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Macron se pega un tiro en el pie con su 'estrategia del miedo' a Le Pen y Francia se la juega el 7 de julio
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Macron se pega un tiro en el pie con su 'estrategia del miedo' a Le Pen y Francia se la juega el 7 de julio

Con el 33,51% de los votos, la Agrupación Nacional fue la formación más votada en las legislativas anticipadas, en que el partido de Macron sufrió un batacazo y la coalición de izquierdas quedó segunda con el 27,99%

Foto: La líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen. (Reuters/Yves Herman)
La líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen. (Reuters/Yves Herman)
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Terremoto electoral en Francia. Por segunda vez en apenas tres semanas —la primera fue en las europeas del 9 de junio—, las placas tectónicas de la política francesa temblaron el domingo. La extrema derecha de Marine Le Pen fue la fuerza más votada en la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas, con el 33,51% de los votos, según el Ministerio del Interior que publicó este lunes los resultados provisionales. Se trata de un resultado inédito en la historia de la Quinta República, aunque la futura Asamblea Nacional dependerá de la incierta segunda vuelta del 7 de julio.

La otra noticia evidente del domingo fue el batacazo de la coalición del presidente Emmanuel Macron. Quedó tercera con el 20.04% de los votos, cinco puntos menos que en 2022. El macronismo se quedó casi sin opciones de conseguir una mayoría afín. Tras los resultados de la primera vuelta, el escrutinio final del 7 de julio consistirá básicamente en un duelo entre la Agrupación Nacional (RN) y el Nuevo Frente Popular. La coalición unitaria de los principales partidos de izquierdas (Francia Insumisa, Partido Socialista, los comunistas y los verdes) quedó segunda con el 27,99% de las papeletas. Buena parte de las circunscripciones más inciertas se disputarán entre esas dos opciones antagónicas.

¿El miedo a una mayoría absoluta de la extrema derecha resultará decisivo? ¿O bien se impondrá el temor a un Ejecutivo, poco probable pero no imposible, de la izquierda? Lo dirá el escrutinio del 7 de julio. Los franceses retienen el aliento. Inmersos en un nuevo escenario político, podría quedarles una Asamblea casi ingobernable. O bien con una mayoría absoluta de la extrema derecha, lo que obligaría a Macron a nombrar a Jordan Bardella, mano derecha de Le Pen, como primer ministro.

"Nada está ganado y la segunda vuelta será determinante para evitar que el país caiga en manos de la coalición de la extrema izquierda", reaccionó Le Pen desde Hénin-Beaumont. En su circunscripción, en el norte del territorio galo, la líder ultraderechista salió elegida desde la primera vuelta con el 58% de los votos. Después de su imponente resultado en las europeas (31,4%), RN lo mejoró en dos puntos el domingo tras haberse aliado con un sector minoritario de Los Republicanos (LR, afines al PP), además de haber devorado electoralmente a Reconquista de Éric Zemmour. Los candidatos del principal aliado de Vox en Francia consiguieron menos del 1% de los votos.

Foto: Marine le pen reacciona tras los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas de 2024. ( REUTERS/Yves Herman)

¿El lepenismo dispondrá de una reserva de votos de cara a la segunda vuelta? Es uno de los interrogantes que perdurará hasta el 7 de julio. Las expectativas de RN pueden basarse en el 10% obtenido por LR. Pese haber protagonizado el culebrón de la campaña —su presidente Éric Ciotti pactó presentarse de manera conjunta con la extrema derecha, sin informar al resto de barones de su partido que se opusieron a ello—, la derecha republicana consiguió un resultado ligeramente superior a lo previsto por los sondeos, probablemente gracias a su implantación local. Podría mantener un grupo consecuente en la Asamblea Nacional, aunque probablemente inferior al que dispuso en los dos últimos años (unos 60 diputados) en que ejerció como fuerza bisagra.

"La coalición presidencial no tiene ninguna opción de vencer", reaccionó, por su lado, Bardella durante una rueda de prensa en París. En ella estaban acreditados numerosos medios internacionales, toda una prueba del interés generado por estas elecciones anticipadas. Podrían dar las riendas del poder a la extrema derecha, por primera vez en la historia de Francia desde la Segunda Guerra Mundial.

Tras la primera vuelta, el partido de Le Pen conserva la posibilidad de lograr (o acercarse) a la mayoría absoluta en la Asamblea, aunque no se trata de la hipótesis privilegiada por los institutos de opinión. Según una estimación del instituto IFOP para el diario conservador Le Figaro, el lepenismo conseguiría entre 240 y 270 escaños. Es decir, quedaría por debajo del umbral necesario de 289.

El disparo en el pie de Macron

Aunque estos comicios fueron convocados por el mismo Macron tras el batacazo en las europeas de su partido, en la primera vuelta se confirmó que el presidente se disparó en el pie. Si esperaba mejorar la situación de su coalición en la Asamblea, donde no disponía de mayoría absoluta —algo inhabitual en Francia para las fuerzas afines al presidente—, esa ilusión se desvaneció desde la primera vuelta. La estimación de IFOP, que se debe coger con pinzas, apenas le da entre 60 y 90 escaños. Los partidos afines a Macron tenían hasta 250 diputados en el actual Parlamento. Es decir, probablemente perderán más de 100 escaños, incluso más de 150.

"No es una noche como las otras. La lección de esta noche es que la extrema derecha está a las puertas del poder", reconoció el primer ministro, Gabriel Attal, tras el voto de sanción sufrido por su Gobierno. Después de unas últimas semanas de campaña en que el macronismo centró una parte de sus críticas contra la izquierda, con el objetivo de arrebatarle la segunda posición, la noche de la primera vuelta modificó su discurso. Ahora ya asume el riesgo de la llegada al poder de una formación nacionalista y xenófoba como RN.

Foto: Carteles electorales a las elecciones legislativas francesas. (EFE/Sebastien Nogier) Opinión

Ante la extrema derecha, "ha llegado el momento de una unión claramente demócrata y republicana", dijo Macron a la Agencia France-Presse. Utilizó una fórmula algo ambigua, ya que no quedó claro si pedirá el voto para los aspirantes de la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos) —la fuerza predominante en el Frente Popular— que se disputen el escaño con la extrema derecha.

Las legislativas se rigen por un curioso sistema electoral: el territorio se divide en 577 circunscripciones y en cada una de ellas se disputan una especie de minipresidenciales (es decir, un único candidato se lleva el premio). El escrutinio final dependerá de unas cien circunscripciones, en que se prevén unos resultados muy ajustados. A diferencia de las presidenciales, pueden clasificarse para la segunda vuelta todos aquellos que obtienen el apoyo de al menos el 12,5% de los votantes inscritos. La elevada participación del domingo —del 67%, cerca de 20 puntos superior a la de 2022 y la más elevada desde 1981— contribuyó a que en muchos lugares se hayan clasificado al menos tres candidatos.

El dilema de las triangulares

De hecho, muchos de los candidatos afines al presidente quedaron en una delicada tercera posición, con pocas opciones de ganar. Una de las claves de cara a la segunda vuelta será si esos aspirantes macronistas mantienen su candidatura, o la retirarán con la esperanza de evitar una victoria de un aspirante ultra. La otra pregunta, aún más incierta, es qué harán los votantes, que no siempre siguen las consignas de voto.

"Ningún voto debe ir para la Agrupación Nacional. Francia merece que no dudemos", insistió Attal, quien anunció que al menos 60 aspirantes macronistas ya se habían retirado de circunscripciones en que quedaron terceros. Desde la noche del domingo, quedó claro que esa consigna dependerá en función de cada partido —pedirán el voto más fácilmente para un aspirante socialista que uno de insumiso— y del perfil personal del candidato de la izquierda. La dirección de LR anunció que no dará una consigna de voto para todo el país.

En cambio, todos los partidos de izquierdas pidieron hacer todo lo posible para evitar una victoria de la ultraderecha. "De acuerdo con nuestros principios, en ningún lugar permitiremos que venza RN", aseguró Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa, desde un local en el distrito X de París, donde su partido siguió la noche electoral ante de participar en un mitin en el aire libre en la Plaza de la República. "En aquellos lugares en que seamos terceros, retiraremos nuestras candidaturas", añadió sobre una consigna también defendida por dirigentes socialistas, verdes y comunistas.

A pesar de que el Frente Popular no cuenta con un líder claro y se trata de una alianza frágil, mejoró su resultado respecto a las legislativas de 2022, en que otra alianza unitaria de la izquierda había conseguido un 26% de los votos en la primera vuelta. Ahora se posiciona como probable segunda fuerza en la futura Asamblea Nacional. Las estimaciones le dan entre 180 y 200 diputados. En gran parte, de su resultado dependerá que haya (o no) un Parlamento dominado por la derecha radical.

Terremoto electoral en Francia. Por segunda vez en apenas tres semanas —la primera fue en las europeas del 9 de junio—, las placas tectónicas de la política francesa temblaron el domingo. La extrema derecha de Marine Le Pen fue la fuerza más votada en la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas, con el 33,51% de los votos, según el Ministerio del Interior que publicó este lunes los resultados provisionales. Se trata de un resultado inédito en la historia de la Quinta República, aunque la futura Asamblea Nacional dependerá de la incierta segunda vuelta del 7 de julio.

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