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El fin definitivo de la era Rutte: Países Bajos forma su primer Gobierno de ultraderecha
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El mayor logro de Wilders

El fin definitivo de la era Rutte: Países Bajos forma su primer Gobierno de ultraderecha

El país estrenará su primer gobierno de extrema derecha, compuesto por cuatro partidos y con un primer ministro sin experiencia ni afiliación política

Foto: Geert Wilders, tras la formación del Gobierno de Países Bajos. (EFE / Robin Utrecht)
Geert Wilders, tras la formación del Gobierno de Países Bajos. (EFE / Robin Utrecht)

La carrera política de Geert Wilders podría considerarse un rara avis. El ultraderechista ganó las elecciones de Países Bajos a finales del año pasado y, meses después, anunció su renuncia para aumentar las posibilidades de formar una coalición de derecha. La estrategia, con la que quería evitar un estancamiento que frenara el cambio político en el país, ha dado resultado.

Después de 14 años bajo el mando del exprimer ministro Mark Rutte, el nuevo Gobierno de Países Bajos tomó posesión este martes. Será el primero de extrema derecha para el país europeo, considerado hasta ahora como un bastión del liberalismo.

La coalición que gobernará el país está formada por cuatro partidos: el Partido por la Libertad de Wilders; el Partido Popular por la Libertad y la Democracia, un partido de centroderecha que gobernó durante casi 14 años; el Movimiento Ciudadano Campesino, un partido populista pro-campesino; y el Nuevo Contrato Social, un nuevo partido de centro. Juntos tienen 88 escaños en la Cámara de Representantes, compuesta por 150 asientos, lo que les da una mayoría cómoda para aprobar sus proyectos políticos.

Wilders afirmó que se siente "superorgulloso" de que el partido vaya a estar en el centro del poder de la próxima legislatura, aunque el político populista no será el primer ministro. Este puesto lo ocupará Dick Schoof, un ex jefe de inteligencia sin afiliación partidaria y sin carrera política.

Foto: Geert Wilders, en marzo de 2024. (EFE / Sem van der Wal)

Sin embargo, Wilders conservará su puesto como líder de su partido en la Cámara de los Representantes y seguirá ejerciendo una influencia significativa sobre el nuevo gabinete. Su Partido por la Libertad también ha proporcionado la mayor parte de ministros y secretarios al nuevo gabinete, incluido el puesto crucial de ministro de Asilo y Migración.

Wilders se comprometió al principio del diálogo a dejar de lado propuestas contrarias al Estado de derecho, como el cierre de mezquitas y la prohibición del Corán, pero su victoria en las elecciones del pasado noviembre se debe precisamente a su promesa de mano dura con la inmigración, el asilo y la cooperación al desarrollo, ministerios que han quedado en manos de su partido y de ministras controvertidas.

La semana pasada, el político cargó contra el islam y la calificó como "una religión repugnante, despreciable, violenta y odiosa" y defendió que el uso de este vocabulario entra dentro de su derecho a la "crítica religiosa" y después de "20 años de protección"por amenazas de individuos islamistas radicales.

Un Gobierno marcado por la polémica

El camino hacia el nuevo Gobierno ha estado muy lejos de ser un camino de rosas. Precisamente por los nombres que Geert Wilders ponía sobre la mesa para la formación del Gobierno y que tenían varias polémicas a sus espaldas. Uno de los casos más sonados fue el candidato el Ministerio de Migración y Asilo, Gidi Markuszower, un israelí al que los servicios secretos holandeses tienen fichado al menos desde 2010. Avisaron al propio Wilders de que era un "peligro para la integridad" de Holanda. Se le acusaba de tener contacto con el servicio secreto israelí, el Mossad.

En ese entonces, esta fue una razón suficiente para que Wilders lo retirara de la lista electoral, pero volvió en 2017 porque esa información del pasado "ya no era un obstáculo" para que pueda ser diputado de su partido. Todos los ministros tienen que pasar por un cribado para ver si son aptos para ese cargo. Markuszower no obtuvo luz verde.

Finalmente, Marjolein Faber será la encargada de esta cartera. En sus primeras palabras, después de la formación de Gobierno, subrayó que no quiere "mirar hacia atrás, solo hacia delante", al ser preguntada sobre su defensa de la "sustitución étnica", la teoría de la conspiración del Gran Reemplazo, que cree que los inmigrantes están “repoblando” Occidente.

Tanto Faber como la diputada ultraderechista Reinette Klever, que será ministra de Comercio Exterior y Cooperación al Desarrollo, fueron muy criticadas por haber usado en el pasado afirmaciones racistas y terminología conocida del nacionalsocialismo. "No voy a decir nada más sobre eso", zanjó hoy Klever.

Foto: Unos operarios quitan un cartel del líder del Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders, tras su victoria electoral. (EFE/Robin Utrecht)

En audiencias parlamentarias en las últimas semanas, Faber se distanció del término "sustitución étnica", y Klever lo describió como "una descripción factual de un desarrollo demográfico".

El nuevo Ejecutivo dedicará los próximos dos meses, hasta mediados de septiembre, a detallar el programa de gobierno. El informe que presenta las líneas generales de la coalición no ofrece mucha información, pero subraya que los recortes que se planean de empleados del gobierno se harán de "manera responsable y realizable" y se prestará "especial atención a la importancia de una función de supervisión adecuada (inspecciones) y de una red adecuada de misiones en el extranjero".

Los cuatro partidos han incluido en su acuerdo una reducción del 22% en la función pública, lo que alarmó a muchos ministerios, como Exteriores, que teme el cierre de embajadas.

La carrera política de Geert Wilders podría considerarse un rara avis. El ultraderechista ganó las elecciones de Países Bajos a finales del año pasado y, meses después, anunció su renuncia para aumentar las posibilidades de formar una coalición de derecha. La estrategia, con la que quería evitar un estancamiento que frenara el cambio político en el país, ha dado resultado.

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