Es noticia
El regreso de Farage, el 'hombre Brexit': ¿será su momento para cambiar la política de UK?
  1. Mundo
de cara a las elecciones del 4 julio

El regreso de Farage, el 'hombre Brexit': ¿será su momento para cambiar la política de UK?

Es una de las figuras más influyentes de la historia reciente de Reino Unido. Logró el Brexit y ahora podría llevar al Partido Conservador a la extinción

Foto: Nigel Farage, el 4 de junio de 2024. (DPA/James Manning)
Nigel Farage, el 4 de junio de 2024. (DPA/James Manning)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

No va a ganar las elecciones, ni tampoco va a ser el tipo que va a salvar a la nación. Para muchos británicos, siempre será una figura de odio. Es posible que su partido no gane siquiera ningún escaño. Pero, sin duda alguna, se ha convertido en el protagonista absoluto de la campaña electoral en Reino Unido y el hombre que podría llevar al Partido Conservador a la extinción.

Si el primer ministro Rishi Sunak pensó que adelantar la cita con las urnas podría pillar desprevenido a su mayor amenaza, ha fracasado. Nigel Farage —el protagonista del triunfo del Brexit, el enfant terrible de la política británica, el populista, el amigo íntimo de Donald Trump— ha vuelto. Si es que alguna vez llegó a irse del todo.

Su regreso tiene tremendas consecuencias en Westminster. Nunca ha conseguido un escaño. Pero eso no ha impedido convertirle en una de las figuras más influyentes de la historia reciente de Reino Unido. Su popularidad al frente del eurófobo UKIP al fin y al cabo, fue lo que llevó a los tories a convocar el referéndum que derivó en la salida de la UE.

En el mundo de Farage no hay reglas. Hace diez días rechazó presentarse a las elecciones generales del 4 de julio. Pero ahora ha cambiado de opinión. Será el nuevo líder del partido antiinmigración Reform UK — hasta ahora capitaneado por el multimillonario (y exdonante tory) Richard Tice— y luchará por conseguir un asiento en la Cámara de los Comunes por la circunscripción de Clacton, una ciudad turística del este de Inglaterra que votó abrumadoramente por el Brexit en 2016.

Foto: El líder laborista, Keir Starmer, junto al primer ministro conservador, Rishi Sunak, en el Parlamento británico. (Reuters/Hannah McKay)

Farage ha anunciado mil veces que deja la política. Y mil veces ha regresado con la misma promesa. Ofrecer a los votantes británicos patrióticos una alternativa real a la élite fallida. Es así como el hombre que amasó una fortuna en la City titula este martes su columna en el diario The Telegraph, biblia para los tories, donde cita el número clave: 2,5 millones. Son los inmigrantes ilegales, dice, que han entrado en Reino Unido en los últimos dos años. "Por eso es que estas son realmente las Elecciones de Inmigración", recalca.

Son muchos los votantes tories desencantados con un Partido Conservador al que ven demasiado liberal. Le acusan de subir demasiado los impuestos, de preocuparse demasiado por el medioambiente, pero ante todo de haber perdido el control de la inmigración. De ahí que el primer ministro Rishi Sunak haya aprobado el controvertido Plan Ruanda — de dudosa legalidad— para deportar al país africano a los solicitantes de asilo llegados por rutas irregulares. Y de ahí que ahora, con el regreso de Farage, se esté planteando anunciar la salida de Reino Unido de la Convención Europea de Derechos Humanos ante el atónito de los moderados del Gabinete. Fue el Tribunal de Estrasburgo el que paralizó la primera versión de la polémica normativa.

El miedo a la debacle

Sunak es consciente que sus posibilidades de ganar las próximas generales son prácticamente nulas. Con una ventaja de más de 20 puntos para la oposición laborista, todos los sondeos vaticinan el fin de la era para los tories tras 14 años en el poder. El complejo sistema electoral británico no favorece la entrada de nuevas formaciones en Westminster. Pero el auge de Reform UK puede llevar a los conservadores a la debacle más absoluta.

Las encuestas son ya de por sí devastadoras para el Partido Conservador, considerado la máquina electoral más efectiva de la historia del Reino Unido. Según la última encuesta de YouGov, los laboristas van camino de lograr una victoria mayor que la que Tony Blair cosechó en 1997. El pronóstico es que la oposición ganará 422 escaños (de los 650 en juego), reduciendo a los conservadores a 140 asientos. Otra encuesta de More in Common vaticina una mayoría laborista de 114, mientras que los conservadores descenderían a 180.

Foto: Dos granjeros en Peterstow, Ross-on-Wye, Reino Unido. (Reuters/Rebecca Naden)

La terrible posición de los conservadores se debe en parte al número de votantes que han perdido ante Reform UK. El 21% de los que votaron por los conservadores en 2019 dicen que ahora tienen la intención de votar por Farage, en comparación con el 3% de los votantes laboristas. El enfant terrible de la política británica sigue siendo una figura muy divisiva, pero aún mantiene una gran influencia personal entre sus fans y atrae un circo mediático dondequiera que vaya.

Debido al tan poco representativo sistema electoral británico, el líder populista no tiene garantizado el escaño. Ya pasó en 2015. El UKIP (el primer partido que fundó) consiguió convertirse en la tercera fuerza más votada, con el 12,6% del respaldo, desbancando a los liberal-demócratas, que sacaron un 7,9%. Pero mientras que estos últimos se hicieron con ocho diputados, los de Farage tan solo consiguieron uno. Y con todo, consiguió desestabilizar los pilares de Westminster.

El único escaño que tiene ahora Reform UK en la Cámara Baja es el de Lee Anderson. El que fuera presidente del Partido Conservador —suspendido en febrero tras de negarse a disculparse por sus polémicas afirmaciones de que los islamistas tenían "control" sobre el alcalde musulmán de Londres, Sadiq Khan— desertó de las filas tories para unirse al partido de Farage por lo que la humillación para Sunak fue doble.

En un principio, la carrera de Farage en el Partido Conservador era prometedora. "Apoyé Margaret Thatcher, creí en Ronald Reagan, creo en el libre mercado, en un gobierno pequeño, en el trabajo duro y en un sistema tributario que no castigue a los que les va bien en la vida", ha dicho en alguna ocasión. Pero cuando John Major firmó el tratado de Maastricht en 1992, vio aquello como una profunda traición.

La carrera de Farage en el Partido Conservador era prometedora, pero cuando Major firmó el tratado de Maastricht, lo vio como una traición

Fundó el UKIP y en las europeas de 2014 se hizo con 29 de los 73 asientos en juego, forzando a los conservadores a convocar el referéndum sobre la UE. En Bruselas era ya todo un showman. "Tiene usted el carisma de un andrajo mojado y la apariencia de un empleado de banca de baja categoría", dijo Herman Van Rompuy en pleno debate de 2010. Cuando le exigieron que se disculpara por sus comentarios, pidió su sincero perdón "a los empleados de banca por haberlos comparado" con el entonces presidente del Consejo Europeo.

Un concursante de 'Supervivientes'

Conseguida la salida del bloque, Farage fundó el Partido Brexit al considerar que el divorcio que se estaba negociando era una "estafa" por ser "demasiado suave". Y con la llegada de la pandemia fundó Reform UK en 2020, para oponerse al confinamiento, apoyado por su amigo Trump quien en uno de los actos de campaña para las presidenciales de Estados Unidos le invitó de manera improvisada a subir con él al escenario anunciándole como un tipo "tímido" y "nada controvertido". "Es un amigo mío del que muchos dicen que es el hombre más poderoso de Europa… Vamos Nigel… Sube aquí... No seas tímido", dijo. Tras el triunfo electoral del republicano en 2016, Farage fue el primer político que se reunió con él en la Torre Trump.

Según Freddy Gray, columnista de Spectator, otra biblia para los tories, pese a que los ingleses están acostumbrados a hablar con algo de superioridad sobre cómo Trump, un presentador del programa de televisión The Apprentice, acabó instalado en la Casa Blanca, "Reino Unido no es tan diferente". "Nuestra política y nuestra cultura a menudo parecen ser meros tributarios del gran delta del entretenimiento que son los Estados Unidos de América", recalca.

Foto: El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, habla durante el turno de preguntas al Primer Ministro, en la Cámara de los Comunes en Londres. (Reuters)

Farage participó en la edición de Supervivientes. El propio Boris Johnson adquirió gran popularidad en la pequeña pantalla antes de presentarse como alcalde de Londres. En este sentido, el columnista matiza que, pese a que se les puede considerar "populistas vulgares", "seríamos deshonestos si dijéramos que preferiríamos no verlos en un escenario de debate televisivo con Rishi Sunak y Keir Starmer". "Farage tuvo razón al comenzar su discurso señalando que las elecciones hasta el momento habían sido aburridas. No estamos siendo entretenidos. Su objetivo es cambiar eso y le estamos agradecidos", matiza.

En la era de los nuevos medios y de internet, el poder no surge de la política ni de la ley. Proviene de la fama y la capacidad de atraer audiencia. Farage no llegará a ser primer ministro de Reino Unido, pero a través de su influencia popular, obligará de nuevo a los grandes partidos a bailar bajo su batuta.

No va a ganar las elecciones, ni tampoco va a ser el tipo que va a salvar a la nación. Para muchos británicos, siempre será una figura de odio. Es posible que su partido no gane siquiera ningún escaño. Pero, sin duda alguna, se ha convertido en el protagonista absoluto de la campaña electoral en Reino Unido y el hombre que podría llevar al Partido Conservador a la extinción.

Reino Unido