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Habla el Gobierno isleño que busca separarse de París: "Francia va a tener muchos problemas"
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Entrevista con Mickael Forrest

Habla el Gobierno isleño que busca separarse de París: "Francia va a tener muchos problemas"

El vicepresidente segundo de Nueva Caledonia y partidario de su independencia de Francia habla con El Confidencial sobre la actual crisis en el archipiélago

Foto: Mickael Forrest. (Cedida)
Mickael Forrest. (Cedida)

La situación en Nueva Caledonia ha alcanzado un punto crítico. El territorio francés de ultramar, situado en el sur del océano Pacífico, ha sido escenario de violentos disturbios desde el 13 de mayo, dejando un saldo de seis muertos y decenas de heridos. Estos choques estallaron a raíz de una enmienda constitucional aprobada en el Parlamento francés para reformar el censo electoral neocaledonio, congelado desde 1998 como parte del Acuerdo de Numea. Este pacto, que lleva el nombre de la capital del territorio, preveía la celebración de tres referendos de independencia, realizados en 2018, 2020 y 2021. En todos ellos, se impuso el "No" a la separación de la metrópoli. Sin embargo, los independentistas canacos, la población indígena del archipiélago, consideran que la última votación no tiene validez por haberse celebrado durante la pandemia.

La reciente enmienda francesa busca ampliar el electorado a las personas nacidas en el territorio desde 1998 o que han residido allí durante al menos diez años, una medida que los grupos indígenas consideran una amenaza para su influencia política. Para entender mejor el punto de vista de los canacos, El Confidencial ha entrevistado a Mickael Forrest, vicepresidente segundo de Nueva Caledonia y una figura destacada del Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista (FLNKS), el principal partido independentista del archipiélago.

PREGUNTA: El presidente Emmanuel Macron acaba de anunciar que el estado de emergencia de 12 días decretado en Nueva Caledonia el pasado 15 de mayo no será prorrogado, por lo que, oficialmente, ha terminado. ¿Cuál es la situación actual en el territorio?

RESPUESTA: Seguimos ante un momento muy difícil a nivel político porque el gobierno de Emmanuel Macron no está respetando el Acuerdo de Numea. Estamos afrontando muchas dificultades a raíz del despliegue del ejército y las milicias francesas en Nueva Caledonia. Seguimos teniendo la esperanza de que, a través del diálogo, podamos encontrar una solución política que funcione para todos, pero el gobierno de Macron parece decidido a modificar la ley electoral y nosotros estamos en completo desacuerdo con ello.

Foto: Restos de un incendio provocado por los manifestantes en Nueva Caledonia. (Reuters/Lilou Garrido)

Por ello, estamos organizando contactos a todos los niveles, desde las tribus y pueblos de Nueva Caledonia hasta los gobiernos del Pacífico, las ONG, la sociedad civil… También acabo de regresar del Seminario Regional del Caribe sobre Descolonización, celebrado en Caracas por las Naciones Unidas, para informar a la comunidad internacional de que vamos a entrar en una fase política muy crítica.

P: La base del desacuerdo gira en torno al tercer referéndum de independencia celebrado en diciembre de 2021. El gobierno francés considera que tiene un valor definitivo y legal, pero el FLNKS rechaza los resultados por considerar que la participación fue insuficiente. En julio de 2021, usted concedió una entrevista en España en la que se mostraba de acuerdo con acudir a las urnas en la fecha señalada. ¿Por qué, entonces, el boicot?

R: El primer referéndum de independencia, celebrado en 2018, contó con una participación de más del 81% del electorado. En el segundo, en 2020, participaron más del 85% de los votantes inscritos. ¿Qué pasó en el 2021? Que la participación fue de apenas un 43%. ¿Estamos hablando de democracia o no? Es cierto que en el verano de 2021 nosotros habíamos decidido seguir adelante con el referéndum, pero la crisis del covid llegó en el mes de septiembre. Entonces comenzaron las enormes restricciones para desplazarse por Nueva Caledonia o para hacer campaña. Fue entonces cuando decidimos no un boicot, sino un llamado a no participar en la votación. Lo hicimos porque no considerábamos que las condiciones fueran las adecuadas. De hecho, nosotros llevamos una racha electoral positiva. Desde mayo de 2019, el bloque a favor de la independencia tiene más asientos en el Congreso que el de la oposición, con 25 frente a sus 24. En las elecciones municipales de marzo de 2020, obtuvimos la victoria en 23 municipios de un total de 33.

Lo que buscamos ahora es un diálogo que reconozca esta realidad y el derecho internacional. Porque desde 1986 la Asamblea General de la ONU reconoce a Nueva Caledonia como un territorio no autónomo cuyo pueblo no ha alcanzado todavía la plenitud del autogobierno. Francia tiene que respetar esto y el debido proceso de los acuerdos de Numea.

Foto: Una mujer de etnia kanak en una manifestación en Nueva Caledonia. (Reuters)

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La llegada del covid-19 a Nueva Caledonia fue tardía debido a su ubicación remota y a las estrictas medidas de control fronterizo implementadas rápidamente por el gobierno. Mientras el resto del mundo atravesaba la peor fase de la pandemia en 2020, el territorio del Pacífico había logrado mantener un bajo número de casos. Esto cambió en septiembre de 2021, cuando la rápida aparición y propagación de la variante delta provocó un brote crítico.

La crisis sanitaria provocó que el tercer referéndum fuera boicoteado por varios grupos independentistas, quienes consideraban que la excepcionalidad de la situación impedía un proceso justo. Argumentaban que la pandemia afectaba desproporcionadamente a las comunidades indígenas, que cuentan con menos acceso a recursos e instalaciones sanitarias. Pese a ello, Francia mantuvo la fecha de las urnas y el referéndum se saldó con un 96% de los votos en contra de la independencia, un margen muy diferente al de 2018 (56%) y 2020 (53%).

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P: ¿Qué medidas propone el Gobierno de Nueva Caledonia para resolver la actual crisis?

R: Hemos pedido al Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas la nominación de un enviado especial para Nueva Caledonia, similar a los que ya existen para Palestina o el Sáhara Occidental. Esto es necesario porque nuestra confianza en el Gobierno de Macron se ha roto por completo, dado que el Estado francés solo mira por sus intereses. También estamos aumentando nuestros esfuerzos diplomáticos en todo el mundo, como Europa, el Pacífico… Este mismo viernes viajaremos a Bruselas para reunirnos con delegaciones de países y buscar una solución negociada.

P: Lo que ustedes proponen es, en esencia, una internacionalización del proceso de independencia. Sin embargo, el Gobierno francés lo considera como un asunto estrictamente interno.

R: La visión del Gobierno francés es incompatible con el derecho internacional. En primer lugar, como ya mencioné, estamos en la lista de territorios a descolonizar de las Naciones Unidas. En segundo lugar, el Acuerdo de Numea establece que la ONU tiene la responsabilidad, hasta el final del proceso, de supervisar el progreso hacia la autodeterminación del territorio y garantizar que los referéndums se lleven a cabo de manera justa y transparente. No es una cuestión de divergencia de opinión.

"Macron solo está buscando una puerta para escapar temporalmente de esta situación"

P: Además de levantar el estado de emergencia, Macron ha propuesto un periodo de negociación entre independentistas y no independentistas en Nueva Caledonia para encontrar un acuerdo alternativo para el futuro del archipiélago. Este acuerdo también podría ser sometido a referéndum. ¿Qué opinan al respecto?

R: Opinamos que solo está buscando una puerta para escapar temporalmente de esta situación. Sabemos que Nueva Caledonia supone un problema más sobre su mesa justo cuando quiere centrarse en la organización de los Juegos Olímpicos de París y en las elecciones europeas. Pero ese es su problema. En Nueva Caledonia también nos enfrentamos a desafíos urgentes, incluyendo el del cambio climático, porque somos un archipiélago del Pacífico, y no un departamento de Francia en Europa.

P: No es ningún secreto que el Pacífico es una región con una importancia geopolítica cada vez mayor. ¿Cree que eso juega a su favor o que da más motivos a Francia para rechazar nuevos intentos de independencia tras el tercer referéndum?

R: Desde luego esa es parte de la visión de Macron y de su empeño. Para nosotros, China es nuestro primer socio comercial en lo que se refiere a nuestras exportaciones, uno que, por ejemplo, compra el 85% de nuestra producción de níquel. Así que vemos oportunidades a la hora de trabajar con China. También con Estados Unidos, con quien durante mucho tiempo apenas tuvimos relación, pero que en los últimos años ha invitado a la Casa Blanca en dos ocasiones distintas a nuestro jefe de Gobierno, desplegando la bandera de Kanaki (Nueva Caledonia) en ambos encuentros. La importancia geopolítica del Pacífico nos da una oportunidad para desarrollar una estrategia que ponga el interés de nuestros ciudadanos primero.

Foto: Maniobras militares de la armada taiwanesa. (EFE / Ritchie B. Tongo)

P: ¿Qué cree que ocurrirá si, en última instancia, el Gobierno francés se planta, sigue adelante con la reforma electoral y se niega a negociar cualquier vía hacia la independencia?

R: Que nosotros vamos a seguir resistiendo. Igual que hemos seguido resistiendo contra el cambio climático o el aumento del nivel del mar. Igual que hemos resistido durante décadas contra el Estado francés. Por supuesto, preferimos que sea mediante la vía del diálogo y la democracia, porque en 1988 decidimos abandonar toda lucha armada. Pero no hay duda de que Francia va a tener muchos problemas si sigue esa vía. Y nos referimos al Estado francés, porque el pueblo francés y el pueblo canaco son pueblos amigos.

La situación en Nueva Caledonia ha alcanzado un punto crítico. El territorio francés de ultramar, situado en el sur del océano Pacífico, ha sido escenario de violentos disturbios desde el 13 de mayo, dejando un saldo de seis muertos y decenas de heridos. Estos choques estallaron a raíz de una enmienda constitucional aprobada en el Parlamento francés para reformar el censo electoral neocaledonio, congelado desde 1998 como parte del Acuerdo de Numea. Este pacto, que lleva el nombre de la capital del territorio, preveía la celebración de tres referendos de independencia, realizados en 2018, 2020 y 2021. En todos ellos, se impuso el "No" a la separación de la metrópoli. Sin embargo, los independentistas canacos, la población indígena del archipiélago, consideran que la última votación no tiene validez por haberse celebrado durante la pandemia.

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