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Registros policiales en Bruselas por un caso de "interferencia rusa" en la Eurocámara
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Tras el Qatargate, llega el nuevo Rusiagate

Registros policiales en Bruselas por un caso de "interferencia rusa" en la Eurocámara

La fiscalía belga investiga una red de pagos por parte de una plataforma de propaganda prorrusa para extender mensajes favorables al Kremlin en la Eurocámara

Foto: La Policía belga, durante un registro en el Parlamento Europeo. (Europa Press/Laurie Dieffembacq)
La Policía belga, durante un registro en el Parlamento Europeo. (Europa Press/Laurie Dieffembacq)

Un año y medio después de las redadas policiales que dieron paso a lo que se conoció como el “Qatargate”, el escándalo de corrupción de pagos por parte de Qatar y Marruecos a eurodiputados, otra redada policial vuelve a poner el foco en la interferencia extranjera en la Eurocámara. Este miércoles 29 de mayo, la policía ha hecho un registro policial en la vivienda de un empleado del Parlamento Europeo en Schaerbeek, uno de los barrios de Bruselas, además de en su oficina en la sede de la institución europea en la capital comunitaria.

“Al mismo tiempo, en estrecha colaboración con Eurojust y las autoridades judiciales francesas, a petición del juez de instrucción belga, se llevó a cabo un registro en el despacho de este empleado en el Parlamento Europeo en Estrasburgo”, señala la fiscalía belga en un comunicado en el que explica que la investigación. Esta pesquisa, que comenzó en abril de 2024, estudia posibles vinculaciones entre Rusia y trabajadores y funcionarios europeos en un ejercicio de interferencia por parte de Moscú.

“Los registros son parte de un caso de interferencia, corrupción pasiva y pertenencia a una organización criminal y se relacionan con indicios de interferencia rusa, mediante la cual se contactó a miembros del Parlamento Europeo y se les pagó para promover propaganda rusa a través del sitio web de noticias Voz de Europa (Voice of Europe). Hay indicios de que el empleado del Parlamento Europeo en cuestión desempeñó un papel importante”, señala la fiscalía.

Voice of Europe es un medio de propaganda prorruso, que se identifica como “sin censura”, con sede en Praga, y que ya está sujeto a sanciones de la Unión Europea, así como dos personas vinculadas a él: Viktor Medvedchuk y Artem Marchevsky. El primero es un abogado ucraniano cercano al Kremlin que se incluyó en un intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia ya comenzada la invasión rusa del territorio ucraniano. Ya en abril, el periódico checo Denik N, así como la cabecera alemana Der Spiegel, publicaron que Petr Bystron, un diputado del Bundestag para la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y también candidato a las elecciones europeas, había recibido pagos provenientes de la cabecera con base en Praga. Bystron negó por completo la acusación.

Foto: Maximilian Krah, el 24 de abril de 2024. (REUTERS / Fabrizio Bensch)

No se saben más datos sobre la persona que cuya vivienda y oficina han sido registradas, pero la prensa alemana apunta a que se trata de un antiguo asistente de Maximilian Krah, el candidato de AfD que ya se vio envuelto recientemente en otro escándalo, cuando las autoridades alemanas y belgas registraron sus oficinas, acusando a uno de sus asistentes, Jian G, de haber espiado para China. El asistente trabajaría actualmente para un eurodiputado holandés, y formó parte del equipo de Krah después de haber sido expulsado del partido de Marine Le Pen por antisemitismo.

Desde finales de marzo, lleva acumulándose ruido de fondo alrededor de una posible red de pagos a eurodiputados para promover propaganda rusa. Las sanciones con Voice of Europe, impuestas primero por República Checa, pusieron definitivamente la lupa sobre el medio, con una acusación clara de parte del Gobierno checo de que se utilizaba también para pagos. “Esto confirma lo que sospechábamos: que el Kremlin está utilizando medios poco fiables, que se hacen pasar por medios de comunicación, usando dinero para comprar influencia encubierta”, llegó a explicar Vera Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea, de nacionalidad checa.

Un año y medio después de las redadas policiales que dieron paso a lo que se conoció como el “Qatargate”, el escándalo de corrupción de pagos por parte de Qatar y Marruecos a eurodiputados, otra redada policial vuelve a poner el foco en la interferencia extranjera en la Eurocámara. Este miércoles 29 de mayo, la policía ha hecho un registro policial en la vivienda de un empleado del Parlamento Europeo en Schaerbeek, uno de los barrios de Bruselas, además de en su oficina en la sede de la institución europea en la capital comunitaria.

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