 675.000 euros.

También comunicaron las típicas imágenes prototipo llenas de verde. Por ejemplo, en una de ellas se concentraban las distintas tiendas en un único edificio de cristal y con terraza y construían un parque en el espacio liberado. En otra se reducía el tamaño de un párking para plantar árboles y se reconvertía una tienda en viviendas de madera. Estos cambios se inspiran del "urbanismo táctico" —el mismo concepto de la "ciudad de los 15 minutos"— y pretenden diversificar sus funciones.

Aunque este plan parte de una premisa interesante, ha generado suspicacias, tanto entre los expertos como aquellos que frecuentan con mayor asiduidad la "Francia fea". "El Gobierno no le dedica los medios necesarios", lamenta el geógrafo Nicolas Lebrun, en declaraciones a El Confidencial. Este profesor en la Universidad de Arras (norte de Francia) considera "insuficientes" los 26 millones previstos actualmente —para remodelar los centros urbanos destina unos 1.000 millones anuales—. "De momento, se trata solo de un ensayo", pero se basa "en un planteamiento demasiado caricaturesco", añade Lebrun, quien defiende que "el aspecto paisajístico no es el más importante, sino el tipo de transporte (coche privado o transporte público) en que se accede a esos lugares".

placeholder Carteles publicitarios frente a la carretera de La Croix Blanche. (E. B)
Carteles publicitarios frente a la carretera de La Croix Blanche. (E. B)

"No es estético, pero sí práctico"

"Hemos creado un problema que en realidad no existe para muchos ciudadanos", sostiene Fabrice Raffin, profesor en la Universidad de Picardie Jules-Verne y que llevó a cabo una investigación sociológica sobre esas áreas. "Son los políticos los que deciden lo que es feo y no lo es, a pesar de que la realidad sobre el terreno resulta más compleja", añade este experto. Y recuerda que "a muchos jóvenes no les gustan los centros urbanos antiguos" que ven "como feos e inseguros" y prefieren ir a zonas comerciales "que identifican con la modernidad".

"Quizás no se trata del lugar más bonito de Francia. Aunque no sea estético, sí que es muy práctico", afirma Gersende Bihoreau, de 20 años, sobre la Croix Blanche. Esta estudiante universitaria de Comercio, que vive en el departamento de Essonne (sur de la región de París), va más de una vez a la semana a esa área comercial. Junto con una amiga, eran de los pocos clientes de uno de los pocos bares del lugar.

"Hace 30 años aquí prácticamente solo había campos de hierba y en poco tiempo la construcción de esta zona cambió completamente este lugar", recordaba Karim, de 38 años, un conductor de autobús que tomaba un café con un amigo en esa misma cafetería, con una decoración tan moderna como impersonal. "Sin la Croix Blanche, aquí no habría ni puestos de trabajo ni nada", defendía. La creación de empleos y el aumento de ingresos para las municipalidades favoreció que en Francia las autoridades locales facilitaran la instalación de zonas comerciales. Sesenta años después de la aparición de los primeros hipermercados en el país vecino, este modelo muestra síntomas de un lento declive.

placeholder Dos jóvenes en la La Croix Blanche. (E. B)
Dos jóvenes en la La Croix Blanche. (E. B)

"Hay intereses inmobiliarios detrás"

"Hay una disonancia entre la tendencia de los últimos años de expandir esas zonas con los problemas para consumir —acentuados por la inflación— de una parte de la ciudadanía. Resulta frecuente ver tiendas cerradas al lado de otras abiertas", asegura Lebrun sobre estos espacios "decadentes" y que, según él, resultan sinónimos del pasado: "Están hechos para ir en coche privado y pasar todo el sábado por la tarde allí". "Dicen que este modelo se encuentra obsoleto, pero el 60% de las compras en Francia continúan haciéndose en esas zonas periféricas. Muchos de sus clientes no consideran para nada que este modelo esté acabado", matiza Raffin.

Imran, de 24 años y que trabaja en las oficinas de una constructora, va a menudo a comprar a la Croix Blanche. "Como es el único lugar abierto los domingos, siempre está lleno de gente ese día y cuesta aparcar", recordaba mientras con un grupo de amigos miraba ropa en un Decathlon. En una tienda deportiva al lado, Thomas, de 28 años y uno de los empleados, bajaba la persiana, pasadas las siete de la tarde. "Es cierto que no se trata de la zona más bonita, pero no me parece que esté obsoleta. De hecho, la están ampliando", afirma.

Este vendedor ve con buenos ojos si enverdecen ese lugar. "Así mucha gente no vendrá solo a comprar, sino también a pasear y pasar el domingo en familia", declaraba. En cambio, se mostraba más reticente ante la voluntad del Ejecutivo macronista de construir viviendas allí: "Creo que es mejor que estén separados. Por un lado, las zonas residenciales y, por el otro, las comerciales".

"No me parece nada descabellado pensar que hay intereses inmobiliarios detrás de este plan", afirma Lebrun. De hecho, el ministro de Vivienda, Guillaume Kasbarian, explicó que hay "el potencial" para "construir unas 25.000 viviendas" en centros comerciales. En el caso de aquellos situados en lugares menos dinámicos a nivel demográfico, las autoridades quieren reconvertirlos en edificios industriales. Detrás de la promesa pomposa de reinventar los shopping centers del siglo XXI, el Gobierno francés tiene objetivos más tangibles. Y que van más allá de la estética de la "Francia fea".

Tiene poco más de 50 años y ya muestra rasgos de un lugar viejo y vetusto. Algunos consideran que se trata de un dinosaurio del consumismo, otros un lugar práctico para hacer la compra. La Croix Blanche, creada en 1971 y situada a unos 30 kilómetros al sur de París, representa la zona comercial más extensa de la región parisina. Es un ejemplo paradigmático de estos espacios en las periferias de las grandes ciudades que, según el Gobierno de Emmanuel Macron, han quedado "obsoletos".

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