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"La tormenta que se avecina": ¿está Europa realmente unida para el mundo post-occidental?
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4ª cumbre de la Comunidad Política Europea

"La tormenta que se avecina": ¿está Europa realmente unida para el mundo post-occidental?

Europa atraviesa uno de sus mayores desafíos. A la guerra en Ucrania se le suma la pérdida de influencia internacional ante la irrupción de nuevos actores que amenazan con socavar "los valores de Winston Churchill"

Foto: Imagen del primer ministro británico, Keir Starmer, con el presidente francés, Emmanuel Macron en la Cumbre de la Comunidad Política Europea. (Hollie Adams/PA Wire)
Imagen del primer ministro británico, Keir Starmer, con el presidente francés, Emmanuel Macron en la Cumbre de la Comunidad Política Europea. (Hollie Adams/PA Wire)

El inusual sol veraniego con el que amanecía el Palacio de Blenheim contrastaba con “la tormenta que se avecina” sobre el Viejo Continente mencionada por el 'premier' Keir Starmer, anfitrión de la cuarta reunión de la Comunidad Política Europea celebrada en la campiña inglesa “Elegimos afrontar esta tormenta juntos. Esa es la elección del Gobierno que dirijo desde hace dos semanas. Queremos trabajar con todos vosotros para restablecer las relaciones, redescubrir nuestros intereses comunes y renovar los lazos de confianza y amistad... La tarea es urgente porque nuestra seguridad está en juego”, recalcaba al inicio de este foro informal que involucra tanto a países miembros y no miembros de la UE para mostrar unidad ante los desafíos globales.

Si bien es cierto que la reelección de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea se ha decidido mediante una votación pacífica en Estrasburgo, a principios del siglo XVIII mandaba otra tradición: la guerra. En la batalla de Blenheim de 1704, las fuerzas británicas, holandesas, alemanas, austriacas y danesas se unieron para defender lo que todavía se conocía como el Sacro Imperio Romano Germánico contra los franceses y bávaros. En reconocimiento a su liderazgo, se otorgó a John Churchill, el primer duque de Marlborough, el terreno y el dinero para construir un palacio. Y en uno de sus modestos dormitorios, nacería años más tarde (en concreto 1874) el Churchill, que acabó mudándose luego a Downing Street.

La salita era visitada este jueves por los líderes europeos en la cita de este jueves, donde se ha invitado, por primera vez, a líderes de la OTAN, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europea y el Consejo de Europa. “Defendemos los valores que Churchill encarnaba en todo el mundo. Libertad y democracia, sí, por supuesto, pero también resistencia y determinación en su defensa”, matizaba Starmer.

Foto: El primer ministro británico, Keir Starmer (2d), junto al canciller alemán, Olaf Scholz (d), y el presidente francés, Emmanuel Macron. (EFE/ EPA/Pool/Ting Shen)
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El diario de la diplomacia no ha podido jugar más a su favor. Apenas lleva dos semanas en el cargo, pero la cita en el Palacio de Blenheim se convierte en el mejor escenario para uno de sus grandes objetivos: resetear las relaciones con la UE. En la mayoría de los aspectos fundamentales de la política exterior –principalmente OTAN, Ucrania y las relaciones con Estados Unidos y China– el nuevo gobierno laborista continúa la senda de los conservadores. Pero en las relaciones con Bruselas, Starmer marca claras diferencias, buscando ahora estrechar vínculos tras los turbulentos años del Brexit.

El 'premier' quiere proyectar la imagen del buen vecino, pero sin parecer impaciente por desentrañar los espinosos detalles del nuevo Acuerdo Comercial post-Brexit que debe renovarse en 2025. Ni en las capitales europeas ni en las instituciones de la UE hay apetito por embarcarse de nuevo en un arduo proceso de negociaciones.

Pero sí están más receptivos a la propuesta inicial de Starmer para cerrar un nuevo pacto de defensa y seguridad entre el Reino Unido y la UE, en la que la seguridad se define de manera amplia para incluir el suministro de energía, política climática y migración. En definitiva, se quiere restaurar la alineación estratégica amplia prevista en la “declaración política” adjunta al Acuerdo de Brexit, negociado en su día por Theresa May y triturado luego por Boris Johnson.

Pese a la ausencia de Ursula von der Leyen, el primer ministro británico mantuvo diferentes reuniones bilaterales con sus homólogos, y por la noche cenó con Emmanuel Macron. Tras cancelar el polémico Plan Ruanda del Ejecutivo conservador, necesita cooperación con París para afrontar la crisis migratoria del canal de la Mancha.

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Como el único país europeo que figura junto a Francia como una potencia militar importante, Reino Unido tiene hardware y experiencia para ofrecer a las democracias continentales que se sienten vulnerables a la agresión rusa. La ansiedad de muchos países aumenta a medida que Donald Trump se acerca cada vez más la Casa Blanca, socavando a la OTAN y apaciguando al Kremlin.

Han pasado ocho décadas desde que el Churchill, nacido en el Palacio de Blenheim, jugara un papel crucial en la liberación de Europa y se convirtiera luego en visionario defensor de una reconstrucción basada en la reconciliación entre Francia y Alemania. Y más de 80 años después de que las fuerzas norteamericanas desembarcaran en Normandía — junto con los británicos y canadienses — para derrotar al nazismo, el Viejo Continente sigue dependiendo Estados Unidos como “pacificador”.

A pesar de toda la celebración en la reciente cumbre de la OTAN en Washington del apoyo occidental a Ucrania y el aumento del gasto en defensa, Europa todavía está lejos de tener la voluntad política colectiva y los medios militares para lograr acabar con la invasión rusa en Ucrania por sí sola. Los analistas llevan meses advirtiendo que la victoria de Putin significaría una “desestabilización crónica del orden europeo construido después de 1945, inicialmente solo en el oeste, y extendido a Europa central y oriental desde 1989”.

Foto: Keir Starmer en una visita a la playa de Falmouth. (Getty/Hugh R Hastings)

Si bien el Occidente transatlántico se ha unido, en términos generales, para apoyar a Ucrania y sancionar a Rusia, ha sido también testigo de cómo China, India, Turquía, Brasil y Sudáfrica continúan haciendo negocios con Putin, al que consideran un aliado valioso. Y estas grandes y medianas potencias no europeas tienen ahora suficiente peso económico y militar para contrarrestar los esfuerzos incluso de un Occidente unido. ¿Hemos entrado ya en un mundo post occidental?

Son muchos países los que están llevando a cabo lo que el primer ministro indio Modi ha llamado “multialineación”, es decir, cultivar vínculos múltiples y cambiantes según convenga con diferentes socios en post de propios intereses. Dentro de Europa, Viktor Orbán, primer ministro de Hungría - que además de ser miembro de la OTAN tiene ahora la presidencia de turno de la UE- ha realizado este mes viajes no anunciados a Moscú y Pekín en lo que describió como una “misión de paz” para mediar un final de la guerra de Rusia en Ucrania. Y será en Budapest, precisamente, cuando se celebre en noviembre la próxima reunión de la Comunidad Política Europea.

En este sentido, durante su intervención en la cita de este jueves, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que líderes europeos no deben permitir que Putin los “chantajee”. “Si alguien intenta resolver los problemas a espaldas de otros o incluso a expensas de otra persona, si alguien quiere hacer algunos viajes a la capital de la guerra, para hablar y tal vez prometer algo en contra de nuestros intereses comunes o a expensas de Ucrania u otros países, entonces ¿por qué deberíamos considerar a una persona así?”, matizó. No hizo falta dar nombres.

Aunque la guerra de Ucrania centró la cita de este foro — donde no hay un comunicado conjunto ni se cierra ningún acuerdo formal — también se organizaron diferentes grupos para tratar la inmigración, pobreza, crisis climática, desigualdad global y defensa de la democracia, centrada en la desinformación. Fue en esta última en la que participó el presidente español, Pedro Sánchez, donde explicó la importancia de “defender a los medios de comunicación de los que no lo son” y actuar contra los bulos “que están socavando la convivencia”.

El inusual sol veraniego con el que amanecía el Palacio de Blenheim contrastaba con “la tormenta que se avecina” sobre el Viejo Continente mencionada por el 'premier' Keir Starmer, anfitrión de la cuarta reunión de la Comunidad Política Europea celebrada en la campiña inglesa “Elegimos afrontar esta tormenta juntos. Esa es la elección del Gobierno que dirijo desde hace dos semanas. Queremos trabajar con todos vosotros para restablecer las relaciones, redescubrir nuestros intereses comunes y renovar los lazos de confianza y amistad... La tarea es urgente porque nuestra seguridad está en juego”, recalcaba al inicio de este foro informal que involucra tanto a países miembros y no miembros de la UE para mostrar unidad ante los desafíos globales.

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