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¿Es hora de desesperarse y emigrar a Nueva Zelanda? Por qué Europa vuelve a estar en peligro
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¿Es hora de desesperarse y emigrar a Nueva Zelanda? Por qué Europa vuelve a estar en peligro

Las elecciones europeas han puesto a Europa en una tesitura a pesar de que algunos digan que los resultados "no son tan malos". Puede ser arrastrada hacia la derecha y hacer peligrar la supervivencia de Ucrania

Foto: Manifestación contra la extrema derecha en Bruselas (EFE/EPA OLIVIER MATTHYS)
Manifestación contra la extrema derecha en Bruselas (EFE/EPA OLIVIER MATTHYS)

Una Europa que acaba de celebrar en las playas de Normandía la 80ª conmemoración del Día D, que supuso la liberación de la guerra, del nacionalismo y del fascismo, se enfrenta, de nuevo, al mismo escenario.

Por favor, no se dejen tranquilizar por la declaración complaciente de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de que "el centro se mantiene" durante lo que podríamos llamar el Día E: el 9 de junio de 2024, cuando se anunciaron los resultados de 27 elecciones nacionales diferentes al Parlamento Europeo. Eso es cierto en la distribución de escaños entre los principales grupos de partidos del Parlamento Europeo, con su propio grupo del Partido Popular Europeo, de centro-derecha, cómodamente en cabeza. Pero la Unión Europea está dirigida por los gobiernos nacionales más que por un parlamento elegido por sufragio directo y el Día Europeo produjo éxitos de la derecha dura en los principales Estados miembros que van de lo significativo a lo chocante.

Ninguno de estos partidos euroescépticos será tan estúpido como para abogar por seguir el Brexit británico probando el Frexit, el Dexit o el Nexit. Por el contrario, seguirán tirando de la UE hacia la derecha desde dentro, con una línea aún más dura en materia de inmigración, una oposición decidida a las medidas ecológicas que se necesitan urgentemente para hacer frente a la crisis climática, un menor apoyo a Ucrania y, por muy nacionalistas que sean, recuperar el control nacional de Bruselas. Así que no deje que nadie le diga que "no es tan malo". Es malo, y podría empeorar.

Lo más dramático es Francia. Estuve en Normandía con motivo del aniversario del Día D y vi cómo el presidente Emmanuel Macron intentaba aprovechar el acto internacional de conmemoración (el que se perdió el primer ministro británico Rishi Sunak) para contar una historia inspiradora sobre cómo aquella liberación allanó el camino para la UE actual.

Foto: Un grupo de personas ondea la bandera polaca y una bandera de la Unión Europea en una ceremonia conmemorativa del 35º aniversario de la Unión Europea (EFE EPA/Adam Warzawa)

Pero en los pueblos de los alrededores vi sobre todo carteles electorales de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen y oí historias de apoyo generalizado a la misma. En efecto, el día de las elecciones, la Agrupación Nacional obtuvo una sorprendente victoria, con más del 30% de los votos y se impuso al partido centrista liberal de Macron, Renaissance.

En la pequeña ciudad de Ver-sur-Mer, donde mi padre desembarcó junto con tantos otros soldados británicos para iniciar la liberación de Europa occidental el 6 de junio de 1944, la Agrupación Nacional obtuvo alrededor del 33% de los votos. Otra parte significativa de los votos en Ver-sur-Mer fue para Marion Maréchal, la sobrina aún más extremista de Le Pen, el nombre de cuyo partido, Reconquête, sugiere una "reconquista" de Europa de los habitantes supuestamente extranjeros. Especialmente con los musulmanes, como propugnaba abiertamente su fundador, Éric Zemmour.

AfD, la segunda fuerza política más votada

Un poco menos preocupante es el caso de Alemania. Mientras que la Unión Cristianodemócrata-Unión Socialcristiana (CDU-CSU) de centro-derecha fue la clara vencedora, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) quedó en segundo lugar, con algo menos del 16% de los votos. Esto es más de lo que obtuvo cualquiera de los tres partidos de la coalición gobernante del país, incluidos los socialdemócratas (SPD) del canciller Olaf Scholz.

Y la AfD es un partido tan extremista que incluso Le Pen decidió que no quería estar en el mismo grupo parlamentario europeo con él, después de que Maximilian Krah, su encantador candidato principal, dijera en una entrevista que no todos los miembros de las SS eran criminales.

Mientras tanto, en Italia, el Fratelli d'Italia de la primera ministra post-neofascista del país, Giorgia Meloni, quedó en cabeza, al igual que el ultraderechista Partido de la Libertad de Austria. En los Países Bajos, el Partido por la Libertad del islamófobo, Geert Wilders, obtuvo resultados ligeramente inferiores a los del centro-izquierda. Lo más preocupante de todo es que muchos de estos partidos obtienen buenos resultados entre los votantes jóvenes, especialmente entre los hombres jóvenes. Según una encuesta realizada antes de las elecciones, alrededor del 36% de los jóvenes franceses de entre 18 y 24 años apoyaban a la Agrupación Nacional.

Foto: Alice Weidel y Tino Chrupalla, líderes de Alternativa para Alemania, tras conocer el resultado en las elecciones europeas. (EFE / Filip Singer)

Hay resultados más alentadores de Polonia y Hungría; pero si la lección de esos países (al igual que de Gran Bretaña) es que hay que tener a los nacionalistas populistas en el poder durante algunos años antes de que empiecen a ser rechazados, es un pequeño consuelo.

Incluso si la derecha dura no forma el próximo gobierno francés este verano, estos resultados complicarán enormemente la obtención de una acción unida y decisiva por parte de la UE en cuestiones como la transición ecológica. Y, lo que es más urgente, se hará aún más difícil lograr un cambio esencial al alza en el apoyo militar a Ucrania, en un momento en que ese país corre —seamos claros— serio peligro de acabar perdiendo la mayor guerra en Europa desde 1945.

Aunque los partidos de la derecha dura están divididos respecto a Ucrania, con Meloni actualmente entre los firmes partidarios del asediado país, el impacto neto de estos resultados será negativo. En Alemania, aproximadamente una cuarta parte de los votos fueron a parar a partidos —de derecha dura (AfD), de izquierda dura (Die Linke) y una curiosa mezcla populista de ambos (la Alianza Sahra Wagenknecht)— que defienden una versión de la "paz" que significa, efectivamente, la capitulación ucraniana. Por desgracia, el SPD de Scholz muestra claros signos de estar tentado a apaciguar a estos apaciguadores. Las consecuencias continentales y mundiales de una victoria de la Rusia fascista del presidente Vladímir Putin acercarían aún más a Europa a un retorno a sus malos tiempos.

¿Es posible una alianza de la ultraderecha con Trump?

Todo esto antes de llegar a las elecciones más importantes para Europa este año, que no se celebran en Europa. Una victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre debilitaría y probablemente dividiría aún más a Europa. Los nacionalistas populistas de extrema derecha, muy posiblemente incluyendo a Meloni, se alinearían como el partido europeo de Trump. Hay que movilizar a los europeos, galvanizarlos, persuadirlos de que la unión se enfrenta a amenazas existenciales.

¿Ha llegado el momento de desesperarse y emigrar a Nueva Zelanda? Desde luego que no. Todavía hay una gran mayoría de europeos que no quieren perder la mejor Europa que hemos tenido nunca. Pero hay que movilizarlos, galvanizarlos, convencerlos de que la Unión se enfrenta realmente a amenazas existenciales.

Ahora espero con cierto temor las semanas de tira y afloja en la UE: ¿qué partido se acuesta con qué otro partido? ¿Quién consigue qué alto cargo? Juguetear en Bruselas mientras Járkov y nuestro planeta arden. Lo que necesitamos es una combinación de gobiernos nacionales e instituciones europeas que, entre todos, proporcionen la vivienda que los jóvenes no pueden permitirse, el empleo, las oportunidades vitales, la seguridad, la transición ecológica y el apoyo a Ucrania. ¿Despertará Europa antes de que sea demasiado tarde?

*Análisis publicado originalmente en inglés en el European Council on Foreign Relations por Timothy Garton Ash titulado 'Wake up! After these elections, Europe is again in danger'

Una Europa que acaba de celebrar en las playas de Normandía la 80ª conmemoración del Día D, que supuso la liberación de la guerra, del nacionalismo y del fascismo, se enfrenta, de nuevo, al mismo escenario.

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