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Dos años después de que Argelia suspendiese el comercio con España, Bruselas pasa a la acción
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El boicot ha provocado pérdidas millonarias

Dos años después de que Argelia suspendiese el comercio con España, Bruselas pasa a la acción

El ministro Albares pidió, en junio de 2022, la solidaridad de la UE tras la sanción comercial impuesta por Argel. El director general de Comercio de la Comisión anunció hace 16 meses que el castigo a España "sería levantado"

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. (Europa Press/Juanma Serrano)
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. (Europa Press/Juanma Serrano)

Dos años después de que Argelia suspendiese, en la práctica, el comercio con España por motivos políticos, la Comisión Europea se ha decidido, por fin, a tomar cartas en el asunto. Atiende así a una petición que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ya formuló en junio de 2022.

La Comisión Europea informó el viernes de que había “iniciado un procedimiento” para “abordar [con Argelia] las restricciones impuestas a las exportaciones e inversiones de la Unión Europea”. “Argelia no respeta sus compromisos de liberalización del comercio en virtud del Acuerdo de Asociación UE-Argelia” de 2005, recalca el texto.

Pese a que el comunicado de la Comisión no menciona a ningún país, concierne sobre todo a España, aunque otros Estados miembros también hayan resultado algo perjudicados. Las autoridades de Argelia, un país en el que el Estado tiene un peso enorme en la economía y en el comercio, suspendieron, el 8 de junio de 2022, las importaciones de productos españoles, al tiempo que las empresas quedaron excluidas de las licitaciones públicas. Solo le mantuvieron las exportaciones de gas a través del gasoducto Medgaz. El boicoteo argelino ha provocado pérdidas multimillonarias a las empresas españolas que exportaban a ese país, empezando por las del sector de la cerámica de Castellón.

La comercial fue la tercera reacción argelina al alineamiento, el 14 de marzo de 2022, del presidente Pedro Sánchez con la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. Sánchez envió ese día una carta al rey Mohamed VI apoyando su plan de autonomía para la antigua colonia española. El monarca la hizo parcialmente pública cuatro días después. El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, tomó previamente otras dos medidas, la retirada de su embajador en Madrid y suspensión del tratado de amistad entre ambos países suscrito en 2002.

Foto: Contenedores en el puerto de Argel. (EFE/EPA/STR)

Nada más conocerse las medidas de retorsión argelinas, el ministro Albares viajó a Bruselas para recabar la solidaridad de la UE, pero solo obtuvo buenas palabras. El alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell, y el vicepresidente encargado del comercio, firmaron Valdis Dombrovskis, firmaron entonces un comunicado conjunto.

La tibieza de la reacción comunitaria la explicó, tres meses después, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, durante su visita a Argel. “Consideramos que en las actuales circunstancias internacionales [invasión rusa de Ucrania] la cooperación energética es fundamental y vemos en Argelia un socio fiable, leal y comprometido (...)”, declaró. En resumen, la UE contaba con Argelia para sustituir, en parte, a Rusia como suministrador energético.

Foto: José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. (EFE/Hidalgo)

A las empresas españolas damnificadas se le dieron, eso sí, buenas palabras desde Bruselas y desde el Ministerio de Industria y Comercio. Denis Redonnet, director general adjunto de comercio en la Comisión, viajó, en febrero de 2023, a Castellón. Las medidas argelinas “son una coacción económica” y “nos comprometemos (...) a que sean levantadas y eliminadas”, declaró al El Periódico Mediterráneo.

Dieciséis meses después de esa visita, la Comisión Europea pasa a la acción y lo anuncia. Su iniciativa demuestra que el envío por Tebboune a Madrid, en diciembre de 2023, de un nuevo embajador, Abdelfetah Daghmoum, no ha significado la vuelta a la normalidad por parte argelina.

Prueba de esa tirantez en la relación bilateral, fue la cancelación en el último momento de la visita que debía efectuar, en febrero pasado, Albares a Argel. Fueron las autoridades del país anfitrión las que la aplazaron sine die porque el ministro español había exigido que durante su estancia no se abordase el conflicto del Sáhara Occidental ni que se mencionase en el comunicado final.

Foto: Argelia apunta ahora a Albares. (EFE/Stephanie Lecocq)

Ahora la Comisión quiere “entablar un diálogo constructivo con Argelia con vistas a eliminar restricciones en varios sectores del mercado que abarcan desde los productos agrícolas hasta los vehículos de motor”, señala el comunicado. Si en el comité de asociación UE-Argelia no se logra un acuerdo, Bruselas solicitará un arbitraje. Si Argel no lo acata, el acuerdo de asociación quedará suspendido. La UE es el primer socio comercial de Argelia y este país es, a la par con Noruega, el segundo exportador de gas a Europa.

Los argumentos de la diplomacia argelina fueron expuestos hace ya muchos meses por algunos de sus altos funcionarios. Sostenían que “el acuerdo de asociación con la UE no es meramente comercial” sino que tiene una dimensión política. Prevé un fortalecimiento del diálogo político y subraya la importancia del respeto del derecho internacional” de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, algo que Sánchez se saltó, según ellos. El presidente del Gobierno de la potencia que es administradora de iure del Sáhara Occidental incumplió la legalidad, insistían.

La diplomacia española ya empezó a llamar, hace dos años, a la puerta de la UE para recabar su solidaridad frente a Argelia. Hace casi seis años que Rabat cerró, sin comunicárselo previamente al Gobierno de España, la aduana comercial de Melilla, inaugurada a mediados del siglo XIX, y a día de hoy el Ministerio de Asuntos Exteriores no ha hecho gestiones en Bruselas para que Marruecos se atenga al tratado de asociación con la UE. Tampoco se ha quejado de la discriminación que padecieron los puertos españoles en beneficio de los franceses (Marsella y Sète) y de un italiano (Génova), los únicos autorizados por Rabat en 2021 para embarcar a inmigrantes marroquíes en Europa que regresaban de vacaciones a su país de origen.

Dos años después de que Argelia suspendiese, en la práctica, el comercio con España por motivos políticos, la Comisión Europea se ha decidido, por fin, a tomar cartas en el asunto. Atiende así a una petición que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ya formuló en junio de 2022.

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