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Las 72 horas más locas de la política francesa: Los Republicanos se ahorcan con el cordón sanitario
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Las 72 horas más locas de la política francesa: Los Republicanos se ahorcan con el cordón sanitario

El acuerdo secreto de Éric Ciotti, responsable de LR, con la extrema derecha provoca un incendio interno en la histórica formación conservadora en el inicio de la campaña de las elecciones legislativas

Foto: Eric Ciotti, el líder de Les Republicains (LR) que ha sido expulsado por su propio partido. (Reuters/Stephane Mahe)
Eric Ciotti, el líder de Les Republicains (LR) que ha sido expulsado por su propio partido. (Reuters/Stephane Mahe)
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Nadie como los franceses para escenificar un drama. Apenas un día después de que Éric Ciotti, el líder del partido de derecha clásica Los Republicanos (LR), anunciara su voluntad de formar una alianza con la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, su propia formación lo defenestró el miércoles por la tarde de forma espectacular. El pacto secreto y unilateral de Ciotti con el lepenismo ha incendiado la histórica —y decadente— formación de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy. La campaña de las legislativas anticipadas va camino de provocar una escisión en Los Republicanos, actualmente cuartos en los sondeos y que podrían tener un rol clave para decidir las mayorías absolutas en la nueva Asamblea Nacional.

Ante la amenaza de que lo destituyeran, Ciotti ordenó el miércoles por la mañana el cierre de la sede de Los Republicanos, en el distrito XV (sudeste) de París. Quería impedir el inminente golpe en su contra por parte de la directiva. “Tomé esta decisión tras las amenazas recibidas y los disturbios de ayer. Tengo que garantizar la seguridad del personal”, afirmó el presidente de la formación. A esas alturas, su partido le había prohibido el acceso a las redes sociales oficiales e incluso a su dirección de correo electrónico. Reunida en un distrito vecino de la capital, en un buró del Musée social, la cúpula de la formación se pronunció horas después de forma unánime: Ciotti debía abandonar su puesto tras haber mancillado los ideales republicanos.

“Soy el presidente del partido”, ha respondido, sin embargo, este jueves Ciotti ante una concentración de periodistas y cámaras. Hizo esas declaraciones mientras entraba en la sede de su partido. Como si fuera un día cualquiera de trabajo para el responsable (¿defenestrado?) de Los Republicanos. Él no solo contesta su destitución por parte de la dirección, sino que también ha presentado un recurso ante los tribunales. Considera que la reunión de la dirección del miércoles no tiene validez legal, ya que ese organismo solo puede ser convocado por el principal responsable de la formación, según los estatutos del partido. “Fue una imposición por la fuerza”, ha denunciado. Poco después, subía un vídeo a su cuenta de X (antes Twitter) en el que aparecía mirando desde la ventana de su despacho y sentándose en su escritorio, acompañado por una épica banda sonora.


Así ha empezado el tercer capítulo de este serial, que muestra cómo la realidad compite con la ficción de series como Baron Noir. Como era previsible, la respuesta de los pesos pesados del partido ha sido inmediata: organizarán una segunda reunión para revalidar la destitución de Ciotti. Hasta que se pronuncie la justicia, resulta difícil de decir cuál es la legitimidad de estas decisiones y cuál de los bandos tiene razón. Evidencian, en cualquier caso, que la derecha republicana se dirige hacia un punto de quiebre.

Más de 40 diputados de LR han condenado el acuerdo

¿Se quedará solo Ciotti en su alianza con el RN, o lo acompañarán un número consecuente de representantes y militantes del partido? Tras el anuncio de ese acuerdo el martes, la mayoría de los barones conservadores se opusieron a romper el cordón sanitario a la extrema derecha. Desde el presidente del Senado, Gérard Larcher, hasta la jefa del ejecutivo de la región de París, Valérie Pécresse, muchos de ellos han criticado con dureza el polémico “pacto”. “No aceptamos a los traidores ni los golpes de Estado”, dijo Pécresse sobre un Ciotti al que batió en las primarias de la derecha republicana, en diciembre de 2021.

Aunque quedó segundo en ese proceso interno para elegir al candidato para las presidenciales de 2022 de LR —esos comicios resultaron un fracaso para la formación, con menos del 5% de los votos—, Ciotti, de 58 años, fue la revelación de esas primarias. Este veterano diputado de los Alpes Marítimos (sudeste de Francia), que se reúne a menudo con Sarkozy, no destaca por su carisma, pero sí por encarnar una visión dura en temas de inseguridad, inmigración e islam.

Foto: Ilustración: S. Sisqués
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Enric Bonet. París Ilustración: Sofía Sisqués Gráficos: Miguel Ángel Gavilanes

También es conocido por su ambición y su anhelo para ejercer como ministro del Interior. Antes de llegar a un acuerdo con el lepenismo, intentó hacer lo mismo con el macronismo. “Hasta el domingo por la noche, mantenía una puerta abierta a un acuerdo de gobierno con Macron. Pero cuando vio el resultado de Jordan Bardella, llamó a la extrema derecha”, ha explicado uno de sus excolaboradores al diario local Nice-Matin.

Ciotti tiene previsto reunirse este jueves al mediodía con Jordan Bardella, la mano derecha de Le Pen y futurible primer ministro, según han indicado varios medios franceses. En esa comida probablemente culminarán su acuerdo. Este consistirá en que el sector ciottista de la derecha republicana dispondrá de unas 70 circunscripciones en que la extrema derecha no presentará a ningún candidato. Sin embargo, más de unos 40 diputados de Los Republicanos (de un total de 61) “ya han condenado este anuncio”, dijo el diputado Ian Boucard al diario Le Monde. Y tan solo una representante en la Cámara Baja, aparte del mismo Ciotti, lo ha defendido en público.

La falta de apoyos entre los diputados salientes disminuye el impacto de las negociaciones entre Ciotti y Bardella. Las legislativas en Francia se rigen por un sistema electoral a doble vuelta que reparte el territorio en 577 circunscripciones. En cada una de ellas, se disputa una especie de mini-presidenciales. Además del partido que se presenta, es igual de relevante la personalidad del candidato. Pese a su constante declive desde 2017, la principal baza de Los Republicanos resulta su implantación local. En los comicios del 30 de junio (primera vuelta) y el 7 de julio (segunda), aspiran a resistir y mantenerse como un grupo bisagra en la Asamblea, aunque quizás se dividirán en dos: los afines a Ciotti y el lepenismo y los que se oponen a ellos.

Foto: Le Pen y Zemmour, en un evento conjunto el 21 de febrero. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

El partido de Zemmour expulsa a la sobrina de Le Pen

“Aunque sus dirigentes hagan discursos vehementes y pongan el grito en el cielo, la realidad es que muchos de sus votantes ya se habían ido hacía tiempo hacia otras formaciones (el lepenismo y el macronismo)”, explica a El Confidencial la politóloga Virginie Martin, profesora en la Kedge Business School, sobre una derecha republicana que apenas obtuvo el 7% de los votos en las últimas legislativas y europeas. Más que una clásica alianza electoral, aquello que interesa a Le Pen es agrandar la hegemonía de RN en todo el espacio conservador y devorar electoralmente a la derecha republicana, así como el partido Reconquista, de Éric Zemmour.

De hecho, el lepenismo no pactará con los principales aliados de Vox en Francia, que también atraviesan turbulencias internas. Zemmour comunicó el miércoles la expulsión de su partido de Marion Maréchal, la sobrina de Le Pen y partidaria de un pacto entre RN y Reconquista. Tras su imponente victoria en las europeas —el 31,4% de los votos, el doble que la coalición del presidente Emmanuel Macron (14,6%)—, el lepenismo tiene el viento en popa de cara a las elecciones de este verano. Y estos intentos de alianzas básicamente le sirven para agrandar su electorado potencial.

Según los últimos sondeos, RN conseguiría el 31% de los votos en la primera vuelta, pero la seguiría de cerca la nueva coalición unitaria de la izquierda (28%), bautizada como “Frente Popular Ecológico y Social”. Aunque fue el mismo presidente quien decidió convocar estos comicios, el partido de Macron quedaría tercero (18%) y podría perder en la segunda vuelta hasta 100 diputados en la Asamblea, pasando de primera a tercera fuerza. Pese a todo el serial, Los Republicanos obtendría el 6,5%. Es decir, bajaría, pero no se hundiría.

“Han dado la espalda a la herencia de De Gaulle”

“No creo en el espíritu de la derrota”, aseguró Macron el miércoles en una rueda de prensa para justificar su polémica decisión de organizar estos comicios. En ella asistieron numerosos ministros, con rostro muy serio, casi de funeral. “La derecha ha dado la espalda a la herencia del general De Gaulle”, criticó Macron. El dirigente centrista —cada vez más anclado hacia la derecha— confía en sacar rédito de las tensiones internas en Los Republicanos, aunque representa un caladero de votos reducido. Sus principales propuestas en el inicio de la campaña van en esa dirección. Por ejemplo, la construcción de ocho reactores nucleares o la indexación de las pensiones de jubilación en función de la inflación.

“Desde el domingo por la noche (…) han caído las máscaras”, insistió Macron, quien también se mostró muy crítico con la nueva alianza unitaria de la izquierda. Aprovechándose de que los focos están puestos en Los Republicanos, la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos), el Partido Socialista, los verdes y los comunistas ya tienen avanzado su acuerdo de coalición en las 577 circunscripciones. Aunque, las negociaciones volvían a dificultarse este mismo jueves, finalmente los principales partidos de la izquierda política de Francia han sellado la conformación de una alianza en aras de hacer frente al auge de la extrema derecha y también desbancar al macronismo.

El partido de Jean-Luc Mélenchon (socioecologista radical) se mantendrá como fuerza dominante, pero ganará peso el Partido Socialista en una coalición más equilibrada que la de 2022, cuando el espacio progresista quedó segundo. Los primeros días de esta campaña apuntan a un duelo entre la extrema derecha y la izquierda. Y Le Pen parte como favorita, aunque podría quedar una Asamblea aún más difícil de gobernar que la actual. La realidad va camino de superar a la ficción.

Nadie como los franceses para escenificar un drama. Apenas un día después de que Éric Ciotti, el líder del partido de derecha clásica Los Republicanos (LR), anunciara su voluntad de formar una alianza con la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, su propia formación lo defenestró el miércoles por la tarde de forma espectacular. El pacto secreto y unilateral de Ciotti con el lepenismo ha incendiado la histórica —y decadente— formación de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy. La campaña de las legislativas anticipadas va camino de provocar una escisión en Los Republicanos, actualmente cuartos en los sondeos y que podrían tener un rol clave para decidir las mayorías absolutas en la nueva Asamblea Nacional.

Ante la amenaza de que lo destituyeran, Ciotti ordenó el miércoles por la mañana el cierre de la sede de Los Republicanos, en el distrito XV (sudeste) de París. Quería impedir el inminente golpe en su contra por parte de la directiva. “Tomé esta decisión tras las amenazas recibidas y los disturbios de ayer. Tengo que garantizar la seguridad del personal”, afirmó el presidente de la formación. A esas alturas, su partido le había prohibido el acceso a las redes sociales oficiales e incluso a su dirección de correo electrónico. Reunida en un distrito vecino de la capital, en un buró del Musée social, la cúpula de la formación se pronunció horas después de forma unánime: Ciotti debía abandonar su puesto tras haber mancillado los ideales republicanos.

“Soy el presidente del partido”, ha respondido, sin embargo, este jueves Ciotti ante una concentración de periodistas y cámaras. Hizo esas declaraciones mientras entraba en la sede de su partido. Como si fuera un día cualquiera de trabajo para el responsable (¿defenestrado?) de Los Republicanos. Él no solo contesta su destitución por parte de la dirección, sino que también ha presentado un recurso ante los tribunales. Considera que la reunión de la dirección del miércoles no tiene validez legal, ya que ese organismo solo puede ser convocado por el principal responsable de la formación, según los estatutos del partido. “Fue una imposición por la fuerza”, ha denunciado. Poco después, subía un vídeo a su cuenta de X (antes Twitter) en el que aparecía mirando desde la ventana de su despacho y sentándose en su escritorio, acompañado por una épica banda sonora.

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