Claudia Sheinbaum será la primera mujer presidenta de México con casi el 60% de los votos en las elecciones

Al son de mariachi, “canta y no llores”, trompeta y guitarrón, mezclado con música electrónica, han celebrado esta noche los más acérrimos seguidores del oficialismo mexicano la victoria de Claudia Sheinbaum en las urnas. La académica y exalcaldesa de la capital se convertirá en diciembre en la primera presidenta mujer de la historia del país.

Fue, eso sí, una fiesta mucho más comedida que en 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador le dio la vuelta a la tortilla de la política mexicana. La celebración en el Zócalo de Ciudad de México bajó revoluciones, porque la “cuarta revolución” ya no es novedad, pero la fortaleza electoral del ‘obradorismo’ sigue en sexta marcha en las urnas.

“Es el reconocimiento del pueblo de México a nuestro proyecto de nación y agradezco porque por primera vez en 200 años de historia de la República me convertiré en la primera mujer presidenta de México. No llego sola, llegamos todas, con nuestras heroínas que nos dieron patria, nuestras ancestras, madres, hijas y nietas”, señaló Sheinbaum pasada la medianoche en México, seis horas después del cierre de las urnas y cuatro después de que el Instituto Nacional Electoral (INE) pronosticara su victoria con entre un 58,3% y un 60,7% de los votos.

Si los resultados preliminares arrojados por el organismo electoral se confirman, el oficialismo habría mejorado los resultados de hace seis años y la oposición habría profundizado su hundimiento.

No debió bastar para la futura mandataria, que esperó a un segundo informe para salir al escenario, haciendo un ejercicio de mesura al que no acostumbra López Obrador y mostrando quizás un primer punto de cambio con respecto a la forma de hacer política.

Ese segundo boletín contenía los resultados del conteo rápido y le otorgó la victoria a Sheinbaum con entre un 58,3% y un 60,7% de los votos, superando por más de 30 puntos a la opositora Xóchitl Gálvez, abanderada de la coalición de los partidos tradicionalistas, que quedó en una horquilla de entre el 26,6% y el 28,6% de los votos, después de que los suyos, y ella misma, alentasen durante horas el fantasma del fraude.

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Aunque Gálvez se había proclamado ganadora de las elecciones poco después del cierre de las urnas, posición amplificada por los pesos pesados de su partido, finalmente reconoció la victoria de la oficialista. No obstante, afirmó que exigirá resultados y soluciones a los grandes problemas del país.

“Quiero enfatizar que mi reconocimiento viene acompañado de una firme exigencia de resultados y soluciones a los grandes problemas del país y del indispensable respeto a la constitución y a las instituciones democráticas”, señaló la representante de la Coalición Fuerza y Corazón por México.

Acompañada de los dirigentes de los partidos Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, y Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno, quienes impulsaron su candidatura, Gálvez advirtió que saldrá a las calles “las veces que haya que salir para defender la República y a la democracia”.

Fue Sheinbaum, en su discurso de victoria en la madrugada, quien anunció que Gálvez la había llamado unos minutos antes de subir al escenario para reconocer que había ganado.

“Su victoria es importantísima para el país, especialmente para mujeres como nosotras que hemos sido feministas y formado parte de los movimientos sociales y populares de Ciudad de México. Una mujer siempre gobierna de forma diferente y yo creo que ella hará mejor las cosas en muchos rubros”, decía en la celebración del Zócalo Giovana Ávalos, una joven autónoma de 31 años.

Ella cree que parte de rotundo triunfo de Sheinbaum se debe al descrédito de los partidos tradicionales. “Las campañas de la oposición siempre son negativas, y la gente ya se cansó de esa negatividad. No tenían proyecto bajo el cual convencer a la gente”, comenta.

De confirmarse los resultados, Gálvez habría conseguido un porcentaje menor que el que registró en 2018 la suma del panista Ricardo Anaya (22,2%) y el priista José Antonio Meade (16,4%). “Los ahora opositores daban miedo antes, en los 90, y ahora lo que dan es risa”, sentenciaba en el Zócalo Edgar Palomares, un empresario mexicano afincado en Texas, EEUU.

“El efecto de este gobierno se ha notado mucho. Tenemos familiares en México y a toda la familia le ha beneficiado los servicios sociales que tiene, las ayudas a la gente mayor y a los estudiantes que antes no tenían ese apoyo y a los que ahora les cambió la vida por completo”, señaló Rosario, la esposa de Edgar.

Paralelamente, el escrutinio avanza lento. Con casi el 94% de los votos contabilizados, Sheinbaum mantiene una amplia ventaja del 59,2% de los sufragios frente al 27,82% de su competidora Xóchitl Gálvez.

El Movimiento de Regeneración Nacional aspira a conseguir una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para poder reformar la Constitución

Queda, eso sí, por conocer la dimensión final de la victoria oficialista. Será clave, para ello, el resultado en el Congreso. El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) obradorista aspira a conseguir una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para poder reformar la Constitución a su antojo, un plan ya establecido sobre el que han alertado tanto la oposición como distintos analistas, que consideran podría aumentar el control morenista de la Justicia.

Sheinbaum: legado de López Obrador y retos

Uno de los primeros retos de Sheinbaum será precisamente librarse de la permanente imagen de López Obrador. La mexicana, de origen judío, tiene a su favor una larga lista de éxitos: ha compartido un Premio Nobel de la Paz, tiene un doctorado y se convirtió en la primera mujer en ser elegida como jefa de gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, muchos se preguntan, incluso sus votantes, si puede desvincularse de AMLO y gobernar sin él. "Existe la idea, porque muchos columnistas lo dicen, de que no tengo personalidad. Que el presidente Andrés Manuel López Obrador me diga qué hacer, que cuando llegue a la presidencia me va a estar llamando por teléfono todos los días", criticó Sheinbaum a principios de año.

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La candidatura de Sheinbaum ha estado espoleada por la marcha de la economía mexicana, que crece a un ritmo del 2,5% anual, mayor que la media latinoamericana, subida en la ola del nearshoring, la política de relocalización de empresas estadounidenses cerca de sus fronteras. El salario mínimo ha aumentado un 120% durante el sexenio, el ya exmandatario consiguió también sacar a millones de personas de la pobreza y el peso se ha revalorizado. Sin embargo, López Obrador también ha sido criticado por otras medidas como empoderar al Ejército o debilitar las instituciones democráticas de México.

Sheinbaum heredará una parte de las consecuencias de estas políticas, y muchos otros retos como el aumento de la migración, el endeudamiento de la compañía petrolera estatal o las consecuencias económicas si Donald Trump gana las elecciones estadounidenses y cumple con su amenaza de imponer aranceles. No obstante, la violencia será el mayor desafío para la presidenta de un país que ha llegado a sus niveles récord de asesinatos.

Las cifras de grupos y empresas independientes difieren de las del Gobierno mexicano. El grupo de investigación Data Cívica ha reportado 31 homicidios, Consultora Integralia ha reportado 34 y la consultora DataInt registró 38 en un informe publicado el 21 de mayo. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, reconoció la muerte de 22 candidatos durante el proceso electoral 2023-2024, de los cuales ocho víctimas fueron candidatos acreditados ante el Instituto Nacional Electoral (INE) o ante órganos electorales locales. Además, otros muchos han sido atacados y algunos han decidido dejar la contienda electoral por amenazas de muerte.

Por su parte, los críticos de López Obrador señalan que hay un riesgo de deterioro democrático, teniendo en cuenta, asimismo, que el, hasta diciembre, presidente, ha lanzado numerosas críticas a los organismos de control independientes, como el mismo INE, y ha llegado a proponer cierres de algunos de ellos.

Está por ver cuál es la postura de Sheinbaum al respecto, aunque por ahora la científica se ha plegado a todas y cada una de las políticas de López Obrador, salvo su visión de las energías renovables, que la futura presidenta favorecerá ante la preferencia del mandatario saliente por los combustibles fósiles.