Von der Leyen pide a la Eurocámara su reelección para "liderar la lucha" por Europa

Inevitable. Una continuación irremediable para el bien de Europa. Así se ha querido presentar Ursula von der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea, ante los 719 eurodiputados del Pleno de la Eurocámara reunidos en Estrasburgo, que este jueves tienen que decidir si apoyan la reelección de la alemana, que lleva al frente del Ejecutivo comunitario desde 2019, o si la rechazan.

La alemana se someterá a una votación a partir del mediodía, en la que si participan todos los eurodiputados presentes en Estrasburgo, la mayoría se encontraría en los 360 votos a favor. Aunque la coalición que le ha sostenido durante los últimos cinco años suma 400 eurodiputados, ella y sus más cercanos dan por hecho que habrá muchos de ellos que votarán en contra, por lo que se han dedicado a buscar apoyos más allá de la bancada popular, socialista y liberal.

En sus directrices políticas, algo así como la hoja de ruta que propone para el próximo lustro, Von der Leyen ha hecho las propuestas que luego ha desarrollado en su intervención ante el Pleno, una hora después. En ese documento, de poco más de 30 páginas, distribuido a primera hora de esta mañana, la alemana ha buscado recoger algunas de las propuestas sugeridas por los principales grupos en estos últimos días de consultas.

Por ejemplo, recoge la idea de que un comisario encargue un plan de acción para la vivienda accesible, una propuesta de los socialistas europeos, o la idea de un vicepresidente de la Comisión Europea a cargo de simplificación administrativa, un puesto hecho a medida a raíz de las discusiones con el Gobierno italiano de Giorgia Meloni. El texto hace un especial hincapié en la seguridad, la defensa y las inversiones.

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Esta Von der Leyen es muy distinta a la que se presentó ante el Pleno en 2019. De sus discursos hieráticos, sin capacidad de captar atención, arrastrando la grisura de una política de peso intermedio en la política regional y federal cuya carrera se había estancado, atrapada en el laberinto del ministerio de Defensa alemán, esta vez se ha mostrado ágil, con un discurso mejor hilado y preparado.

Ha recordado a los presos de la isla de Ventotene (Italia) durante el régimen de Benito Mussolini, entre los que se encontraba Altiero Spinelli, uno de los padres espirituales de la unidad europea, o buscando inspiración en "gente que se enfrentó desarmada a los tanques soviéticos (República Checa), que puso claveles en los fusiles (Portugal) y derribó un muro con sus propias manos (Alemania)". “Personas que aún hoy arriesgan su vida por este sueño llamado Europa. Generación tras generación han hecho Europa. Han elegido una Europa fuerte. Y ahora esa responsabilidad depende de nosotros”, ha señalado la alemana.

La candidata a presidir la Comisión Europea ha reflejado en su discurso la imagen de una Europa agarrotada por la ansiedad y la incertidumbre, asediada por los retos externos y en la que hay actores que buscan dividir a la sociedad a través de una "extrema polarización" que pone en riesgo el modelo de Europa. "Estoy aquí, dispuesta a liderar la lucha junto al resto de fuerzas democráticas de esta casa", ha señalado Von der Leyen, en uno de los pocos momentos álgidos del discurso, aplaudida por la inmensa mayoría del hemiciclo.

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Von der Leyen ha mostrado una Europa que "afronta una decisión", entre verse afectada por un torrente de acontecimientos que no controla, o intentar formar parte de ellos. "Europa no puede parar el cambio, pero puede abrazarlo, invertir en el futuro y mejorar nuestras condiciones de vida", ha explicado la candidata a presidir la Comisión Europea, que ha desarrollado su visión de una necesidad de mayor inversión en tecnologías limpias. "Europa tiene que volver a ser el hogar de la oportunidad y la innovación", ha señalado Von der Leyen, que también ha sugerido la modernización de la política de competencia, aunque sin ninguna propuesta concreta. En un guiño a Francia y como continuación de su visión de la soberanía económica de la Unión Europea, la alemana ha señalado que "el futuro de nuestra prosperidad debe producirse en Europa".

Von der Leyen, que sabe que tiene que navegar entre las prioridades de los cuatro partidos con los que ha negociado, ha pasado relativamente por encima de la cuestión del clima, importante para Los Verdes pero cada vez más tóxico para el PPE, pero al mismo tiempo se ha mostrado más dura que nunca en su discurso de Gaza, por el que ha sido muy criticada por su sesgo pro-israelí durante la crisis en Gaza. "La humanidad no lo puede soportar más", ha señalado la alemana pidiendo un inmediato alto al fuego, en uno de los momentos en los que los socialistas y los verdes han liderado los aplausos.

La candidata a presidir la Comisión Europa ha hecho referencia a los viajes a Moscú y Pekín de Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, país que ahora mismo ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. "Esta supuesta misión de paz no era más que una misión de apaciguamiento", ha señalado la alemana mientras desde la bancada de la extrema derecha se han escuchado gritos en italiano de "Bravo Orbán, bravo Orbán" mientras aplaudían.

Decisión de los eurodiputados

Von der Leyen se ha convertido en la persona más poderosa de la Unión Europea. Tras cinco años de gestión de crisis, la alemana ha terminado un primer mandato en el que se ha creado el Fondo de Recuperación con 800.000 millones obtenidos con deuda conjunta europea, se ha logrado una compra común de vacunas en el contexto de una pandemia, y se ha logrado tener una estrategia geopolítica coherente en el apoyo a Ucrania tras la invasión de Rusia en 2022. Nadie duda de que la alemana ha salido reforzada de este lustro, afianzando su poder dentro de la Comisión Europea con una estructura muy presidencialista y centralizada en su gabinete.

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La decisión que afrontan los eurodiputados, a ojos de Von der Leyen, es sencilla: o ella, o lo desconocido. Ella o el caos. Si la tumban, la Unión Europea entraría en una crisis institucional sin precedentes, obligando al Consejo Europeo a volver a nominar a otra persona para la presidencia de la Comisión Europea en las próximas semanas. Y las opciones son limitadas.

Von der Leyen no gusta del todo a nadie, pero es aceptable para un buen número de eurodiputados. Ha ninguneado al Parlamento Europeo, no ha cumplido su palabra en muchas ocasiones y se ha demostrado errática en momentos clave. Todo el mundo tiene cuentas pendientes, agravios y críticas durísimas contra ella, pero casi todo el mundo admite que no hay demasiada alternativa. Es el mínimo común denominador, y con todo, el ambiente es favorable a que salga elegida este jueves.

Además, aquellos que podrían tener más apetito por verla caer al ser una política del Partido Popular Europeo (PPE), los socialdemócratas europeos y los ecologistas, saben que probablemente un candidato alternativo fuera a tener menos consideración por sus prioridades. Son los que tienen más que perder. Y en ese conformismo, en ese control de daños, Von der Leyen se reafirma con su mensaje de inevitabilidad.

La alemana y su equipo, liderados por Bjoern Seibert, han trabajado con contactos permanentes con el Partido Popular Europeo (PPE), los Socialistas y Demócratas (S&D), los liberales de Renew Europe (RE) y Los Verdes, cuatro familias políticas con intereses no solamente diferentes en asuntos como inmigración, sino también crecientemente divergentes en otros aspectos como la lucha contra el cambio climático, donde socialistas y ecologistas piden seguir avanzando y populares, alarmados por el crecimiento de formaciones de derecha radical que centran parte de su discurso en la impopularidad de la legislación climática, piden no solamente frenar la agenda verde, sino deshacer parte de ella.