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Le Pen ofrece a Meloni formar un 'dream team' de extrema derecha en la Eurocámara
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Le Pen ofrece a Meloni formar un 'dream team' de extrema derecha en la Eurocámara

La líder de extrema derecha francesa ofrece a Meloni fusionar los dos grandes grupos ultras en la Eurocámara que le convertirían en la segunda fuerza de la institución

Foto: La primera ministra italiana, Giorgia Meloni. (EFE/Massimo Percossi)
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni. (EFE/Massimo Percossi)

En primavera de 2019, antes de las últimas elecciones europeas, un fantasma recorrió Bruselas. La extrema derecha, boyante en las encuestas, decidiera unirse en un único grupo en la siguiente Eurocámara. De cara a estas elecciones europeas de junio, cinco años después, se ha hablado mucho menos de esa posibilidad, con la atención puesta en el crecimiento general de las fuerzas ultraconservadoras y de extrema derecha. Ahora, el fantasma vuelve a recorrer la capital comunitaria.

Las cosas han cambiado rápidamente en los últimos días y todo ha ocurrido en la prensa italiana. Hace dos fines de semana, el 18 de mayo, en La Repubblica, el cabeza de lista del partido radical alemán Alternativa para Alemania (AfD), Maximilian Krah, declaró que no todas las personas que vistieron el uniforme de las SS nazis fueron criminales. Aquello provocó que Marine Le Pen, líder de facto del partido de extrema derecha Rassemblement National (RN), anunciara que rompía con AfD. Poco después lo hizo también la Lega de Matteo Salvini.

Ambos partidos, dos delegaciones importantes dentro del Parlamento Europeo, compartían grupo con AfD en la Eurocámara: el grupo de Identidad y Democracia (ID), la bancada más radical a la derecha del hemiciclo, más allá de los ultraconservadores de los Conservadores y Reformistas (ECR), donde se encuentran partidos como Vox, el Ley y Justicia (PiS) polaco o Fratelli d’Italia, el partido de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. El jueves la mesa de ID decidió expulsar a AfD del grupo. Las encuestas apuntaban a que ID peleaba con los liberales de Renew Europe por conseguir la tercera plaza en el próximo Parlamento Europeo antes de la expulsión de AfD, que se espera que logre entre 16 y 17 escaños en el próximo hemiciclo.

Este domingo, de vuelta en las páginas de un periódico italiano, esta vez el Corriere della Sera, Le Pen tendía la mano a Meloni y le proponía unirse en un único grupo dentro de la Eurocámara, fusionando el núcleo central de ECR e ID. Así, tendrían un enorme poder en los engranajes de la institución, lo que les podría permitir tener acceso a un buen número de vicepresidencias, puestos para dirigir negociaciones y presidencias de comisiones parlamentarias. "Este es el momento de unirnos, sería realmente útil. Si lo logramos, nos convertiremos en el segundo grupo del Parlamento Europeo. Creo que no debemos dejar pasar una oportunidad como esta", ha explicado Le Pen.

Foto: Maximilian Krah, el 24 de abril de 2024. (REUTERS / Fabrizio Bensch)

Meloni ya ha sido preguntada por la oferta de Le Pen y no ha cerrado la puerta al acuerdo. La primera ministra italiana se ha centrado en expresar su voluntad de crear una mayoría alternativa también en Europa, trasladando, a nivel europeo, su idea de una coalición de "centro-derecha", un término idéntico al que se utiliza en Italia para un Gobierno que en realidad es de ultraconservador o derechista, pero que ha adoptado ese título utilizado por Forza Italia, el partido fundado por el difunto Silvio Berlusconi, que forma parte del Partido Popular Europeo (PPE) y que ha sido uno de los principales agentes de la normalización de Meloni en Bruselas.

Ese es el otro factor que la primera ministra italiana tiene que medir. La líder de Fratelli d’Italia ha conseguido ser aceptada dentro de la cúpula de la Unión Europea, hasta el punto de que la semana pasada Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y candidata principal del PPE para reeditar el puesto, se abrió ya públicamente a una alianza con Meloni. "Es claramente proeuropea, ha sido muy clara contra Putin y es pro-Estado de derecho. Si se mantiene (así) ofrecemos trabajar juntos", explicó la alemana durante el debate electoral.

Foto: Meloni y Abascal en un evento en Roma. (EFE) Opinión
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Sin embargo, la fusión no sería para nada sencilla. Hay muchos sectores de ECR que no se sienten cómodos con partidos más radicales. De hecho, Fidesz, el partido del autoritario primer ministro húngaro Viktor Orbán, está encontrando el rechazo de algunos socios clave dentro de ECR que se oponen a su entrada en el grupo. "Fidesz no pertenece al Grupo ECR, y eso está completamente fuera de discusión para mí y para muchos de nosotros en el grupo", escribió en febrero en redes sociales Veronika Vrecionová, eurodiputada de ODS, el partido que está al frente del Gobierno en República Checa, y que se ha distanciado más de Fidesz a raíz de las posturas críticas de Orbán al apoyo de la UE a Ucrania.

La oportunidad electoral de Le Pen

Le Pen, como ocurre con Salvini, está identificada por su simpatía con el Kremlin, que ha desaparecido del discurso público tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania. De hecho, uno de los ejes que ha mantenido separados a ID y ECR es la beligerancia de los segundos ante Moscú, mientras los primeros han tenido históricamente buenas relaciones con el régimen de Vladímir Putin. Preguntada directamente por otro eurodiputado sobre si Ucrania es lo único que separa a ODS de Fidesz, Vrecionová respondió que no. También se ha expresado en contra de la entrada de Fidesz el primer ministro checo Petr Fiala. Mateusz Morawiecki, antiguo primer ministro de Polonia y peso pesado del PiS, también se ha mostrado favorable a la fusión, pero sabe que dentro de ECR hay voces discordantes.

Para Le Pen la jugada es interesante porque le permitiría trabajar en su propio proceso de normalización de cara a las presidenciales de 2027, cuando su partido, el RN, espera poder tener opciones reales de alcanzar el Elíseo, ya sin que Emmanuel Macron, actual presidente de la república, pueda presentarse a la reelección. Meloni, que en el pasado ha rechazado las comparaciones con Le Pen, incluso ya siendo primera ministra, tiene que mantener un delicado equilibrio. Para seguir siendo aceptada en la cúpula de la UE la líder de FdI necesita seguir siendo potable para un Macron cuya máxima enemiga es Le Pen, pero al mismo tiempo la primera ministra italiana no tiene demasiado interés en enemistarse con una persona que puede ser la siguiente presidenta de la república francesa.

Meloni es la jefa absoluta de ECR. El resto son importantes, pero solamente ella es imprescindible. La primera ministra italiana tiene un objetivo claro: hacer girar a la Unión Europea hacia posturas mucho más conservadoras. La pregunta principal en Bruselas es si la unión entre ECR e ID facilita o dificulta este trabajo. Esa será la clave para la líder de FdI.

En primavera de 2019, antes de las últimas elecciones europeas, un fantasma recorrió Bruselas. La extrema derecha, boyante en las encuestas, decidiera unirse en un único grupo en la siguiente Eurocámara. De cara a estas elecciones europeas de junio, cinco años después, se ha hablado mucho menos de esa posibilidad, con la atención puesta en el crecimiento general de las fuerzas ultraconservadoras y de extrema derecha. Ahora, el fantasma vuelve a recorrer la capital comunitaria.

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