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AfD gana escaños en el Parlamento Europeo, la ultraderecha aumenta... e Israel lo celebra
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AfD gana escaños en el Parlamento Europeo, la ultraderecha aumenta... e Israel lo celebra

"A mí me parece de muy mal gusto y una señal de que la brújula ética está descompensada que el Estado judío se alegre por el éxito de gente xenófoba y radical", dice una israelí de origen polaco

Foto: El recién nombrado diputado europeo Grzegorz Braun. (EFE/Marcin Obara)
El recién nombrado diputado europeo Grzegorz Braun. (EFE/Marcin Obara)
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“Después del Holocausto, se dibujaron dos grandes líneas de pensamiento: una que dice ‘esto no puede volver a pasar’ y otra que dice ‘esto no puede volver a pasarnos a nosotros’”, explica Yoel Schvartz, historiador especialista en el Holocausto. Son dos modos de mirar la vida tras la Shoá y las conclusiones que deja. En un caso, una lección particular y concerniente solo a los judíos; en la otra, una universal y válida para todos los seres humanos, bajo cualquier circunstancia y cualquier gobierno.

Y, a decir de Schvartz, hay toda una corriente en la derecha israelí cuyo punto de partida es ese: “Frente a nosotros hay solo nazis y terroristas que no consiguen su propósito de exterminarnos solo porque no tienen el poder para hacerlo, y hay que detenerlos a toda costa y sin escrúpulos”.

Desde hace más de ocho meses, Israel lleva a cabo en Gaza una campaña militar con un saldo de muerte y sufrimiento inconmensurable en la población civil palestina como reacción al peor ataque terrorista de la historia del país. Un conflicto que ha dominado los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo y que ha supuesto una erosión sin precedentes para la diplomacia israelí.

En medio de este contexto, la extrema derecha se ha hecho fuerte en Europa. Y la coalición de gobierno israelí más de derecha que ha habido nunca lo celebra.

Foto: Una delegación de Vox encabezada por Santiago Abascal ha visitado Israel. (EFE/Vox)

La brecha entre Israel... y el judío europeo

En vísperas de las elecciones europeas, Amir Tibon, el corresponsal diplomático del diario Haaretz, señaló que los funcionarios israelíes cruzaban los dedos para que los resultados hicieran más factible que las resoluciones contra Israel del Parlamento Europeo fueran rechazadas. También para que hubiera más obstáculos en el camino de las medidas propalestinas que promueven los partidos de izquierda.

La miopía israelí a la hora de elegir a sus amigos tal vez tenga también su correlato con la sobrevaloración del verdadero impacto de las declaraciones aprobadas en el Parlamento Europeo. O quizás sea una extrema sensibilidad a la crítica y halagos internacionales, vengan de quien vengan. “A mí me parece de muy mal gusto y una señal de que la brújula ética está descompensada, que el Estado judío se alegre por el éxito de gente xenófoba y radical como la francesa Marine Le Pen”, declara Amalia Katz, una israelí de origen polaco de 84 años. Los mismos políticos también se alegraron por el triunfo del holandés Geert Wilders e incluso de los representantes de Alternativa para Alemania (AfD), el partido de extrema derecha con un pasado neonazi.

Entre los ganadores de las elecciones europeas está también el político Grzegorz Braun, el parlamentario polaco que utilizó un extintor para apagar una vela en un candelabro de Jánuca el pasado mes de diciembre. Dijo que lo había hecho para “restaurar la normalidad y la armonía al poner fin al acto de la victoria de Satanás, del Talmud y la intolerancia".

Amigos hasta en el infierno (pero cada vez menos)

La reacción a los resultados de los comicios europeos llevó al jefe de la diplomacia israelí, Israel Katz, a publicar en medios sociales más mensajes muy poco diplomáticos, al igual que el ministro de Asuntos de la Diáspora, Amichai Chikli, y algún periodista, todos ellos se burlaban de los líderes europeos, como Pedro Sánchez o el primer ministro belga, Alexander de Croo, con el argumento de que “apoyar al terrorismo les ha restado votos”. En una lectura muy particular de los gestos de algunos gobiernos europeos de reconocer el Estado palestino.

Este es el panorama con respecto a algunos miembros de la derecha laica del gobierno israelí. El lado religioso del ejecutivo parece estar menos preocupado por la imagen del país en el exterior. Son los ministros Itamar Ben Gvir y Besalel Smotrich, cuya ideología de supremacía judía, si bien minoritaria en el país y hasta en el Gobierno, está marcando una impronta que es la que los líderes de ultraderecha europea admiran, según el historiador Shvartz.

Esta atracción mutua entre ambas derechas, la israelí y la europea, es un asunto de afinidad, más allá de lo coyuntural, explica Shvartz. “Esos partidos de extrema derecha ven en Israel a un modelo; un país que consigue poner en práctica un modelo supremacista, poner en jaque a la Corte Penal Internacional y, aun así, tener a su lado a Estados Unidos. Tienen a un Netanyahu que se vendía como un estadista de alto vuelo, algo que estos políticos europeos no conseguían”.

“Pero también está el mítico Israel militarista, el Israel imaginado de la derecha”, describe el historiador. “Y no olvidar el tema del antiislamismo. Estos políticos ven a Israel como la avanzada de la lucha contra el islam. Y como son todos antiislámicos, eso les gusta. Con sus matices, porque cada partido es distinto, pero este es un punto en común". Si bien Israel flirtea desde hace décadas con la derecha y la ultraderecha, a lo largo de su historia ha buscado el apoyo internacional sin contemplaciones, dice el historiador: “En los años 50 lo buscaba en los países del tercer mundo y África, en los 70 y 80 en dictaduras latinoamericanas y Suráfrica, y así”.

Los rabinos, preocupados

Y, sin embargo, es ineludible lo que a muchos judíos e israelíes deja perplejos: “Y es que estos son tipos que hace 80 años hubieran mandado felices a los judíos a los campos de concentración y hoy defienden an Israel”, señala Shvartz.

Varios líderes religiosos judíos en Europa se han mostrado muy preocupados por los resultados. El rabino Menachem Margolin, que preside la Asociación Judía Europea, advirtió al Jewish Cronicle que Europa se enfrenta a un “éxodo” debido al antisemitismo. “Realmente estamos muy preocupados por el futuro porque no tenemos la certeza de que los nuevos líderes estén comprometidos con el futuro de los judíos en Europa”.

Foto: El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz. (Reuters)

Continuó: “Hay algunos políticos de extrema derecha que apoyan el derecho de Israel a defenderse debido al islam radical, y entiendo por qué algunos judíos están realmente felices de verlos obtener el poder por lo que está pasando en Medio Oriente. Pero ser judío en Europa no se trata solo de islamismo. Debemos recordar que no compartimos exactamente los mismos valores que la extrema derecha. No tenemos ningún problema con los musulmanes, ni con los inmigrantes, ni con los extranjeros. A los que saltan de felicidad les pido que se calmen un poco. Tenemos que ser cautelosos”, advirtió.

En la misma línea, el rabino Pinchas Goldschmidt, presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos (CER), dijo: "No podemos ignorar el pasado oscuro o el presente controvertido de algunos de estos partidos de extrema derecha".

“Después del Holocausto, se dibujaron dos grandes líneas de pensamiento: una que dice ‘esto no puede volver a pasar’ y otra que dice ‘esto no puede volver a pasarnos a nosotros’”, explica Yoel Schvartz, historiador especialista en el Holocausto. Son dos modos de mirar la vida tras la Shoá y las conclusiones que deja. En un caso, una lección particular y concerniente solo a los judíos; en la otra, una universal y válida para todos los seres humanos, bajo cualquier circunstancia y cualquier gobierno.

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