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Una inyección de urgencia: el G7 acuerda 50.000 M para Ucrania usando activos rusos congelados
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Acuerdo tras mucha presión

Una inyección de urgencia: el G7 acuerda 50.000 M para Ucrania usando activos rusos congelados

Las economías del G7, junto con la Unión Europea, cierran un acuerdo político para usar los activos congelados rusos para ofrecer 50.000 millones de dólares de ayuda a Ucrania

Foto: Cumbre del G7 en Italia (EP/DPA/Michael Kappeler)
Cumbre del G7 en Italia (EP/DPA/Michael Kappeler)

El G7, la reunión de las principales economías globales, que se encuentran estos días en Puglia, al sur de Italia, ha cerrado un acuerdo para canalizar 50.000 millones de euros a Ucrania. Esta cuantía se llevará a cabo a través de un crédito cuyos intereses se irán pagando con los beneficios generados por los activos rusos que se han congelado a raíz de las sanciones impuestas por los socios occidentales de Kiev tras la invasión de Rusia a Ucrania en 2022. Una alta fuente comunitaria confía en que el acuerdo no se encuentre con ningún impedimento a nivel de los Veintisiete. "Hemos estado dos veces en el Coreper (reunión de embajadores representantes permanentes de los 27 ante la UE) antes de venir y la Comisión Europea produjo un documento explicando la lógica del acuerdo", ha señalado la fuente, confiando en que se podrá obtener el respaldo de todos los Estados miembros.

El objetivo de los aliados es ofrecer al Gobierno ucraniano una inyección rápida de fondos. Esto se produce en un momento en el que muchos de los actores principales atraviesan turbulencias políticas, con una crisis sin precedentes en Francia tras la victoria de la extrema derecha en las elecciones europeas y unas elecciones en Estados Unidos que generan mucha incertidumbre sobre el nivel de apoyo que la próxima administración americana puede seguir prestando a Ucrania.

La UE ya tenía un acuerdo para utilizar los activos congelados a Rusia para financiar el Fondo Europeo de Garantía para la Paz (EPF, por sus siglas en inglés), el mecanismo que los Veintisiete utilizan para financiar el envío de armas a Kiev. Sin embargo, este instrumento es lento. La idea es adelantar toda la ayuda posible a Ucrania para darle perspectivas y seguridad económica de cara al año 2025. Mientras que con el otro mecanismo había que esperar para obtener los beneficios generados por los activos rusos, después destinarlo al EPF y que finalmente llegaran las armas a Ucrania.

Con este nuevo plan la ayuda llegará mucho más rápido, ya que los activos congelados a Rusia no son totalmente necesarios para comenzar a actuar.

Foto: Destrucción en Borodyanka (Alicia Alamillos)

Durante días los negociadores de los líderes han estado intentando cerrar un acuerdo en Bari (Italia) con mucha tensión en el ambiente. Todos los implicados entendían que había que hacer una muestra de unidad y cerrar filas con Ucrania, por lo que el acuerdo era fundamental, pero al mismo tiempo existían muchas diferencias sobre los detalles de un crédito de este tipo. La presión ha sido enorme. El encuentro tiene tres socios europeos, Italia, Francia y Alemania, pero también están presentes, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. Los equipos de ambos han estado también implicados de lleno en las negociaciones. El papel europeo es fundamental porque la inmensa mayoría de los activos rusos congelados se encuentran en territorio comunitario, fundamentalmente en Bélgica.

Según fuentes europeas, el lado americano quería que la Unión, con los activos congelados en su territorio, ejerciera como garante de un crédito único por parte de Estados Unidos aprovechando los activos congelados, pero esta idea fue rechazada por los socios comunitarios. Así, la mecánica final de la ayuda a Ucrania es, al menos en teoría, sencilla. Los 50.000 millones a Ucrania estará formado por créditos que irán asumiendo los distintos actores hasta sumar esa cifra. Se irán pagando con los beneficios que generen los activos rusos congelados en Europa, que ascienden a unos 300.000 millones de euros.

Cada uno de los actores que participan son responsables de su propio tramo del crédito, de manera que si los activos congelados a Rusia no generan los beneficios esperados, deberán cubrir la diferencia a través de sus propios bolsillos. Washington y Bruselas han tenido opiniones diferentes en lo que se refiere a la cautela a la hora de utilizar estos activos rusos.

Fuentes comunitarias siempre han explicado que era fundamental que cualquier uso de los activos rusos se planteara con la perspectiva de que no se pueden sustraer y utilizar directamente para apoyar a Ucrania, porque esos activos siguen siendo propiedad de Rusia. Por ello se trabajó durante meses en la idea de impuestos especiales sobre sus beneficios.

El problema de que los activos rusos congelados jueguen un papel central en el crédito es que están inmovilizados porque están sujetos a sanciones de la Unión Europea. Estas medidas requieren la unanimidad de los Estados miembros, algo que no está por sentado. Hungría ha demostrado en varias ocasiones que está dispuesta a bloquear nuevas sanciones. Pero y si estos activos ya están sancionados, ¿cuál es el problema? El quid de la cuestión es que el régimen de sanciones de la Unión obliga a renovarlas cada seis meses. Por lo tanto, no puede garantizar que estas se vayan a estar renovando de manera inevitable en el futuro. De hecho, la administración americana ha presionado a la Comisión Europea para que estudiara si era posible extender estos plazos, pero Bruselas ha dejado claro a Washington que eso no era una opción.

Biden y Zelenski firman un acuerdo bilateral de seguridad

El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, firmaron este jueves en los márgenes de la cumbre del G7 un acuerdo bilateral de seguridad con una vigencia de 10 años que busca enviar una señal de fuerte respaldo a Ucrania, aunque podría ser deshecho por futuros líderes norteamericanos.

Biden y Zelenski estamparon sus firmas en el acuerdo delante de los medios de comunicación, sobre un atril azul con las banderas de Estados Unidos y Ucrania, y al concluir se dieron un apretón de manos.

El texto del pacto compromete a Estados Unidos a mantener consultas de alto nivel con Kiev en un plazo de 24 horas si Ucrania vuelve a ser atacada en el futuro para "determinar los próximos pasos y necesidades de defensa adicionales".

El G7, la reunión de las principales economías globales, que se encuentran estos días en Puglia, al sur de Italia, ha cerrado un acuerdo para canalizar 50.000 millones de euros a Ucrania. Esta cuantía se llevará a cabo a través de un crédito cuyos intereses se irán pagando con los beneficios generados por los activos rusos que se han congelado a raíz de las sanciones impuestas por los socios occidentales de Kiev tras la invasión de Rusia a Ucrania en 2022. Una alta fuente comunitaria confía en que el acuerdo no se encuentre con ningún impedimento a nivel de los Veintisiete. "Hemos estado dos veces en el Coreper (reunión de embajadores representantes permanentes de los 27 ante la UE) antes de venir y la Comisión Europea produjo un documento explicando la lógica del acuerdo", ha señalado la fuente, confiando en que se podrá obtener el respaldo de todos los Estados miembros.

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