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La izquierda vence por la mínima en Francia y trunca (de nuevo) el sueño de Le Pen por llegar al poder
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Los de Macron resisten

La izquierda vence por la mínima en Francia y trunca (de nuevo) el sueño de Le Pen por llegar al poder

El Frente Popular queda como primera fuerza en la Asamblea Nacional, por delante de la coalición del presidente Emmanuel Macron. La ultraderecha de Marine Le Pen pincha y es tercera

Foto: Celebraciones en París tras los resultados de las elecciones francesas (EFE/Yoan Valat)
Celebraciones en París tras los resultados de las elecciones francesas (EFE/Yoan Valat)
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Lo celebraron como si fuera un gol decisivo de Kylian Mbappé en el último minuto de la prórroga. Cuando se terminó el contador de los últimos sesenta segundos antes de las ocho de la tarde y la pantalla mostró los resultados preliminares de las elecciones legislativas en Francia, los militantes del Frente Popular los aclamaron con euforia. Los quesitos electorales se dibujaron en la pantalla y mostraron un resultado que muchos no se imaginaban pocas horas antes: la izquierda ha vencido por la mínima las elecciones legislativas en Francia. Representa la primera fuerza en una muy fragmentada Asamblea Nacional, en la que resultará difícil alcanzar mayorías.

A veces la realidad supera la ficción. Así ha sucedido con la frenética campaña de las elecciones anticipadas que el presidente Emmanuel Macron convocó el 9 de junio, tras el batacazo de su formación en las europeas. Seguramente, el presidente no se imaginaba esa noche el guion de las siguientes cuatro semanas. Como si Eric Benzekri, guionista de la excelente Baron Noir, se convirtiera en el demiurgo en el país, Francia se adentró en una imprevisible contienda electoral.

Esta rápidamente se le escapó de las manos a Macron. Su partido ha pasado de primera fuerza en la Cámara Baja (con 250 escaños) a segunda, con cerca de un centenar menos de representantes. El primer ministro Gabriel Attal anunció el domingo por la noche que presentará este lunes su dimisión, aunque podría quedarse de manera interina en la jefatura del Gobierno durante el tiempo que haga falta para componer un Ejecutivo acorde a la nueva realidad parlamentaria.

El resultado de estas elecciones tuvo un final con aires de déjà vu, pero con un toque nuevo e imprevisto. La parte clásica de este desenlace es la derrota de la ultraderecha de Marine Le Pen. Aunque partía como favorita en el arranque de la contienda, al menos para convertirse en la primera fuerza en la Cámara Baja, la Agrupación Nacional (RN) quedó tercera con una representación de entre 145 y 143 escaños, según los resultados con un recuento avanzado, pero no definitivo en el momento de terminar este artículo.

Le Pen choca de nuevo con el cordón sanitario

Aunque esto supone que su partido incremente algo más de 50 escaños su presencia en el Parlamento (con un total de 577), RN fracasó en unos comicios que fueron un plebiscito sobre su llegada al poder. Su partido estaba presente en más de 400 circunscripciones en la segunda vuelta. Perdió en la gran mayoría de ellas. Como ya le sucedió en las presidenciales de 2017 y 2022, Le Pen y su mano derecha Jordan Bardella chocaron con el muro del cordón sanitario de los votantes a la extrema derecha. "Nuestra victoria solo se ha visto diferida (…). Tengo demasiada experiencia por sentirme decepcionada por los resultados", dijo a la cadena TF1 la líder de RN, que prefirió ver el vaso medio lleno.

Esta vez, sin embargo, el principal beneficiado del llamado "frente republicano" no fue la coalición macronista, sino la alianza de izquierdas del Frente Popular. Esta es la parte nueva e imprevista en el final de estas elecciones. Compuesta desde la Francia Insumisa hasta el Partido Socialista, pasando por los verdes y los comunistas, esta coalición progresista desmintió los sondeos. Ahora representa la primera fuerza en la Asamblea, con una horquilla entre 179 y 185 diputados. Aunque a ellos podrían sumarse otros diez representantes progresistas que no se presentaron con la etiqueta del Frente Popular, la gauche se encuentra lejos del umbral de 289 escaños, que determina la mayoría absoluta.

"Nuestro pueblo ha descartado claramente la peor solución para él. Esta noche, RN se encuentra lejos de haber obtenido la mayoría absoluta", aseguró el veterano líder de la izquierda insumisa, Jean-Luc Mélenchon, de 72 años, siendo el primer dirigente de peso que hablaba en la noche electoral. Lo hizo desde la Rotonda de Stalingrado, un restaurante hipster del nordeste de París convertido en la sede durante la noche electoral de la Francia Insumisa. Esta formación, afín a Sumar o Podemos, dispondrá probablemente del grupo parlamentario más numeroso en el Frente Popular (entre 80 y 73), pero seguida de cerca por el Partido Socialista (unos 60, entre los cuales estará el expresidente François Hollande).

"Me dan ganas de llorar… de alegría"

El sentimiento mayoritario entre los simpatizantes concentrados allí era de alivio, ante el miedo que sintieron por una posible llegada al poder de la extrema derecha. "Mis abuelos eran italianos que huyeron del régimen de Mussolini. Esta noche no paro de pensar en ellos y me dan ganas de llorar… de alegría", afirmaba Flavia, de 34 años, una trabajadora en un banco en París, que estaba entre los reunidos en la Plaza de la Batalla de Stalingrado.

Miles de personas también se concentraron de manera espontánea, sin la llamada de ningún partido, en la Plaza de la República en la capital francesa. Allí se vieron imágenes de euforia más bien dignas de un triunfo en una Eurocopa o una Copa del Mundo. A esa alegría se sumaron estrellas de la selección francesa. Los Bleus tuvieron un rol preponderante en la campaña con sus llamadas a votar contra la extrema derecha. "El alivio está al mismo nivel de la inquietud de las últimas semanas. Es inmenso", afirmó en la red social X Jules Koundé, defensa del Barça.

placeholder Celebraciones en París, en la Place de la Republique (EFE/Yoan Valat)
Celebraciones en París, en la Place de la Republique (EFE/Yoan Valat)

La movilización del electorado, sobre todo de los jóvenes el núcleo duro de los votantes del Frente Popular— ha resultado una de las claves de estos comicios. Tras una primera vuelta marcada por un aumento significativo de la participación, con un 67% fue la más elevada en unas legislativas desde 1997, este domingo creció ligeramente. La participación se situó entre el 67% y el 68%, según las estimaciones. Fue la más alta en este tipo de comicios en los últimos 27 años.

"Una gran indeterminación"

Aprovechando el efecto psicológico de unos resultados inesperados, Mélenchon envió la presión del lado de Macron. Le exigió que dimitiera o bien nombrara a un primer ministro del Frente Popular. En el caso de que el presidente aceptara designar a un premier de izquierdas, muy probablemente no sería el veterano líder de los insumisos, sino alguno de sus delfines (Manuel Bompard, Clémence Guetté…). O bien un dirigente de los verdes o los socialistas, como Valérie Rabault. A pesar de su victoria del domingo, quizás con un valor más moral que político, la izquierda lo tendrá complicado para gobernar.

El Frente Popular se encuentra lejos de la mayoría absoluta. Pero los otros bloques (básicamente macronismo y el lepenismo) aún lo tienen más complicado para llegar a esa mayoría, salvo un pacto entre ellos. Este sería incomprendido, además, por la mayoría de sus votantes. "No habrá ninguna coalición ni ningún acuerdo" con Macron, advirtió el conservador Laurent Wauquiez, uno de los principales barones de Los Republicanos (LR, afines al PP). A pesar de haber protagonizado todo un serial en el inicio de la campaña, tras el pacto secreto de su presidente Éric Ciotti con Le Pen, la derecha republicana no se hundió y mantendrá un grupo de unos 45 escaños.

"La decisión de disolver la Asamblea Nacional, que debía ser un momento de clarificación —según una expresión utilizada por Macron— ha acabado comportando una gran indeterminación", lamentó el ex primer ministro Édouard Philippe, sobre el mosaico parlamentario que salió de las urnas. Macron no hizo declaraciones el domingo por la noche. Desde el Elíseo, indicaron que esperará a la composición de la nueva Asamblea, antes de nombrar a un jefe del Ejecutivo. Una de las certezas de la noche electoral fue que la crisis política en Francia no se ha terminado. Ya prepara el guion de los próximos episodios el demiurgo de este país imprevisible, en que la política rima con la pasión y la épica.

Lo celebraron como si fuera un gol decisivo de Kylian Mbappé en el último minuto de la prórroga. Cuando se terminó el contador de los últimos sesenta segundos antes de las ocho de la tarde y la pantalla mostró los resultados preliminares de las elecciones legislativas en Francia, los militantes del Frente Popular los aclamaron con euforia. Los quesitos electorales se dibujaron en la pantalla y mostraron un resultado que muchos no se imaginaban pocas horas antes: la izquierda ha vencido por la mínima las elecciones legislativas en Francia. Representa la primera fuerza en una muy fragmentada Asamblea Nacional, en la que resultará difícil alcanzar mayorías.

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