Es noticia
¿Un ministro aliado con el Mossad?: el dolor de cabeza para nombrar gobierno en Países Bajos
  1. Mundo
En vilo el futuro político de Holanda

¿Un ministro aliado con el Mossad?: el dolor de cabeza para nombrar gobierno en Países Bajos

El proceso para formar gobierno en Holanda se está viendo truncado por los trapos sucios que acompañan a los candidatos propuestos por el ultraderechista Geert Wilders

Foto: El líder ultraderechista holandés Geert Wilders. (Reuters/Piroschka van de Wouw)
El líder ultraderechista holandés Geert Wilders. (Reuters/Piroschka van de Wouw)

Gidi Markuszower es "un riesgo para la integridad" de Holanda y tiene contactos con el Mossad. Reinette Klever considera el calentamiento global una "histeria climática". Marjolein Faber tiene claro que la ONU está implementando "una agenda de antisemitismo, terrorismo y reemplazo" de la raza blanca. Gom van Strien está involucrado en un caso de fraude con descubrimientos científicos de investigadores universitarios. Ronald Plasterk está acusado de hacerse millonario registrando como exclusiva una patente de una terapia para el cáncer, dejando de lado el oncólogo que la desarrolló. Y así, muchos de los candidatos a ministros en Países Bajos. Los trapos sucios de cada uno de los nombres que el ultraderechista neerlandés Geert Wilders ha puesto sobre la mesa desde que ganó las elecciones en noviembre están asfixiando el proceso de formación de un Gobierno en Holanda.

Estaba previsto que no iba a ser un camino de rosas para Wilders. Ni sus socios políticos se lo iban a poner fácil, ni mucho menos la prensa holandesa iba a ayudarle a poner a la derecha radical en el Gobierno holandés. Pero siempre puede ser aún peor de lo que parecía. Después de varios tira y afloja, en marzo los líderes de cada uno de los cuatro partidos renunciaron a asumir la jefatura del próximo Gobierno holandés, un sacrificio al poder para dejar fuera a Wilders como candidato a primer ministro. Habría sido, por lógica de números, lo "justo" (como dijo él) siendo el ganador de las elecciones de noviembre, pero si poner a su partido en el Gobierno le cuesta dar un paso atrás en su sueño de dirigir el país, Wilders se mostró dispuesto a ello. También eliminó de su lista de prioridades propuestas como sacar al país de la Unión Europea, cerrar las mezquitas y escuelas islámicas o prohibir el Corán.

El objetivo de sus socios, tres partidos más de derechas, es formar Gobierno con él sin que parezca que lo están formando con él. O, dicho de otro modo, acordar un Gobierno de derecha radical pintado de "tolerante". El pacto al que han llegado no es precisamente de centro, ni mucho menos de izquierdas. Wilders logró poner sobre el papel la promesa de sacar la política migratoria holandesa de las normativas europeas, conseguir una "excepción" que le permita vender al público que Holanda está siendo invadida por refugiados y que él solucionará todos los problemas del país frenando la inmigración y el asilo. Esto incluye grandes problemas del país como la falta de mano de obra frente a una gran oferta de empleo, la crisis de vivienda, los problemas en la educación, la sanidad, la policía, las emisiones de gases de nitrógeno en las granjas y el cambio climático.

Los cuatro partidos han elaborado un documento de 26 páginas con los puntos básicos en los que debería apoyarse el futuro Gobierno, pero será el primer ministro y su equipo quienes tengan que realmente elaborar cómo van a poner en marcha ese pacto. De momento, ya tienen al aspirante a primer ministro, Dick Schoof, un funcionario de carrera que ha ocupado cargos en lo más alto de la Administración, incluida la dirección de los servicios de inteligencia, de Extranjería y del departamento antiterrorista. Tiene 67 años, mucha experiencia en cuestiones de justicia, seguridad y asilo. Trabajó de cerca con Mark Rutte durante la tragedia del derribo del avión de Malaysia Airlines, el MH17, en 2014 en el este de Ucrania. Ha tenido trato con el poder, pero no cuenta con experiencia política de ningún tipo. Y eso lo evidenciaron los nervios de su primera rueda de prensa, en la que anunció que acepta la candidatura de primer ministro.

Foto: Geert Wilders (PVV) es el líder de la extrema derecha neerlandesa. (EFE/Phil Nijhuis)

El problema está ahora en elegir a los ministros que formarán el equipo de Schoof. Los partidos han acordado, ya que habrá 15 carteras. Cuatro de los ministros también serán viceprimeros ministros por cada partido político representado en el Gobierno.

Wilders ha conseguido su Ministerio de Migración y Asilo, y nombrar a quien lo dirija está siendo todo un dolor de cabeza. Su candidato favorito era Gidi Markuszower, un israelí al que los servicios secretos holandeses tienen fichado al menos desde 2010, cuando avisaron al propio Wilders de que era un "peligro para la integridad" de Holanda. Se le acusaba de tener contacto con el servicio secreto israelí, el Mossad. En ese entonces, esta fue una razón suficiente para que Wilders lo retirara de la lista electoral, pero volvió en 2017 porque esa información del pasado "ya no era un obstáculo" para que pueda ser diputado del PVV.

Un oscuro pasado

Pero la cosa ha ido aún más lejos cuando a principios de esta semana su nombre saltó a las noticias como el candidato a ministro de Migración y Asilo. Su pasado también incluye un interrogatorio policial por posesión de un arma de fuego sin licencia o claros vínculos con el partido de derecha israelí Likud. También acudió armado a la celebración del 60º aniversario del Estado de Israel en Ámsterdam y se presentó como "guardia de seguridad" de las sinagogas. Además, se volvieron a recordar todas sus declaraciones públicas, como cuando llamó "locos" a los jueces o cuando pidió llevar a los tribunales a los responsables de la política de inmigración porque cometen un "crimen" contra los holandeses. "La jungla de África viene en masa aquí. En poco tiempo, Holanda se parecerá más a Kabul, la capital afgana, o a Asmara, la capital de Eritrea", afirmó Markuszower sobre los solicitantes de asilo.

Todos los ministros tienen que pasar por un cribado para ver si son aptos para ese cargo. Markuszower no obtuvo luz verde. No está claro por qué motivo en concreto, pero la investigación que se suele hacer a los futuros ministros en Holanda incluye una revisión de los archivos existentes en el servicio de inteligencia AIVD. El contenido se transmite a la mesa de negociación de Gobierno y Wilders concluyó, a partir de eso, que esa candidatura era "insostenible". No transmitió más información y Markuszower tampoco explicó nada. "Todo esto se siente kafkiano, un terrorista promedio parece tener más derechos que un político con una opinión fuerte", dijo el diputado holandés. El Parlamento está pidiendo ahora explicaciones y detalles de esa investigación porque creen que, si no puede ser ministro, tampoco debería poder seguir siendo diputado.

Markuszower es el último fracaso de Wilders, pero no es el primero. De hecho, el primero fue Gom van Strien, un senador de la ultraderecha que Wilders había nombrado para tantear las opciones de formar gobierno en noviembre. El puesto le duró exactamente dos días a Van Strien. Ni siquiera tuvo tiempo de empezar a trabajar, cuando los medios holandeses sacaron a la luz que había sido denunciado el año pasado por soborno y fraude. Hasta 2009, Van Strien había sido director de Utrecht Holdings, la Oficina de Transferencia de Conocimiento de la Universidad de Utrecht y crea empresas para llevar los descubrimientos de la universidad al mercado. Los ingresos deberían beneficiar a la universidad y al hospital, pero según el periódico holandés NRC, parte del dinero acabó en manos de Van Strien y un amigo suyo a través de una construcción. Van Strien tuvo que renunciar al papel que le acababa de asignar Wilders y hace tres semanas, un equipo de investigación fiscal registró su casa y se llevó documentos probatorios.

Foto: Unos operarios quitan un cartel del líder del Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders, tras su victoria electoral. (EFE/Robin Utrecht)

También le salió rana su apuesta por el laborista Ronald Plasterk. Wilders lo quería como primer ministro de su Gobierno, pero los problemas que le acompañaron ni siquiera le permitieron anunciar esa candidatura de forma oficial. En cuanto se filtró su nombre, empezaron a salir a la luz los escándalos. Plasterk tiene una denuncia en Ámsterdam por delitos económicos y falsificación de documentos en relación con una empresa que fundó en 2018 bajo el nombre de Frame Therapeutics y vendió cuatro años después por 32 millones de euros a la empresa alemana cotizada en bolsa CureVac. Pero Plasterk también está involucrado en un asunto de patentes. Su antiguo empleador, el Hospital Universitario de Ámsterdam UMC, le está investigando por presuntamente haber declarado derechos exclusivos sobre la patente de una terapia contra el cáncer. Declaró ser el único inventor de la terapia, pero NRC reveló que, en realidad, el desarrollador es otro científico de la UMC, con quien trabajaba. Plasterk se habría apropiado del conocimiento científico financiado con dinero público para luego venderlo como propio.

Wilders se sigue esforzando por aportar cinco ministros al próximo Gobierno holandés. El proceso de entrevistas, investigación y negociación sigue en marcha. Ahora ha puesto a una nueva candidata sobre la mesa, Marjolein Faber, como nueva ministra de Migración y Asilo, y viceprimera ministra. Pero hasta su socia de Gobierno, la liberal Dilan Yesilgöz (VVD), admite que Faber "tampoco es una candidata exenta de controversia" por su "actitud y tono". Se pregunta si "eso encaja con el cargo" que debe asumir en el futuro. Faber es conocida por ser una línea dura en el área de Asilo y por usar, en 2020, la palabra "reemplazo" para hablar del efecto migratorio.

Foto: Geert Wilders (PVV) es el líder de la extrema derecha neerlandesa. (EFE/Phil Nijhuis)

"Ella (la ministra de Exteriores) prefiere invertir voluntariamente este año 484 millones en la red de sus amiguitos en Naciones Unidas. ¿Cómo se gasta ese dinero? No se puede controlar. Lo que sí se sabe es que se está implementando una agenda de antisemitismo, terrorismo y reemplazo", dijo Faber en 2020 durante un debate parlamentario. El "Gran Reemplazo" es una teoría de la conspiración de la extrema derecha que afirma que las élites blancas y católicas serán sustituidas por no europeos a través de la "inmigración masiva".

La política ultraderechista que pretende ocupar el Ministerio de Comercio Exteriores y Cooperación también está en el centro de las críticas por sus numerosas afirmaciones populistas. Siempre ha defendido eliminar las ayudas al desarrollo e invertir ese dinero en los holandeses. Sin embargo, es miembro de una emisora controvertida, que recibió varias multas de la empresa de radiodifusión holandesa por violar la ética periodística. Se llama Ongehoord Nederland (ON) y defiende el "sonido único que ON! ofrece sobre la inmigración masiva, la histeria climática, la crisis del coronavirus y la organización globalista". Estos meses han evidenciado dos cosas: que Wilders tiene pocos aliados "limpiados", y que la estabilidad del futuro Gobierno penderá de un hilo, si es que llega a buen puerto. El 26 de junio lo sabremos.

Gidi Markuszower es "un riesgo para la integridad" de Holanda y tiene contactos con el Mossad. Reinette Klever considera el calentamiento global una "histeria climática". Marjolein Faber tiene claro que la ONU está implementando "una agenda de antisemitismo, terrorismo y reemplazo" de la raza blanca. Gom van Strien está involucrado en un caso de fraude con descubrimientos científicos de investigadores universitarios. Ronald Plasterk está acusado de hacerse millonario registrando como exclusiva una patente de una terapia para el cáncer, dejando de lado el oncólogo que la desarrolló. Y así, muchos de los candidatos a ministros en Países Bajos. Los trapos sucios de cada uno de los nombres que el ultraderechista neerlandés Geert Wilders ha puesto sobre la mesa desde que ganó las elecciones en noviembre están asfixiando el proceso de formación de un Gobierno en Holanda.

Israel
El redactor recomienda