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De Málaga a Varsovia: el mapa de las regiones con más viviendas turísticas de Europa
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"NO EXISTE LA TURISMOFOBIA"

De Málaga a Varsovia: el mapa de las regiones con más viviendas turísticas de Europa

La costa croata y Andalucía son las regiones con más penetración de viviendas turísticas de Europa, pero este modelo tiene cada vez más detractores

Foto: Vecinos manifestándos contra los alquileres turísticos en Málaga. (A. Somavilla)
Vecinos manifestándos contra los alquileres turísticos en Málaga. (A. Somavilla)

“¿Mejor una cafetería-cafetería, no?”, pregunta Pablo con una redundancia necesaria al no encontrar un bar cuyo letrero no esté en inglés. Ha quedado a desayunar con una amiga en el centro de su ciudad natal, Málaga, antes de la manifestación del 29 de junio contra los alquileres turísticos. Es consciente de que la turistificación y la especulación se han convertido en más que una realidad y a sus 24 años no cuenta con poder comprarse una casa en su barrio, ni siquiera en un futuro lejano. De hecho, de su grupo de amigos es el que más complicado lo tiene por ser del centro.

Málaga es uno de los focos de lo que ya se conoce como overturism o turismo en exceso, pero no es el único. Europa es la región más visitada del mundo, de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (UNWTO). Según datos del organismo, este sector alcanzará este año los niveles registrados antes de la pandemia. Estas buenas noticias para muchos no lo son tanto para otros, ya que se han traducido en todo el continente en un incremento de los precios de la vivienda y el alquiler por los alquileres turísticos al tiempo que se ha reducido el comercio local. Estos efectos son muy evidentes en ciudades como Atenas, Roma o la ya citada Málaga.

Según los últimos datos sobre alojamiento de corta estancia ofertados a través de plataformas económicas colaborativas publicados por Eurostat, entre enero y septiembre de 2023 (últimos datos disponibles), Andalucía se posicionaba como la segunda región con mayor número de pernoctaciones — con más de 25 millones — de toda Europa, solo superada por la zona costera de Croacia, donde se superan los 30 millones.

Las siguientes comunidades españolas son Cataluña (más de 17.220.000, quinta región), Comunidad Valenciana (más de 15.940.000, sexta región) y Canarias (más de 13.860.000, novena región), todas ellas dentro de los 10 países donde los visitantes han pasado más noches en este tipo de alojamientos.

Los datos permiten ver también cuál es la tendencia a nivel europeo. En la mayor parte de las regiones, el uso de las viviendas turísticas ha crecido respecto al mismo periodo de 2019. La mayor variación se ha experimentado en países del norte y este del continente como Suecia o Polonia. Allí, el número de noches contratadas a través de plataformas ha crecido hasta un 290% en la zona de Mazovia que rodea a la capital del país.

En España también crece el número de noches en apartamentos turísticos, especialmente en Galicia y Asturias. Cataluña, en cambio, es una de las pocas regiones europeas en las que las reservas son ahora inferiores a las del año previo a la pandemia.

En lo internacional, en los últimos años Grecia ha batido récords de llegadas hasta el punto de que en algunas zonas (como las islas de Mykonos y Santorini) los residentes permanentes se enfrentan a graves problemas en su vida cotidiana. Según datos de la Compañía de Desarrollo y Promoción Turística del Ayuntamiento de Atenas y de los operadores hoteleros, se calcula que la ciudad acogió entre 6,5 y 7 millones de turistas en 2023. El número de hoteles en el sector central de Atenas aumentó un 26%, mientras que en los alojamientos de alquiler de corta estancia se registró un aumento del 475%.

En 2023, Grecia recibió más de 32,7 millones de visitantes e ingresó más de 19.800 millones de euros, al tiempo que acogió a más de 3,3 millones de turistas de crucero, que generaron 847,4 millones de euros.

Allí, la población también reclama que la creciente presencia de turistas dificulta el acceso a la vivienda. Entre otras propuestas, plantean que haya playas sin restauración ni tumbonas. La industria turística —a pesar de su agudo impacto en algunos casos— no se cuestiona. No porque los antiguos griegos creyeran que Zeus, el padre de los dioses, era "Xenios" y que la hospitalidad era sagrada, sino porque el turismo sigue siendo una fuente clave de ingresos y prosperidad para el país.

"Más allá del mercado de la vivienda (la turistificación), afecta al entorno urbano en general. Esto incluye la creación de burbujas de consumo dirigidas exclusivamente a residentes de corta duración, la conversión de barrios residenciales en zonas de fiesta, el aumento de la presión sobre las infraestructuras públicas y el deterioro de los paisajes culturales locales", aclara Dimitris Pettas, investigador principal del Instituto de Planificación Urbana y Regional de la Universidad Técnica de Berlín. Añade que Atenas es el ejemplo perfecto de la ausencia de normativas y aterriza también el problema sobre los agentes financieros y el apoyo activo a iniciativas como las Golden Visa y la Digital Visa.

La vecina Italia se encuentra en la misma situación. Evitan hablar mal del turismo por la importancia del sector, pero la sociedad es consciente de sus efectos negativos. Los ciudadanos locales de centros turísticos como Roma, Florencia o Venecia suelen estar desesperados y ansiosos por "reconquistar" sus espacios, siendo una de las principales luchas contra el gobierno italiano de extrema derecha de Meloni, que intenta presionar en sentido contrario afirmando que el turismo es el mayor valor del país y que, por tanto, hay que apoyarlo.

Foto: Turistas observan el paisaje urbano de Atenas desde la Acrópolis. (Reuters/Alkis Konstantinidis)

Según informa Il Sole 24 Ore, el tema es aún más candente en Florencia y Roma, donde los residentes ya se sienten abrumados por los flujos turísticos. Las administraciones públicas de Florencia están pensando en limitar los horarios o localidades de la Toscana, y Roma sigue con medidas sin concretar. Solo en 2023, la Ciudad Eterna registró casi 50 millones de "presencias" de turistas, y las cifras pueden aumentar aún más con el Jubileo de 2025.

Los efectos son los mismos: el acceso a la vivienda y el encarecimiento de los precios. El auge de las plataformas de alquiler a corto plazo ha hecho que, en Roma o Milán, la vivienda sea una "emergencia social".

Países como República Checa o Bulgaria no parecen encontrarse en dicha tesitura a nivel generalizado. Solo focos como Praga o Krumlov sufren de falta de disponibilidad de vivienda, siendo Airbnb "objetivamente un problema" , según informa Denik Referendum. Pese a que la situación no es como la de Venecia o Barcelona, donde ya se han implantado algunas medidas, el turismo excesivo está presente en los debates políticos a nivel local.

Por su parte, desde el medio búlgaro Mediapool.bg matizan que el máximo problema derivado del turismo está relacionado con la preservación de los espacios de "playas salvajes" y en febrero de este año se consiguió prohibir la construcción hotelera en dichos territorios.

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Estas zonas tradicionalmente dependientes del turismo se sienten sobreexplotadas por el sistema. De ahí el concepto de overturism que, definido por la Organización Mundial del Turismo (UNWTO), se refiere "al impacto del turismo en un destino, o partes del mismo, que influye excesivamente en la percepción calidad de vida de los ciudadanos y/o calidad de los visitantes experiencias de manera negativa".

Las consecuencias sociales derivadas de la falta de regulación chocan con las instituciones que priorizan el modelo turístico actual. "El concepto de turismo sostenible no existe", opina Claudio Milano, doctor en Antropología Social y Cultural y autor de Overturism y turismofobia: Tendencias Globales y contexto locales. Para él, el modelo está lejos de cambiar. Entre las alternativas para frenarlo, propone "no invertir más dinero público en promoción turística (...) y evitar que haya más propuestas para agrandar infraestructuras". Como ejemplo, señala el caso de Tarragona y su nuevo muelle para el atraque de cruceros.

España se moviliza contra el modelo turístico

Mientras algunos países europeos buscan soluciones, Canarias, Barcelona, Baleares, Málaga, Cádiz, y ahora, el próximo 20 de julio, Cantabria salen a la lucha "Para vivir y no para sobrevivir". Una movilización contra un modelo turístico que, al menos en España, parece no encontrar una solución.

Málaga fue la última provincia en salir a reivindicar. Miles de personas —5.500 según la Policía Nacional y 25.000 según la organización— marcharon por las principales calles afectadas por la turistificación, en el centro histórico, convocadas por el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos. "Málaga para vivir, no para sobrevivir" fue el lema para representar esa "situación crítica", según los organizadores.

Manifestantes avanzando por la Alameda, avenida principal en el centro de la ciudad de Málaga. Se lee una pancarta:

"La narrativa promovida por los poderes públicos es una mentira y lo único que han conseguido es fomentar un modelo de ciudad donde lo que importa es su dinamización a través de la especulación", defiende Kike España, del Sindicato de Inquilinos e Inquilinas de Málaga a este medio. Aclara que lo que se busca con esta movilización es sentar un punto de inicio para el cambio de un modelo que "hace diez años ni se podía cuestionar".

Los manifestantes avanzaron hasta la plaza de la Merced, donde "en torno al 70% de los pisos que la rodean son destinados a alquiler vacacional" según el propio manifiesto de la concentración. Entre pancartas de "Málaga no se vende", "Este turismo no es sostenible", "Vecina, despierta, especulan en tu puerta", denunciaban los efectos de la gentrificación, la subida del alquiler, la precarización de puestos de trabajo relacionados con la limpieza o la hostelería y la expulsión de la comunidad local de los barrios. Unas quejas compartidas ese mismo día en Cádiz, donde bajo el mismo lema se reunían más de 3.000 gaditanos.

Lo que nació en Canarias como una reivindicación contra el modelo turístico, en abril de este año, ahora se expande por todo el país. El discurso central versa sobre la falta de responsabilidad por parte de los agentes públicos y reguladores, que no ponen límite a las que impiden el acceso a la vivienda, poniendo por delante el turismo frente a lo local.

De acuerdo a los datos sobre Vivienda Turística en España y su capacidad publicados por el INE, en toda España hay más de 351.000 viviendas turísticas, con 1,75 millones de plazas. Unas cifras que han aumentado un 9,3% y un 7,61% desde 2020, respectivamente.

Málaga es la provincia española con mayor número de viviendas (41.038) y plazas turísticas (205.047). Le siguen Alicante (38.007 viviendas), Islas Baleares (25.073) y las Canarias (Las Palmas —25.070— y Santa Cruz de Tenerife —21.714—).

"El precio de los alquileres está expulsando a la gente, porque las viviendas de toda la ciudad han sido sustituidas por alquileres turísticos, aumentando, así, el precio general del alquiler", explica Kike España. Añade que la situación ha llegado a un "cataclismo urbanístico" y que la insostenibilidad de algo "tan básico como es el acceso a la vivienda" es lo que ha movido a las personas a salir a la calle.

Desde 2021, el precio medio del alquiler de viviendas unifamiliares y plurifamiliares de entre 60 y 90 metros cuadrados, en la zona centro de Málaga, se ha duplicado. Ha pasado de los 705 euros de media mensual a 1.400, según los datos publicados por la consultora inmobiliaria CBRE. Idealista apunta un aumento en el último año del 16,5% del precio del m2 del alquiler en esta provincia.

Las calles gaditanas expresaron esta misma disconformidad y desde la Plataforma Cádiz Resiste, convocantes de la marcha, declararon la situación de la vivienda como "de urgente necesidad". Proponían establecer zonas tensionadas para frenar la especulación inmobiliaria y "proteger el derecho a una vivienda digna para todos los residentes".

Pablo y sus amigos podrían ser cualquier grupo de manifestantes jóvenes de las ciudades que se han unido a la causa. Hablan de la imposibilidad de cambiar de trabajo ante un mercado algo saturado, la incertidumbre que les genera su futuro y la posibilidad de dejar de trabajar — en el caso de algunos— en la gran ciudad para volver a su litoral natal.

Eso sí, la sociedad tiene claro que esto no es una lucha solo de los jóvenes. "Hasta mi madre ha venido", dice una de las chicas del grupo con cierto tono de sorpresa ante ese aparente espíritu reaccionario. "Esto es un movimiento transversal", aclaran desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Málaga.

Foto: Manifestación este sábado en málaga en contra de la turistificación Opinión
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El efecto del turismo en los precios de la vivienda es una de las consecuencias del fenómeno, pero muchos manifestantes apuntaban también la expulsión del comercio local a causa de la instauración de un nuevo tejido de franquicias, algo que corroboraron desde los sindicatos: "No se puede hacer nada porque todo está sobreexplotado y la situación acaba siendo desagradable".

"Guiri, capullo, el centro no es tuyo"

Todo estos desgastes derivados de la turistificación y la gentrificación han generado un rechazo al instaurarse como seña de identidad. "Menos bruch, más pitufos", corean Pablo y sus amigos. Ellos han podido tomarse su pitufo con tomate y aceite y un mitad — un bollo de pan y un café con leche a lo malagueño— antes de la manifestación, pero no ha sido fácil. La desaparición del comercio local y la globalización les afecta y cargan contra los anglicismos y las terrazas llenas.

Aunque desde las asociaciones y sindicatos se desvinculan del movimiento de odio contra los turistas y aclaran que las quejas son alrededor del modelo, alguna parte de la sociedad y, en concreto, de los manifestantes no dudan en culpar al extranjero. En concreto, al internacional. "Guiri, capullo, el centro no es tuyo" se grita desde un sector que avanza junto a unas terrazas cuyos clientes llevan sombreros de paja y piel rosada por el sol.

Manifestante sostiene una pancarta:

El grupo de jóvenes malagueños no odia al "guiri", pero entienden que el hecho de que las instituciones "les pongan por delante" no ayuda a la situación. A esto se le une la adquisición de viviendas desde fondos extranjeros, que es una de las quejas compartidas por sus compatriotas gaditanos.

Sin embargo, ya desde las movilizaciones en Canarias se escuchaban cánticos como "No es turismofobia es canaricidio", para desvincularse de las acusaciones de la patronal turística. Se trata de un debate muy presente y sensible entre los manifestantes. Los convocantes son conscientes y por eso lo hacen tan notorio.

El número de turistas internacionales que visitaron España en 2023 ya superó los 85 millones por primera vez desde que hay registros estadísticos. Una cifra que supuso un 18,7% más que en 2022. En 2024, España ha vuelto a superar ese récord con más de 33,2 millones de turistas internacionales hasta mayo, lo que supone un incremento del 13,6% respecto al año pasado.

Sólo hasta el mes de mayo de este año, España recibió 9,3 millones de turistas internacionales, cerca del 28% del total del año. Estos aumentaron su gasto en 11.687 millones de euros, un crecimiento del 19,7% respecto al gasto del mismo mes del año anterior.

"No hay turismofobia, son problemas reales que no hablan de los turistas sino de poner límites al sector", aclara Claudio Milano. Sitúa la crisis del turismo en 2008 como el momento de apertura a la turistificación de la vida cotidiana, aunque destaca como puntos de inflexión la aparición de plataformas como Uber o Airbnb. "Se reivindica un derecho deteriorado", añade, y hace alusión a que durante la pandemia la sociedad se despreocupó de un modelo que ya era problemático, pero no ha sido hasta ahora que se han retomado las críticas.

“¿Mejor una cafetería-cafetería, no?”, pregunta Pablo con una redundancia necesaria al no encontrar un bar cuyo letrero no esté en inglés. Ha quedado a desayunar con una amiga en el centro de su ciudad natal, Málaga, antes de la manifestación del 29 de junio contra los alquileres turísticos. Es consciente de que la turistificación y la especulación se han convertido en más que una realidad y a sus 24 años no cuenta con poder comprarse una casa en su barrio, ni siquiera en un futuro lejano. De hecho, de su grupo de amigos es el que más complicado lo tiene por ser del centro.

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