El presidente rumano retira su candidatura a la OTAN y deja vía libre para el holandés Rutte

El presidente rumano, Klaus Iohannis, retiró el este jueves su candidatura para ser el próximo secretario general de la OTAN y deja vía libre para que primer ministro en funciones de Países Bajos, Mark Rutte, sea nombrado líder de la Alianza en la próxima cumbre de Washington (9-11 de julio). Rutte era el favorito de los pesos pesados (EEUU, Francia y Alemania) para suceder al noruego Jens Stoltenberg. Pero dado que la organización funciona por unanimidad, cualquier aspirante alternativo podría haber roto el consenso y haber prolongado una transición que lleva estancada más de dos años.

Aunque la votación del Consejo Atlántico que sirve como sello a su designación todavía no se ha producido, la ausencia de rival tras la salida del único aspirante alternativo —que tenía el apoyo de la Hungría de Viktor Orbán—, confirma en la práctica al neerlandés como el nuevo líder político de la OTAN. "Rutte es el único candidato ahora", resume una fuente atlántica a El Confidencial.

El paso a un lado de Iohannis era inevitable después de que esta semana Rutte se reuniera con el propio primer ministro húngaro y lograra su apoyo tras prometerle que Budapest no se verá obligada a financiar el apoyo a Ucrania. En los últimos días, fuentes aliadas señalaban que esperaban que la decisión se pudiera tomar antes de finales de mes para que los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN escenifique su elección en la cumbre de Washington, en la que se celebra el 75 aniversario del Tratado del Atlántico Norte. La sucesión se hará efectiva en octubre, cuando Stoltenberg deja definitivamente el cargo después de una década.

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“El Presidente Klaus Iohannis pidió a los miembros del Consejo que se pronunciaran sobre la candidatura de Mark Rutte al cargo de Secretario General de la OTAN, y estos se pronunciaron a favor del apoyo de Rumania a la candidatura”, confirmó el palacio presidencial en un comunicado emitido tras una runión del Consejo Supremo de Defensa del país.

Rutte ya había sonado anteriormente para sustituir a Stoltenberg, pero el camaleónico político holandés siempre había rechazado la oferta. Pero todo cambió el pasado verano, cuando convocó elecciones y decidir no buscar la reelección. En ese momento —y pese a sus repetidas afirmaciones de que no buscaba una carrera internacional— el veterano del Consejo Europeo y de la OTAN decidió aceptar el encargo.

A su favor, Rutte conoce a todos, sabe cómo funciona la Alianza y cuenta con la confianza de los principales socios. Y en una organización en la que Estados Unidos es absolutamente crucial, la Casa Blanca consideraba que el político liberal es la mejor opción. Su elección, además, se considera adecuada teniendo en cuenta que EEUU se enfrenta a unas elecciones presidenciales en noviembre en las que Donald Trump podría volver a la Casa Blanca.

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El republicano ya puso a la OTAN contra las cuerdas durante su primera presidencia, señalando a los socios que, como España, no cumplen con los compromisos de inversión en defensa. En esos años de tensión, el papel de Stoltenberg fue clave para ejercer de mediador transatlántico. Rutte tuvo buena relación con Trump, también en el marco de sus reuniones en la OTAN, y es un perfil que se ajusta bien al rol que puede tener un secretario general de la Alianza en caso de una segunda presidencia del magnate neoyorquino. El holandés siempre ha defendido que miembros de la Alianza deben gastar más y ha sido un aliado importante de todas las administraciones norteamericanas.