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No, Marruecos no planea invadir Canarias de forma "inminente". Y aunque quisiera, no podría
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entendiendo el rearme del magreb

No, Marruecos no planea invadir Canarias de forma "inminente". Y aunque quisiera, no podría

Si hay un desafío estratégico para la seguridad de España en el que no se deberían aceptar simplificaciones temerarias, es el de Marruecos. Analizamos la brecha militar entre ambos países y el verdadero reto miliar de Rabat

Foto: Maniobras militares 'African Lion 22' de Marruecos y EEUU. (EFE/Fátima Zohra)
Maniobras militares 'African Lion 22' de Marruecos y EEUU. (EFE/Fátima Zohra)

"Lo digo públicamente, y soy el único que lo dice, que Marruecos es nuestro enemigo geopolítico, económico y militar". Hace unas semanas, Alvise Pérez prometía realizar una visita a Canarias después del verano —junto con un grupo de coroneles retirados— para organizar la defensa de las islas. ¿Contra qué? “[Para] cuando Marruecos tome la decisión, que inminentemente la tiene planificada y la va a tomar antes de 2030, de invadir por las buenas o por las malas Canarias, Ceuta y Melilla”, aseguró en una reciente entrevista.

Cuando Alvise Pérez no era más que un provocador mediático, esta aseveración prendería en redes como mera anécdota incendiaria y ahí se quedaría. Pero con 800.000 votos recién cosechados en las europeas, la voz del líder de ‘Se acabó la fiesta’ resuena con fuerza en ciertos sectores políticos y sociales. Así que la boutade del europarlamentario electo amerita un análisis más pormenorizado. Porque si hay un desafío estratégico para la seguridad de España en el que no se deberían aceptar simplificaciones temerarias es el de Marruecos.

Comenzando por negar la mayor. No, Marruecos no planea invadir Canarias o las ciudades autónomas de forma “inminente”. No hay señales políticas, sociales, militares o económicas de ningún tipo o intensidad que sugieran la posibilidad un conflicto abierto en el corto plazo.

España es el principal socio comercial del país norteafricano desde hace décadas y casi 900.000 ciudadanos marroquíes están empadronados en su territorio. El vínculo entre las casas reales, con sus altibajos, ha sido de amistad y buena sintonía (quizás más entre Juan Carlos I y Hassan II que entre los “primos” Felipe VI y Mohamed VI). Y aunque la relación política pasa por su momento más bajo en décadas (las aduanas de Ceuta y Melilla siguen cerradas), no hay una hostilidad abierta entre ambos gobiernos. Incluso la premisa de que Rabat tendría alguna suerte de plan secreto para una hipotética ofensiva es, en términos militares, descabellada.

Foto: Maniobras militares de Marruecos y EEUU. (EFE/Fátima Zohra)
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En 2024, el gasto en defensa marroquí podría alcanzar cotas inéditas del 9% del PIB y una inversión superior a los 10.000 millones de euros. Esto sería, sobre el papel, un presupuesto cercano al español (de 13.000 millones de euros en 2023). Pero Marruecos —como España— también viene de lidiar con décadas de relativa desinversión militar.

Tras rondar máximos por encima del 6% del PIB a finales de los 70 y comienzos de los 80, el gasto descendió en los años siguientes hasta un mínimo del 2,2% en el año 2000. Desde entonces, se ha ido recuperando hasta llegar al entorno del 4% en los últimos años. Esto es tres veces más del 1,28% que destina España a su defensa nacional. Un dato utilizado frecuentemente para explicar cómo la brecha militar entre ambos países, poco a poco, se va estrechando.

Pero, aunque es cierto que Rabat está acelerando su gasto, este indicador no es el más apropiado para comparar el músculo bélico de ambas naciones. La economía española es 10 veces más grande que la del país magrebí, por no hablar de que tiene una industria de defensa consolidada (octavo mayor exportador mundial y cuarto de Europa). Así que, en términos reales (no relativos), la inversión militar de España durante años ha sido durante años muy superior. Por no mencionar que, además, es miembro de la OTAN.

Hay que apuntar que los cálculos presupuestarios de cada país incluyen partidas diferentes que hacen difícil contrastar el gasto real en equipamiento. Por ejemplo, utilizando las cifras de 2023 del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) —uno de los centros de referencia sobre el tema—, España habría realizado desembolsos militares por 22.000 millones de euros frente a los 5.000 millones de Marruecos. En estos cálculos no se suele desagregar qué va destinado a salarios y pensiones, qué monto a armamento y cuál a otras tareas, como inteligencia o maniobras. En cualquier caso, la opinión es unánime

“Actualmente, Marruecos no tiene superioridad militar respecto a España. Y España podría responder ante cualquier tipo de gap (brecha) en capacidades que pudiese suceder en estos años. Es cierto que está ganando impulso en cuestión de artillería, carros de combate, helicópteros de ataque”, considera Guillermo Pulido, analista militar, editor de la Revista Ejércitos y autor de 'Guerra Multidominio y Mosaico'. “Pero España también está tomando medidas, como la sustitución de los F-18 de Canarias por Eurofighter. Tiene, además, una superioridad económica e industrial clara. Es decir, potencial suficiente para ejercer la disuasión”.

Dime qué compras, te diré a quién temes

La lista de la compra militar de Rabat de los últimos años es significativa, con un refuerzos clave en fuerza terrestre, aérea y labores de inteligencia. El reino alauita tiene encargados 36 helicópteros de combate Apache AH-64E por unos 4.000 millones de euros (que están en construcción), 24 cazas avanzados F-16 Viper Block 72 (con armamento y soporte) por 3.500 millones y 22 helicópteros turcos de reconocimiento y combate T-129, por unos 1.300 millones de euros. También negocia un lote de 40 unidades del AGM-154 JSOW, una bombas planeadoras de alta efectividad que se lanzan desde aviones, por 700 millones

Además, está actualizando su poder acorazado con la compra/modernización de 162 carros de combate Abrams M1A2 SEPv3. por 10.000 millones de euros y la adquisición de varios tipos de blindados. El año pasado, Rabat recibió luz verde de EEUU para la compra de 18 sistemas lanzamisiles móviles de alta precisión Himars, con varios tipos de munición guiada GMLRS y 40 unidades de Atacms, el misil táctico de largo alcance que puede golpear objetivos a 300 kilómetros de distancia (un paquete de unos 500 millones). Este año, también solicitó 600 misiles contracarro FGM-148 Javelin por 250 millones.

La floreciente alianza con Israel ha llevado a la procura, entre otro material, del sistema antiaéreo Barak-MX, aviones de inteligencia y reconocimiento, el lanzador de misiles PULS o de 150 drones WanderB y ThunderB. En el capítulo de vehículos no tripulados, donde Marruecos está haciendo un empeño importante, también destacan las 13 unidades de Bayraktar TB2 turcos, los cuatro MQ-9B Sea Guardian y algunos Wing Loong chinos.

Foto: Sistema móvil anti-drone con ametralladora. (Reuters/Gleb Garanich)

Quizás es precisamente en el plano naval donde Rabat apenas ha realizado incorporaciones relevantes desde que comprara, hace una década, dos fragatas holandesas clase Sigma y una fragata franco-italiana clase Fremm. Hace años que la prensa especializada se hace eco del posible interés marroquí en hacerse con un submarino francés clase Kilo (una capacidad clave que España acaba de reforzar con el S-81 Isaac Peral), pero nada en firme.

“Por ahora, Marruecos no tiene grandes sistemas antiaéreos de largo alcance y tampoco han comprado muchos misiles antibuque (quizás algún Harpoon) y eso son dos de las claves. La tercera es la artillería de largo alcance, como los Himars, en lo que nos han superado y nosotros vamos tarde. Pero mientras no posean (defensa antiaérea) Patriot o sistemas rusos S-400, y no tengan defensa contra nuestra Armada ni submarinos, no me preocuparía demasiado”, explica Yago Rodríguez, experto en asuntos militares y director de The Political Room. “No me cabe ninguna duda de que el esfuerzo de compras militares marroquí está orientado claramente a Argelia”, agrega.

De hecho, los que los expertos pueden inferir de este “menú armamentístico” es, precisamente, que el conflicto que teme Rabat no es con España, sino con la vecina Argelia (y, en menor medida, la guerra de baja intensidad que libra con el Frente Polisario, el brazo armado de los saharauis). Parte de estas adquisiciones militares encajan con el desafío geográfico del desierto y la hamada, con amplias llanuras sin cobertura y temperaturas extremas. Y también con la idea de equiparar o neutralizar las capacidades argelinas, más que las españolas.

"Están optimizando su ejército para combatir una guerra contra el ejército argelino, es evidente por el tipo de compras. Marruecos tiene 700 tanques y Argelia unos 1.400. Los helicópteros Apache son una plataforma antitanque excelente, también los misiles Javelin. Rabat está tratando de compensar su inferioridad de artillería y defensas antiaéreas por su inferioridad ante la avión argelina", explica Pulido.

¿Imposible? No, pero suicida

Que no haya perspectivas de un conflicto militar directo entre España y Marruecos en el corto plazo no implica que la situación del Magreb no entrañe riesgos de seguridad nacional. De hecho, hay entornos militares que, por definición, tienen que trabajar, operar y planificar bajo la asunción de un posible ataque. Improbable, sí. Imposible, no.

Marruecos es uno de los países más estables del continente. Mohamed VI lleva 25 años en el trono y controla con firmeza el aparato militar y de inteligencia, lo que le permitió surfear el descontento de la Primavera Árabe, neutralizar el auge descontrolado del yihadismo y reprimir las pulsiones regionalistas. De hecho, el volantazo diplomático de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental —respaldando el plan de autonomía marroquí para la excolonia pese al rechado de los saharauis, el resto de partidos políticos y buena parte de la comunidad internacional— elimina uno de los puntos más graves de fricción bilateral.

Pero no se pueden descartar escenarios remotos pero plausibles en los que un evento inesperado (los llamados cisnes negros) den al traste con el statu quo de la nación. ¿Y si alguna de ellas, por los vericuetos de la historia, llevara a un enfrentamiento directo?

“España tiene capacidad de sobra para combatir una invasión en masa de Ceuta y Melilla (o Canarias). El ejército marroquí es bastante más grande que el español, sobre todo en efectivos y carros de combate, mientras que las guarniciones de Ceuta y Melilla son reducidas. Pero sería un ataque suicida por parte de Marruecos”, explica Pulido. "España tiene superioridad aérea y superioridad naval, y podría hacerle mucho daño. No tendría ningún sentido ese tipo de invasión”.

Foto: Tanque T-72 ucraniano en Bajmut. (Reuters)

El temor de los analistas está más focalizado en otro tipo de frente, más sutil, pero igualmente peligroso. Rabat lleva años empleando estrategias de guerra híbrida para presionar y lograr concesiones de España y Europa (la diplomacia por otros medios). El uso de la migración como herramienta política, el espionaje internacional o las provocaciones militares. Sin ir más lejos, en abril, seis fragatas y una veintena de patrulleros de la Marina Real marroquí realizaron una serie de maniobras militares justo frente a las costas de Canarias (a unos 125 km) que impidieron faenar a los pesqueros españoles poco después de que el Tribunal de Justicia de la UE recomendara anular el acuerdo pesquero con el país norteafricano.

Detrás de muchas de estas estratagemas está el perenne reclamo de soberanía sobre Ceuta y Melilla. El objetivo a largo plazo de Rabat, consideran los expertos, es convertir estos enclaves en un problema para España y desafectar a las ciudades autónomas de la península mediante la asfixia económica y la presión social. Llegado el momento, esta sería una vía más probable de que se materialicen las hostilidades.

“Las condiciones para una ofensiva abierta son muy pequeñas. Están ahí, pero son muy pequeñas. Ahora, que lancen una jugada de guerra híbrida. con una serie de avalanchas migratorias mientras hacen ejercicios militares fuera de las ciudades y amagan con utilizar a sus fuerzas armadas, es más probable. También el asunto delicado de que intenten utilizar a gente dentro de las ciudades para sus planes, con bloqueos de carreteras o protestas. Un movimiento así, se te puede ir de las manos”, explica Rodríguez, quien recientemente publicó el libro Por un pedazo de tierra. La nueva geopolítica basada en conexiones (Deusto, 2004).

Pero no solo un conflicto directo con Marruecos es significativo para la defensa española.

La distorsión israelí

En su libro, Escenarios en negro para el ejército francés (Robert Laffont, 2024), la periodista y politóloga Alexandra Saviana repasa once situaciones que, a ojos de militares, diplomáticos y analistas franceses, son las más preocupantes para su país. La primera de todas, por orden cronológico, es una guerra en el Magreb entre Argelia y Marruecos. Una contingencia que también debería preocupar en España.

“La degradación de la relación entre estos dos países es tal (...) que no se puede excluir ya nada”, afirma Xavier Driencourt, que fue embajador de Francia en Argelia durante siete años. “Además, el conflicto palestino-israelí vuelve a cambiar el panorama en la región: une a los argelinos en torno a un tema vertebrador, al tiempo que hace más frágil a Marruecos a causa de sus lazos con Israel”, recalca.

El presupuesto militar Argelia, un país más rico que su vecino gracias a los hidrocarburos, casi duplicará (20.219 millones de euros) este año al récord de Marruecos, al que supera en efectivos y equipamiento por tierra mar y aire. Es el más elevado de África, por delante del egipcio, y además se ha disparado desde que Rabat —y otros tres países árabes— firmaron en 2020 con EEUU los Acuerdos de Abraham para establecer relaciones diplomáticas con Israel. Una alianza, advierten los analistas, que puede desestabilizar la región.

Foto: El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas israelí, Aviv Kochavi, da la bienvenida al inspector general de las Fuerzas Armadas reales de Marruecos, el teniente genneral  Belkhir El Farouk, en Israel, en septiembre de 2022. (EFE/Abir Sultan)

“Las relaciones de defensa a nivel de seguridad entre Marruecos e Israel no son nuevas. Se remontan a la creación del Estado de Israel, sobre todo en relación con los temas de inteligencia”, explica un analista magrebí a El Confidencial que, por cuestiones de seguridad, prefiere no ser identificado. “Pero desde 2020, se empezaron a anunciar acuerdos militares y de seguridad. Marruecos es un país árabe, pero siempre ha estado alejado de las líneas duras del panarabismo. Es un país más cercano a Occidente que al núcleo duro que supuso Egipto o Siria”, afirma.

El “acuerdo del siglo”, como lo definió el entonces presidente Donald Trump, tenía un triple objetivo para Marruecos. Que Washington reconociera su soberanía sobre el Sáhara, establecer con Israel una relación estrecha en materia de defensa y seguridad, y convertirse en el alumno aventajado de la Casa Blanca en la región para recibir más favores de la superpotencia americana.

Las Fuerzas Armadas Reales son un socio privilegiado del Pentágono y realizan con el Ejército estadounidense las maniobras African Lion, su principal ejercicio militar en el continente. Incluso la diplomacia estadounidense ha sondeado la disposición de Rabat a enviar tropas a Gaza para garantizar el orden cuando se retiren los israelíes, lo que recalca la confianza entre ambos gobiernos. Pero ni con toda esta cercanía —y por razones de todo tipo, incluidas las militares— España sigue siendo un socio estratégico con más peso para EEUU.

Mientras Rabat teje lazos con Israel, estrecha su colaboración con EEUU y controla su relación con España, Argelia perdió su pulso diplomático cuando Madrid prefirió proteger su relación con la monarquía alauita a sus compromisos comerciales con ellos. Además, Rusia, su principal valedor y suministrador militar, está enfrascada en una guerra con Ucrania sin horizonte definido. Pero Argelia sigue siendo el referente militar de la región y sus fuerzas armadas superan con creces, por ahora, a las marroquíes. Ninguno quiere un conflicto, pero hay tanta tensión en el ambiente, que un paso en falso puede sumir al Magreb en el caos.

“El sistema argelino ha mostrado últimamente mucha hostilidad a Marruecos. Hay un acercamiento entre Irán y Argelia y también entre el Frente Polisario. Marruecos se prepara para eso. España es un país aliado estratégico y además es parte de la OTAN”, agrega el analista magrebí. "Marruecos nunca se atrevería a hacer nada contra España".

"Lo digo públicamente, y soy el único que lo dice, que Marruecos es nuestro enemigo geopolítico, económico y militar". Hace unas semanas, Alvise Pérez prometía realizar una visita a Canarias después del verano —junto con un grupo de coroneles retirados— para organizar la defensa de las islas. ¿Contra qué? “[Para] cuando Marruecos tome la decisión, que inminentemente la tiene planificada y la va a tomar antes de 2030, de invadir por las buenas o por las malas Canarias, Ceuta y Melilla”, aseguró en una reciente entrevista.

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