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Caos, llantos y purgas en casa Milei: cuando la motosierra devora a los suyos
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13 Rue del Percebe

Caos, llantos y purgas en casa Milei: cuando la motosierra devora a los suyos

Altos cargos expulsados o a la fuga, ministerios en barrena, intervenciones judiciales y ministras/terapeutas paralizadas. La caótica gestión de los primeros seis meses del Gobierno Milei

Foto: Los hermanos Milei en la toma de posesión de Bukele. (Reuters)
Los hermanos Milei en la toma de posesión de Bukele. (Reuters)
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El mayor icono del candidato presidencial Javier Milei fue la motosierra. Símbolo del Milei que venía a cortar lo que le sobraba al Estado, que, según él, era casi todo. A nadie le extrañó, por tanto, que una de sus primeras medidas como presidente fuera reducir drásticamente el número de ministerios. Hace unos días, el ya presidente dijo en una entrevista: "Amo ser el topo dentro del Estado… Soy el que destruye el Estado desde adentro". Ninguna sorpresa. Más inesperado es que la gran purga acabaría devorando al propio Gobierno Milei desde adentro.

El inicio del ejecutivo Milei, del que ahora se cumplen seis meses, ha estado marcado por los conflictos. Choques en el Congreso para impulsar sus paquetes radicales de reformas (Milei está lejos de tener una mayoría parlamentaria estable), choques con la movilización social y choques, en definitiva, contra todo el que se ponga por delante (ya sea un sector de la prensa argentina o el presidente español Pedro Sánchez).

En medio de todo este ruido y furia, fuera de Argentina se ha seguido menos el día a día del Gobierno Milei. Si un lugar ejemplifica los niveles caóticos de gestión —panorama errático que recuerda al de los primeros meses de Trump en la Casa Blanca— es el ministerio de Capital Humano, el 13 Rue del Percebe del mileiato. Resumiendo: un partido de aluvión con más frikis que cuadros.

Foto: Pilar Rahola, en un viaje a Buenos Aires en 2019. (EFE)

El gran marrón

Cuando Milei fulminó varios ministerios de entrada, sus seguidores hicieron la ola, pero la medida tenía una letra pequeña cuya principal damnificada entre la nueva dirigencia acabó siendo Sandra Pettovello, la elegida por Milei para liderar Capital Humano, que absorbió de golpe las competencias de cuatro ministerios (trabajo, educación, cultura, pensiones, familia, etc.) ¿Ejercicio de austeridad o marrón ingestionable?

Ya parece cristalino que Pettovello, que contaba con 0 minutos de experiencia en la gestión pública antes de ser ungida por Milei, no era la persona más adecuada para llevar el super ministerio. Paralizada comunicativamente desde el principio (solo ha dado una entrevista a un periodista afín en medio año), Pettovello entró en barrena las últimas semanas, salpicada por el mayor escándalo hasta la fecha del ejecutivo Milei: un juez investiga a Capital Humano por tener toneladas de comida para la exclusión social encerradas en almacenes, en lo que apunta a una mezcla de gestión chapucera y corrupción en la cadena de compra y distribución de alimentos (tras ordenar un juzgado distribuir la comida clausurada, Pettovello expulsó a varios cargos del ministerio sospechosos de suciedades varias).

Milei purga a un cargo o mando del Gobierno cada cuatro días

Acostumbrados a ver a Milei liquidando funcionarios y altos cargos con la voracidad con la que Jesús Gil despedía entrenadores en el Atlético de Madrid —según algunas estimaciones, la media es de un purgado cada cuatro días desde que empezó el Gobierno— llamó la atención la defensa presidencial a Pettovello en su momento más difícil: "Es la mejor ministra de la historia", dijo Milei sobre la calcinada jefa de Capital Humano, a la que la prensa argentina sitúa en estado de combustión emocional, superada por el trabajo y las críticas, llorando por las esquinas...

"Sandra Pettovello llora en un cuarto contiguo al Salón Blanco de la Casa Rosada. En instantes, jurará Guillermo Francos como el nuevo jefe de Gabinete porque Nicolás Posse 'ya es historia'. Patricia Bullrich y Victoria Villarruel miran la escena protagonizada por la 'mejor ministra de la historia' con incomodidad. Mariano Cúneo Libarona, quien conoce a Pettovello desde la década del 90 cuando compartían vips en los boliches de la Costanera, se acerca a darle un abrazo mientras ella le dice: 'Me están pegando mucho, me están operando todo el tiempo'. Son días difíciles para la ministra y también para Javier Milei que, de visita en la Argentina, enfrenta turbulencias políticas, judiciales y económicas", narró el periodista Diego Iglesias en la revista Anfibia.

Milei, al que no le tiembla el pulso, defendió a una rentabilizada Pettovello pese a que la crisis en Capital Humano está desgastando al Gobierno. ¿Por qué? Una de las claves es la psicoanalítica/emocional, según Iglesias: "Sin un solo antecedente en la gestión pública, Pettovello tiene bajo su órbita lo que antes eran 4 ministerios y ahora son secretarías: Niñez, Adolescencia y Familia; Educación; Trabajo, Empleo y Seguridad Social y Cultura. Y hay una quinta, aunque no oficial, la Secretaría de Contención Emocional. Pettovello es íntima amiga del presidente y junto con Karina [Milei], una de las pocas personas que logra contener a Milei cuando se enoja".

placeholder Cartel protesta contra la ministra de Capital Humano. (Reuters)
Cartel protesta contra la ministra de Capital Humano. (Reuters)

En efecto, Milei puso el superministerio en manos de su terapeuta oficiosa, que si bien no está brillando como ministra, si lo estaría haciendo en tareas emocionales sensibles para el Estado, pues los arrebatos de Milei —conocidos por todos los argentinos que han seguido su carrera como tertuliano televisivo iracundo— serían habituales ahora que lleva la presión del Estado argentino sobre sus hombros. Subidón. Bajón. Estallido. Terapia. Y vuelta a empezar.

Pettovello comparte las tareas de contención emocional de Milei con la hermanísima, Karina Milei, conocida como El Jefe, número dos de facto del Gobierno, encargada de la disciplina y cohesión diaria mientras su hermano viaja por el mundo disertando sobre las grandes tareas económicas humanas.

Lo contó Santiago Fioriti en Clarín:

1) "Los estados de ánimo de Milei también tienen picos. Puede pasar de la decepción a la euforia, o al revés, en breves lapsos. Quizá Milei extrañe hoy la contención de su amiga Sandra Pettovello, que se ha quedado a dormir en la Residencia de Olivos cuando la situación lo requirió. Ayer, de hecho, ambos estuvieron reunidos allí largas horas. No son muchos los que acceden a esa intimidad presidencial. Milei le ha confesado a algún interlocutor que por momentos se siente solo".

"Milei puede pasar de la decepción a la euforia, o al revés, en breves lapsos"

2) "Los roles con Pettovello se invirtieron por la crisis que afecta a Capital Humano, todavía con final incierto. Ahora es Milei quien debe contenerla. 'Es la mejor ministra de la historia', exageró. La funcionaria quiso abandonar su cargo varias veces en las últimas semanas. 'No aguanto más', ha dicho. Siente una presión sofocante, de afuera y de adentro".

3) "Milei se encuentra ante un verdadero dilema. Ya en el Gabinete admiten en voz baja que, así como está planteado, el Ministerio de Capital Humano es inmanejable. Desarmarlo implicaría una derrota que, quienes conducen el Gobierno, no están dispuestos a asumir".

Miedo a la muerte

Pero aunque la crisis en Capital Humano sea aguda, los mismos síntomas se reproducen a menor escala en el resto de los ministerios. La sensación de que nadie sabe qué va a pasar mañana. "Ministerios y funcionarios comparten hoy un sentimiento: el terror que inspiran los hermanos Milei, Javier y Karina, y la sensación de que en cualquier momento se pueden ir eyectados del Gobierno de la peor forma", contó Juan Luis González en la revista Noticias.

El secretario de Trabajo, Omar Yasin, fue fulminado por Milei durante una entrevista en televisión. Otro alto funcionario fue despedido en un tuit. Dirigentes de absoluta confianza de Milei, como Nicolás Posse, jefe de ministros hasta el mes pasado, expulsados del Gobierno con frialdad polar. La rueda de la purga nunca se detiene.

placeholder Javier Milei saludando a los suyos. (Reuters)
Javier Milei saludando a los suyos. (Reuters)

Lo contó la revista Noticias a principios de junio:

"Es una constante en el mundo de Milei, la humillación al caído, incluso al propio... En este laberinto de terrores entra también la profunda paranoia que habita en la cabeza de los Milei y de la cual son parte obligada quiénes están en el Gobierno. La idea de que el que tienen al lado puede ser un traidor de la peor calaña".

"A este cuadro se le suma también el extremo hermetismo con el que se mueven los hermanos Milei, que alimenta los posibles errores que luego se convierten en causas de despido: como casi ningún funcionario ve o habla con Milei es prácticamente imposible saber qué quiere o qué piensa. La lista de visitantes a Olivos [residencia presidencial], que publicó Clarín, lo pone de manifiesto: la mayoría de los ministros no pisan la Quinta. Milei no asiste a una reunión de gabinete desde abril… El combo es complejo. Un presidente encerrado, o de viaje en forma permanente, que tiene serios vaivenes de humor, desconfía de todos (en especial de los que tiene cerca) y detesta que alguna figura de su espacio se genere un nombre propio. Todo el gabinete sabe que su suerte puede cambiar en cualquier momento. Que la guillotina puede volver a caer".

Aunque Milei mantiene niveles buenos de popularidad, se sigue dando baños de masas (la presentación de su nuevo libro en Luna Park ante miles de espectadores que vieron cantar al presidente) y el crédito que le dio el votante harto de todo sigue vigente (ya veremos hasta cuándo, pues el panorama económico no es halagüeño), las señales que emite su Gobierno no son de frescor tras una victoria incontestable en las urnas, sino de reviente tras cuatro legislaturas extenuantes. 1) Un presidente de permanente viaje por el extranjero, como si no le interesara la engorrosa gestión diaria de los asuntos nacionales. 2) Miedo externo y paranoia interna en el gabinete. 3) Sospechas de corrupción. 4) Vaivenes emocionales del líder máximo...

Y solo llevamos seis meses de Javier Milei.

Los ratones paranoicos

El ministerio de Capital Humano se ha convertido en el ministerio del Capital Humano Arrojándose por las Ventanas, con 40 cargos y mandos caídos en medio año de gestión. Entre los que escaparon de las llamas, destaca uno, Fernando Szereszevsky, principal asesor de la ministra hasta hace unos días. A ustedes no les sonará el nombre, pero sí a Joaquín Sabina, que coincidió con él en fiestas durante sus periplos latinos, como muestran las fotos de Szereszevsky en sus redes sociales. Hablamos de un conocido mánager del rock argentino.

El hombre fuerte del gabinete: "Milei no sabe de política argentina"

Como el Gobierno Milei se considera rockero, con una presidente melenudo y fan de los Rolling Stones, a nadie extrañó que Szereszevsky acabara de asesor estrella del ministerio alfa. Pues bien: a Szereszevsky no le ha debido entusiasmar lo que ha visto en el ministerio de Capital Humano, pues el otro día dio la espantada: dijo que no podía seguir en el Gobierno porque tenía que irse de gira con el grupo los Ratones Paranoicos, que, por lo que sea, parece ahora mismo un lugar más estable y sosegado que el Gobierno Milei.

Podrán ser ratones y estar paranoicos, pero de momento no se están devorando entre ellos.

placeholder Charly García, Fernando Szereszevsky, Joaquín Sabina y 'El Diego', la noche les confunde. (Twitter de Szereszevsky)
Charly García, Fernando Szereszevsky, Joaquín Sabina y 'El Diego', la noche les confunde. (Twitter de Szereszevsky)

No sabe de lo suyo

Guillermo Francos es lo que el Milei candidato hubiera llamado un parásito de la casta. Lleva ocupando puestos delicados en la administración argentina desde los convulsos setenta. Ha estado en todos los politiqueos y en todos los fregados. Tras hacerle ministro del Interior, Milei se echó definitivamente en sus brazos hace unas semanas, al nombrarle jefe de gabinete de los ministros, para poner algo de disciplina y experiencia al caos interno. Pues bien: Francos, en un descuido arrogante del que se conoce hasta el último interruptor del Estado, dijo en su primera entrevista que él estaba ahí porque "Milei no sabe de política argentina". En efecto, ya es mala suerte elegir como presidente de un país a alguien que desconoce la materia según los suyos...

Como purgar a Francos cinco minutos después de nombrarle era demasiado hasta para Milei, el oficialismo salió en tromba a matizarle... de aquella manera: "Cuando Francos dice que Milei 'no entiende la política' se refiere a algo muy simple: el presidente no entiende por qué el sistema conspira contra el desarrollo y bienestar del país. A todos los que venimos de afuera nos pasa lo mismo".

Lo que está claro es que Milei se va a dedicar a la agitación, no a la gestión, salvo una rama concreta: achicharrar a los que van a gestionar en su lugar

Lo que está ya claro es que Milei se va a dedicar a la agitación, no a la gestión, salvo una rama concreta de la gestión que sí le interesa: achicharrar vivos a los que van a gestionar en su lugar. Es su cultura y hay que respetarla.

Dicen que a Milei le faltan aún nombrar a 1.500 funcionarios clave para que la maquinaria gubernamental no se gripe a cada paso. Entre los que ha despedido y los que no ha nombrado, podría gestionarse una nación modesta. La gran paradoja del primer semestre Milei, por tanto, es que hasta para desguazar al Estado hace falta un Estado que lo desguace. Pero no le pida usted eso a Milei. Él ha venido a destruir el Estado desde dentro, si por el camino suicida a su propio Gobierno, gafes del oficio.

El mayor icono del candidato presidencial Javier Milei fue la motosierra. Símbolo del Milei que venía a cortar lo que le sobraba al Estado, que, según él, era casi todo. A nadie le extrañó, por tanto, que una de sus primeras medidas como presidente fuera reducir drásticamente el número de ministerios. Hace unos días, el ya presidente dijo en una entrevista: "Amo ser el topo dentro del Estado… Soy el que destruye el Estado desde adentro". Ninguna sorpresa. Más inesperado es que la gran purga acabaría devorando al propio Gobierno Milei desde adentro.

Javier Milei
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