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El joven activista saharaui se salva in extremis de su expulsión a Marruecos ordenada por Interior
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Llevaba 14 días retenido en el aeropuerto

El joven activista saharaui se salva in extremis de su expulsión a Marruecos ordenada por Interior

La ministra de Juventud, Sira Rego, escribió y publicó una carta dirigida a su colega de Interior, Grande-Marlaska, advirtiéndole de los riesgos que corría Youssef El Mahmoudi si era entregado a las autoridades marroquíes

Foto: Youssef El Mahmoudi acompañado de personas que lo apoyan (Twitter)
Youssef El Mahmoudi acompañado de personas que lo apoyan (Twitter)

El saharaui Youssef El Mahmoudi, nacido de El Aaiún hace 24 años, es la excepción. Tras permanecer retenido dos semanas en la sala de inadmitidos del aeropuerto de Loiu (Bilbao) y estar a punto de ser expulsado a Marruecos, logró librarse in extremis de ser enviado a Marrakech.

En la madrugada de este sábado consiguió incluso salir del aeropuerto y reunirse con los activistas de diversas ONG que le esperaban. Con ellos celebró su libertad haciéndose numerosas fotografías, aunque esta pende todavía de un hilo.

La víspera, el viernes, el joven saharaui llegó incluso a embarcar el viernes por la tarde en un avión de la compañía Air Arabia con destino a Marrakech bajo la vigilancia, como es preceptivo, de dos policías españoles. Pero, por fortuna para él, el comandante se negó a volar con ese pasajero a bordo alegando razones de seguridad.

La Audiencia Nacional había avalado la deportación en un auto en el que recordaba que, aunque el saharaui "afirma que ha sido detenido por participar en manifestaciones a favor del pueblo saharaui", no existe "un riesgo grave, inminente y actual para la vida o integridad física del demandante". Ese auto parece desconocer la realidad de Marruecos en cuyas cárceles hay cerca de 40 activistas saharauis.

placeholder Youssef El Mahmoudi posa con la bandera del Sáhara Occidental. (Twitter)
Youssef El Mahmoudi posa con la bandera del Sáhara Occidental. (Twitter)

Para prolongar su retención hasta el domingo —la fecha del primer vuelo de Vueling a Marruecos—, la Policía Nacional solicitó el viernes autorización al Juzgado de Guardia y su titular se presentó la pasada madrugada en el aeropuerto. Denegó en un auto la prórroga y permitió así la salida de Youssef el Mahmoudi de la terminal de La Paloma.

Para conseguir que se tomasen en consideración las dos solicitudes de asilo que Youssef el Mahmoudi formuló durante su retención, recordando su militancia contra la ocupación del Sáhara, se movilizaron varias ONG vascas, empezando por Zahar-Errefuxiatuekin, que preside el abogado Javier Galparsoro. Más llamativa aún fue la entrada en acción de la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego (Sumar), que escribió el viernes una carta al Ministerio del Interior que, en el fondo, está veladamente dirigida a su titular, Fernando Grande-Marlaska. Rego la divulgó a través de las redes sociales.

placeholder Carta de Sira Rego. (EC)
Carta de Sira Rego. (EC)

En la misiva le pide a Grande-Marlaska que renuncie a expulsar al saharaui porque, le recuerda, posee “un sólido y acreditado historial de persecución debido a su activismo estudiantil” en defensa del Sáhara Occidental. Su expulsión “puede acarrearle grandes riesgos” en Marruecos, advertía. Concluía pidiéndole que autorice provisionalmente su entrada por razones humanitarias y “atendiendo a su situación personal y física”.

La ministra recordaba además a su colega que lo sucedido “nos retrotrae” al caso de Hussein Bachir Amadour, otro saharaui, expulsado, en enero de 2019, sin ni siquiera poder solicitar asilo. “Entró en prisión una vez devuelto” por España a Marruecos, prosigue Sira Rego. Un tribunal de Marrakech le condenó a 12 años en noviembre de ese año.

Al rememorar este caso, Sira Rego formula un claro reproche a su colega de Interior. Este ministerio no quiso aclarar si había contestado a la misiva de la ministra alegando que en los procedimientos de protección internacional prima la confidencialidad.

Foto: El presidente del partido francés de extrema derecha Agrupación Nacional, Jordan Bardella, asiste a una rueda de prensa sobre las elecciones legislativas anticipadas. (REUTERS/Gonzalo Fuentes)

La deportación de Hussein Bachir no es un caso aislado. No sólo los saharauis solicitantes de asilo son expulsados. Grande-Marlaska envió a Argelia a dos militares exiliados en España, Mohamed Benhlima, en marzo de 2022, y Mohamed Abdallah, en agosto de 2021. Este último dejó en Bilbao a su mujer y a sus dos hijos. Ambos se dedicaban a denunciar la corrupción del Ejército argelino a través de sus canales de Youtube. Argel no había solicitado su extradición.

Ambos habían sido también juzgados y condenados “in absentia” en su país a un buen número de años de cárcel. Pero aún, un tribunal militar de Blida, a 45 kilómetros de Argel, condenó a Mohamed Benhlima a la pena de muerte por traición, según reveló Amnistía Internacional. Bien es verdad que en Argelia no se ejecutan las condenas a muerte desde principios de los años noventa.

El saharaui Youssef El Mahmoudi, nacido de El Aaiún hace 24 años, es la excepción. Tras permanecer retenido dos semanas en la sala de inadmitidos del aeropuerto de Loiu (Bilbao) y estar a punto de ser expulsado a Marruecos, logró librarse in extremis de ser enviado a Marrakech.

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