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Georgia ignora las protestas masivas y aprueba la polémica ley de agentes extranjeros
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la tercera votación de la Ley Rusa

Georgia ignora las protestas masivas y aprueba la polémica ley de agentes extranjeros

El Parlamento de Georgia aprobó este martes la polémica ley sobre la transparencia de la actividad de agentes extranjeros pese al rechazo de la oposición y de Occidente

Foto: Protestas en Tbilisi contra la Ley Rusa, el 13 de mayo. (EFE / David Mdzinarishvili)
Protestas en Tbilisi contra la Ley Rusa, el 13 de mayo. (EFE / David Mdzinarishvili)

A la tercera, podría ser la vencida. El Parlamento de Georgia ha aprobado este martes la polémica Ley Rusa después de la tercera votación necesaria para sacar el proyecto adelante. Para el partido gobernante, Georgian Dream, no han sido suficientes las manifestaciones masivas que han azotado las calles de Tbilisi desde hace semanas. Tampoco los llamamientos de la Unión Europea para que el Gobierno abandone la iniciativa que recuerda a la que aprobó el Kremlin en 2012 para reprimir a los grupos y organizaciones opositoras.

Los manifestantes han conseguido mantener la presión en las calles desde que Georgian Dream anunció su intención de aprobar la Ley Rusa, justo un año después de que lo intentaran por primera vez. En esa ocasión, las protestas lograron que el Ejecutivo abandonara (temporalmente) la idea. No ha sido así en este caso, aunque los georgianos no parecen estar dispuestos a volver a sus casas. "Tenemos previsto quedarnos aquí el tiempo que sea necesario", dijo un estudiante universitario que formaba parte de una marcha hacia el Parlamento.

Desde el pasado lunes, miles de personas se han congregado frente al edificio al coro de "No a la Ley Rusa", "Georgia" y mientras ondean banderas de la Unión Europea. El temor de los georgianos es que la aprobación del proyecto de ley les acerque más a Rusia y les aleje de sus planes para adherirse al bloque europeo. "El Gobierno no pensaba que la sociedad se consolidaría y se fortalecería tanto contra la Ley Rusa. Tampoco esperaban que perderían el poder en las calles y por eso están acosando a los manifestantes con gases lacrimógenos y cañones de agua. Es duro de ver pero también refleja la inhabilidad para parar las protestas", explicó Giorgi Pachuashvili, activista cofundador del movimiento Question Mark a favor de la integración del país en la UE, en una entrevista anterior con El Confidencial.

La tensión se notaba en las calles, pero también dentro del Parlamento. Durante la sesión para discutir la polémica de la Ley Rusa, estalló una pelea entre los diputados del partido gobernante y miembros de la oposición. La sesión parlamentaria fue interrumpida durante unas horas. Mientras, frente al edificio, aumentaron los enfrentamientos entre los manifestantes y los policías. "Me arrastraron unos 30 metros por la acera, golpeándome y pateándome todo el camino", dijo Ted Jonas, un abogado estadounidense georgiano que vive en el país, en una publicación en Facebook. "Terminé con la nariz sangrando, moretones por patadas o puños en la cabeza, la mandíbula, la cuenca del ojo derecho y algo en el izquierdo".

A pesar de la aprobación del proyecto de ley en el Parlamento, todavía no está claro que entre en vigor. La presidenta de Georgia, Salomé Zourabichvili, está en desacuerdo con el partido gobernante Sueño Georgiano y ha prometido vetar la ley. Sin embargo, Georgian Dream tiene suficientes escaños en el parlamento para anular dicho veto.

La UE ha estado en el punto de mira de la UE durante las últimas semanas. Además de mostrarse en contra de la Ley Rusa, condenaron la violencia de las autoridades contra los manifestantes. El lunes, el portavoz de la UE, Peter Stano, elogió el "impresionante compromiso" de los georgianos con la integración europea y pidió que se investiguen los actos de violencia denunciados. "Condenamos enérgicamente los actos de intimidación, amenazas y agresiones físicas contra los manifestantes, contra activistas de la sociedad civil, contra políticos y contra periodistas y trabajadores de los medios", dijo.

Además, reconoció que la legislación es "muy peligrosa para las ambiciones europeas de Georgia". "Las expectativas son muy claras: si se adopta esta legislación, será un grave obstáculo para Georgia en lo que respecta a [su] perspectiva europea", subrayó Stano. Tbilisi es un país candidato a la UE, pero las conversaciones de adhesión aún no han comenzado, a la espera de la adopción de una serie de reformas.

Por su parte, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, afirmó que los georgianos estaban demostrando su apego a la democracia y que el Gobierno debería prestar atención a "este claro mensaje". "Georgia se encuentra en una encrucijada. Debería mantener el rumbo en el camino hacia Europa", escribió en un comunicado.

"Una injerencia clara"

Mientras una gran parte de los ciudadanos de Georgia han mostrado su deseo de desvincularse políticamente de Rusia, el Kremlin sigue haciendo todo lo posible para no perder su influencia dentro de la exrepública soviética. Después de una nueva jornada de protestas masivas, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, denunció la injerencia exterior en Georgia que presuntamente trata de presionar al Parlamento.

"Constatamos el firme deseo de las autoridades georgianas de defender el país ante la injerencia clara en sus asuntos internos, tal y como hacen la inmensa mayoría de los países del mundo. Por otro lado, vemos una evidente injerencia exterior en los asuntos internos de Georgia", dijo en su rueda de prensa de este martes.

Peskov añadió que el Kremlin "escucha amenazas de sanciones en contra de Georgia, si aprueban determinada ley", en referencia al proyecto legislativo que la oposición georgiana tacha de Ley Rusa por sus similitudes con la 'ley de agentes extranjeros' existente en Rusia. "¿Qué es esto sino una injerencia directa en los asuntos internos de Georgia?", cuestionó.

La Ley Rusa fue bautizada de esta forma porque es prácticamente igual a la que fue aprobada por el Kremlin en 2012 para reprimir a los grupos de presión contra el Gobierno de Vladímir Putin. Según el proyecto, toda organización que reciba más del 20% de su financiación fuera del país deberá registrarse como "agente de los intereses de una potencia extranjera". Es, según sus críticos, una manera de intimidar y oprimir a la oposición.

A la tercera, podría ser la vencida. El Parlamento de Georgia ha aprobado este martes la polémica Ley Rusa después de la tercera votación necesaria para sacar el proyecto adelante. Para el partido gobernante, Georgian Dream, no han sido suficientes las manifestaciones masivas que han azotado las calles de Tbilisi desde hace semanas. Tampoco los llamamientos de la Unión Europea para que el Gobierno abandone la iniciativa que recuerda a la que aprobó el Kremlin en 2012 para reprimir a los grupos y organizaciones opositoras.

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