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Turismofobia: ¿desde cuando España tiene problemas con los visitantes?
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LOS GOBIERNOS YA TOMAN MEDIDAS

Turismofobia: ¿desde cuando España tiene problemas con los visitantes?

Los Gobiernos locales de las zonas más visitadas de España están tomando medidas: impuestos al turismo, prohibiciones de nuevos alojamientos y regulaciones estrictas a los apartamentos turísticos

Foto: Turist go home. (EFE/Alberto Valdés)
Turist go home. (EFE/Alberto Valdés)

Mark, 21 años, acaba de regresar a Londres de su viaje a Barcelona. Fueron ocho amigos. Pero el plan no salió como esperaban. "Nos pilló la protesta contra los turistas. Nosotros estábamos tan tranquilos tomando algo viendo el partido. Pero había gente con pistolas de agua y bloqueando las puertas de las terrazas", explica a este diario. "Aunque me he criado en Inglaterra, nací en España y mis padres son españoles. Como yo hablaba español no tuvimos problemas, pero tengo otros amigos ingleses que fueron a Málaga y no les dejaron entrar en algunos restaurantes. Dicen que ya no vuelven más", añade.

España va camino este año de repetir el escenario de 2023 cuando atrajo un número récord de turistas mientras compite por arrebatarle a Francia el título del mayor destino turístico del mundo. Se registró un aumento de 13 millones de personas, lo que elevó el número de visitantes internacionales a un nuevo máximo de más de 85 millones (casi el doble de la población española), según una clasificación de la agencia de turismo de la ONU. Sin embargo, a más turistas, más empobrecimiento de los residentes locales, ¿qué es lo que falla?

El auge de visitantes es un estímulo económico para un país donde el turismo representa entre el 12 y el 13% del PIB. Pero, irónicamente, es el propio turismo el que está destruyendo el mismo producto que vende. Esto está provocando cada vez más protestas de los lugareños. Y la llamada "turismofobia" tiene cada vez más eco en los medios británicos.

El titular de Sky News: "¿Estás pensando en ir a Barcelona? Mejor no" o el del Daily Mail "A los británicos se les dice que se vayan a casa mientras aparecen grafitis antituristas", son tan solo algunos ejemplos.

Foto: Salado, presidente de Turismo Costa del Sol, durante su intervención en el foro 'Turismo consciente, impacto positivo', organizado por El Confidencial. (EC)

España superó a Estados Unidos para convertirse en el segundo país más visitado del mundo en 2017 y desde entonces ha estado tratando de cerrar la brecha con París que este verano, con los Juegos Olímpicos, podría superar las cifras del año pasado, donde las llegadas aumentaron entre 7 millones y 100 millones. En previsión a las olimpiadas, el impuesto turístico de las habitaciones de hotel en "la ciudad de la luz" aumentó un 200%, a partir de enero de 2024.

El Reino Unido continúa encabezando la lista de países emisores (17,3 millones, en 2023, un aumento del 14,6% respecto a 2022). Son los que más vienen a nuestro país y también los que más dinero dejan (más de 19.000 millones de euros en 2023, un 16,3% más que en 2022). Pero en mayo, se instó a los turistas británicos a mantenerse alejados de las Baleares después de que el turismo alcanzara "su límite", según Marga Prohens, presidenta del Gobierno regional de las Islas Baleares.

Por su parte, por primera vez en la historia, decenas de miles de residentes de las Islas Canarias se unieron en abril para protestar contra el turismo de masas. Entre sus lemas se encontraban "Canarias tiene un límite", "Aquí vive gente" y "No queremos ver morir nuestra isla". Los manifestantes exigen, entre otros, una tasa ecológica, límites a la llegada de turistas, una moratoria turística y control de la construcción de proyectos relacionados con el turismo.

Foto: El edificio de viviendas en construcción. (Europa Press/Eduardo Parra)

Aunque sus demandas no son algo nuevo. En 2017, después de que se llegara a un récord de 75,6 millones de turistas (incluidos 17,8 millones del Reino Unido) ya se celebraron protestas en diferentes ciudades españolas, replicando los movimientos que ya empezaban a surgir en varias localizaciones europeas, desde Roma pasando por Dubrovnik, donde los residentes expresaban su frustración contra las avalanchas de los cruceros.

A pesar de que los ingresos del turismo se encuentran actualmente en su punto más alto de todos los tiempos, en 2023, el 34% de los canarios estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, la segunda cifra más alta de España después de Andalucía, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo que quieren los lugareños, por tanto, es reconsiderar su modelo económico. ¿Cómo es posible que cuanto más dinero entra por parte de los visitantes, más locales entran en el umbral de la pobreza?

Los isleños saben que si el turismo —y los 20.300 millones de euros que aportó al archipiélago el año pasado (35 por ciento del PIB de la región)— se redujera repentinamente, Canarias quebraría prácticamente de la noche a la mañana, con más de la mitad de su fuerza laboral sin trabajo.

En Tenerife, hay cada vez más trabajadores que duermen a la intemperie porque no pueden permitirse el lujo de alquilar un apartamento

Pero las protestas son el resultado de un modelo de turismo de masas que, según los residentes, contribuye a la escasez de agua, el deterioro de los espacios naturales, la congestión del tráfico y el sobreprecio de los alquileres de apartamentos a largo plazo. El llamado "efecto Airbnb" ha causado estragos entre los residentes desde Barcelona hasta Budapest, y desde Miami hasta Marbella. A medida que se compran propiedades para alquiler vacacional, la oferta de unidades a largo plazo disminuye, lo que genera una escasez crítica de viviendas y la perturbación de las comunidades.

En Tenerife, hay cada vez más trabajadores que duermen a la intemperie en tiendas de campaña o cuevas porque no pueden encontrar o no pueden permitirse el lujo de alquilar un apartamento. Las Islas Canarias tienen el segundo salario medio más bajo de toda España y, dentro de él, el sector peor pagado es el de la hostelería, con un salario neto medio de aproximadamente menos de 1.000 euros al mes. Si se tiene en cuenta que los apartamentos de larga duración para trabajadores en las zonas turísticas son escasos y que la mayoría cuesta ahora más de 1.000 euros al mes, no hace falta ser matemático para darse cuenta de que el modelo económico está fallando.

Alrededor de 16 millones de personas visitaron las Islas Canarias en 2023, y en febrero de este año se registró un aumento de turistas del 14,4 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado. Sumado a un 10% más de capacidad aérea ya disponible para este verano, es probable que esas cifras aumenten. "Buenas noticias para el Gobierno y la industria turística; Malas noticias para aquellos residentes que están sintiendo los efectos de que se priorice el turismo sobre sus necesidades. En resumen, a las Islas Canarias llega más dinero que nunca, pero los residentes sienten que aún no han cosechado los beneficios", señala The Telegraph.

Foto: Personajes de relleno en Cuenca Land. (Six 3D)

El análisis del rotativo británico termina con una importante reflexión: "Los lugareños aprecian a sus turistas y están agradecidos por los beneficios económicos que les brindan; solo quieren una parte justa de las ganancias a cambio de soportar los inevitables inconvenientes de vivir en un popular lugar de vacaciones. Si eres un turista respetuoso y considerado, las Islas Canarias siguen siendo muy abiertas y no dejes que ningún eslogan (o titular) te diga lo contrario".

El turismo de playa sigue siendo el principal atractivo y la situación por la guerra en Oriente Medio está atrayendo además a viajeros que de otro modo habrían ido a países competidores emergentes como Turquía, Túnez o Egipto.

No obstante, en respuesta a la "turismofobia", los Gobiernos locales de las zonas más visitadas de España están tomando medidas enérgicas que incluyen impuestos al turismo, prohibiciones de nuevos alojamientos vacacionales y regulaciones estrictas sobre apartamentos de alquiler estilo Airbnb.

La Organización Mundial del Turismo predice que para finales de esta década, el flujo de turistas superarán los dos mil millones

En el centro de Málaga, las viviendas vacacionales equivalen ya al 22,3% del mercado de alquiler residencial, según el análisis del Banco de España. Pero en pleno centro de Marbella su presencia es aún mayor: las viviendas destinadas a alojamiento turístico equivalen al 64% del mercado de alquiler de larga duración. El Gobierno de Mallorca está reduciendo el número de plazas turísticas en la isla en 18.000, el 4 por ciento del total. Por su parte, las Islas Baleares han endurecido una ley para frenar el consumo excesivo de alcohol.

San Sebastián ha decretado que los grupos turísticos no pueden superar las 25 personas en un intento por reducir la congestión de las aceras. En Cataluña, el Gobierno regional ha impuesto límites al uso de agua en los hoteles por primera vez. Y en su capital, Barcelona, ​​el nuevo alcalde, Jaume Collboni, ha dicho que la ciudad estaba en su límite y ha prometido eliminar los apartamentos turísticos en el casco antiguo.

Hereu afirmó que España apuesta por un turismo de "calidad" por encima de la cantidad, lo que implica hacer que el sector sea sostenible en términos económicos, ambientales y sociales. "Los ciudadanos son una parte esencial del turismo", afirmó. "Debemos escuchar sus demandas, vengan de donde vengan, porque sin ciudadanos no hay destinos turísticos".

Foto: Andoni Ortuzar (PNV) y Fernando Clavijo (Coalición Canaria) presentaron CEUS el pasado 22 de mayo en Madrid (EFE/Daniel González)

La Organización Mundial del Turismo predice que para finales de esta década, el flujo de turistas internacionales superará la asombrosa cifra de dos mil millones. Por lo que todos los Gobiernos europeos están bajo presión para encontrar soluciones. Los residentes locales exigen cada vez restricciones más fuertes y muchas veces toman sus propias medidas.

El verano pasado, por ejemplo, los activistas colocaron señales de advertencia falsas en las playas de Mallorca para mantener alejados a los turistas ingleses con carteles advirtiendo sobre "medusas peligrosas", "rocas que se caen" y "agua de mar contaminada con aguas residuales", según euronews.

Italia, que también se encuentra entre los cinco destinos más visitados del mundo, ha estado implementando diversas prohibiciones y tarifas en los sitios turísticos más buscados. En Venecia, los visitantes deben pagar una tarifa de 5 euros para ingresar los fines de semana y otros días pico entre abril y mediados de julio bajo un programa piloto mientras los funcionarios intentan disuadir a los visitantes de llegar en los días pico. La ciudad ha prohibido a los grandes cruceros anclar en su centro histórico después de que la UNESCO amenazara con incluir la ciudad en su lista de lugares en peligro. Florencia ha prohibido los alquileres a corto plazo en el centro histórico de la ciudad a través de plataformas como Airbnb, mientras que el famoso Portofino, un conocido destino para personas influyentes y celebridades, ha introducido una multa de 275 euros por cortar puntos de acceso para tomarse selfies.

Foto: Dos personas observan las olas en la localidad de El Cotillo, en el norte de Fuerteventura. (EFE/Carlos de Saá)

En la región meridional del Algarve, en Portugal, los turistas se arriesgan a multas que oscilan entre 200 y 36.000 euros por comportamiento antisocial, como poner música a alto volumen o acampar fuera de los campings.

Por su parte, la ciudad holandesa más visitada, Ámsterdam, ya no permitirá la construcción de nuevos hoteles. "La iniciativa pretende limitar el turismo y limitar el número de pernoctaciones en hoteles a 20 millones al año", según Schengen news. Ya en 2022, la ciudad lanzó una campaña "Stay Away" para disuadir a los turistas, en particular a los jóvenes británicos, de planificar fiestas impulsadas por las drogas y el alcohol. También ha limitado el uso de cannabis al Barrio Rojo y ha diseñado cafeterías para salvar a los residentes de los turistas que eligieron esta ciudad para consumir drogas, entre otras cosas.

En Escocia, a los cruceros se les cobrará un nuevo impuesto para abordar el "doble desafío" de las emisiones y el exceso de turismo. La superpoblada ciudad de Dubrovnik, en Croacia, ha introducido prohibiciones sobre dormir en zonas públicas, orinar en espacios públicos, subir a monumentos, comportarse en estado de ebriedad, beber alcohol cerca de espacios públicos protegidos, incluidas escuelas, y delitos relacionados con drogas, todos los cuales son punibles con altas multas y penas de cárcel.

Mark, 21 años, acaba de regresar a Londres de su viaje a Barcelona. Fueron ocho amigos. Pero el plan no salió como esperaban. "Nos pilló la protesta contra los turistas. Nosotros estábamos tan tranquilos tomando algo viendo el partido. Pero había gente con pistolas de agua y bloqueando las puertas de las terrazas", explica a este diario. "Aunque me he criado en Inglaterra, nací en España y mis padres son españoles. Como yo hablaba español no tuvimos problemas, pero tengo otros amigos ingleses que fueron a Málaga y no les dejaron entrar en algunos restaurantes. Dicen que ya no vuelven más", añade.

Turismo Organización Mundial del Turismo (OMT)
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