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Europa, cuna de la cultura del presentismo laboral: "Demasiado estrés, poco descanso"
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Europa, inundada por la presencialidad

Europa, cuna de la cultura del presentismo laboral: "Demasiado estrés, poco descanso"

A partir de julio de 2024, algunos negocios en Grecia ya pueden imponer seis días de trabajo a sus empleados. Es un síntoma de una cultura basada en trabajar más horas presencialmente

Foto: Un hombre teletrabajando en una oficina. (EFE/EPA/Erik Lesser)
Un hombre teletrabajando en una oficina. (EFE/EPA/Erik Lesser)

En la empresa de servicios financieros en la que Laura*, de 29 años, trabajó durante dos años en Lituania, había una regla no escrita: "Nadie hace carrera levantándose de su escritorio a las seis en punto", reiteraba el director. Aunque esa era la hora de salida, según su contrato, "lo normal era quedarse, al menos, hasta las 19:30h y, a veces, hasta las 21h". "Ni siquiera lo normal, sino lo deseable y bienvenido", agrega. Laura hizo así hasta que su cuerpo dio un toque de atención: empezó a padecer de problemas estomacales, reflujo severo y no lograba quedarse embarazada. Varios especialistas coincidieron en el diagnóstico: "Demasiado estrés, poco descanso".

En 2022, el tiempo anual medio de trabajo acordado entre sindicatos y organizaciones patronales, en los 27 países de la UE fue de 1.726 horas, según datos de Eurofund. Este varía de las más de 1.800 en Estonia y Hungría (1,856 horas), Polonia (1.848), Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía (1.840) a las apenas 1.600 horas de Francia (1,608 horas), Dinamarca (1,643) y Finlandia (1,680 horas). España, con 1.741 horas, se sitúa cerca de la media de los 27 (1.726). Esta es solo una parte del dibujo, con muchos grises: las horas extra.

"Eso no significa, efectivamente, que [esos países] trabajen más horas, sino que, se supone que, contractualmente, deben trabajar más horas", matiza a El Confidencial Jorge Cabrita, gerente senior de investigación en la unidad de Vida Laboral de Eurofund. "En la práctica, según los datos de la Encuesta de Población Activa de Eurostat, en 2023, los empleados a tiempo completo en Francia trabajaban 38,9 horas semanales", agrega. Algo más que en Bélgica (38,7), Dinamarca (38,3), Países Bajos o Finlandia (38,1). Pero, ¿trabajar más horas es sinónimo de producir más?

"Una hora adicional de trabajo aumentará la producción, pero ese aumento en la producción disminuye a medida que se alargan las horas...", explica a El Confidencial, el economista británico John Pencavel, profesor Levin de Economía en la Universidad de Stanford. De ese modo, “la producción adicional es mayor si uno ya ha trabajado 6 horas ese día que si uno ha trabajado 8 horas”, mientras que "la pérdida de producción que se deriva de la reducción de jornada es relativamente pequeña si los trabajadores ya trabajan muchas horas", matiza. A su vez, las largas horas de trabajo “se asocian con una mayor fatiga, más accidentes y lesiones". "Hay pruebas considerables que respaldan la afirmación de que los trabajadores son más productivos después de un período de recuperación –digamos, un domingo de descanso— que sin ese descanso", concluye Pencavel.

Pencavel ha pasado décadas investigando la economía laboral. Uno de sus célebres trabajos La productividad de las horas de trabajo (2014) examina 21 informes que el gobierno británico encargó para medir la productividad en las fábricas de municiones durante la Primera Guerra Mundial.

El economista cuenta que, en 1914, tras el estallido de la guerra, el gobierno británico suspendió las regulaciones sobre el trabajo con el objetivo de producir el máximo material de guerra. Se amplió la semana laboral y se abolió el descanso dominical. Los fabricantes de municiones, la mayoría de ellos, mujeres –"conocidas como 'las chicas canarias', por el color amarillento de su piel y cabello provocado por la ictericia que producía la manipulación del explosivo"—, empezaron a hacer entre 70 y 90 horas, a veces hasta 100. Con el objetivo de evaluar la productividad, el Ministerio de Municiones británico encargó varias investigaciones sobre la eficiencia. Y, sorprendentemente, se comprobó que, a partir de un cierto número de horas, la producción se estancaba.

Francia y los llamados días RTT: ¿la semana de 35 horas es mito o realidad?

La jornada laboral normal máxima semanal –sin contar las horas extraordinarias— es más corta en Francia que en otros países de la UE, con 35 horas, "frente a las 40 de la mayoría de Estados", explica Cabrita. La medida parte de 1998, cuando para combatir el desempleo, Francia empezó a reducir la semana laboral de las 39 a 35 horas. En 2002, la semana de 35 horas pasó a ser obligatoria para todas las empresas con más de 20 empleados, tras la promulgación de la segunda ley "Aubry", en honor a la entonces ministra de trabajo, Martine Aubry. ¿Mito o realidad?

"En realidad, y en circunstancias normales, trabajo unas siete horas y media al día", asegura Anne Scarparo, una francesa de 53 años, directora de ventas de una empresa de artículos para el hogar a las afueras de París. Scarparo se levanta a las 7, llega a la oficina a las 9 de la mañana y se marcha sobre las 6 de la tarde, "como muy pronto". Percibe unos 2200 euros netos al mes. Como es directora, "puede haber emergencias y tengo que quedarme hasta mucho más tarde". Para compensarlo, tiene los llamados "días RTT"–siglas en francés de recuperación del tiempo de trabajo—. Estos días se suman a los días festivos normales retribuidos. "Puedo tener hasta 13 días libres adicionales, como es el caso este año", agrega.

"El principal efecto de la semana de 35 horas en Francia fue que redujo la discrepancia de horas de trabajo entre hombres y mujeres", explica por teléfono a El Confidencial, Guillaume Duval, ex redactor jefe de la revista Alternatives Économiques. Sin embargo, "los autónomos y los directivos, están exentos de la semana de 35 horas", afirma Cabrita de Eurofund. Y suelen trabajar más. Es el caso de Sahad Zerzour, de 45 años, panadero en París. Se levanta a la hora que exige el horneado de su panadería: entre las 3 y las 5 de la mañana. Hay días que trabaja hasta 15 horas. "Si un día vendo mi empresa, no creo que compense económicamente todo ese tiempo". La panadería le da unos 650 euros netos. "Vivimos prácticamente del salario de mi mujer", agrega. Un 10% de los franceses trabaja más de 48 horas, según Eurostat.

A eso se suma que, "en Francia, es muy común lo que se llama 'el presentismo competitivo': llegar muy pronto e irse muy tarde para demostrar a compañeros y jefe que estás motivado porque trabajas muchas horas", dice Denis Monneuse, sociólogo especialista en salud laboral e investigador de la Universidad Católica de Occidente en Angers. "He trabajado en Canadá y en países nórdicos y no es así, incluso en Alemania no es así", agrega Monneuse. "Allí, nadie ve que por irte tarde de la oficina seas mejor, puede que simplemente seas menos organizado”, agrega. "Diría que se trata de un modelo Mediterráneo, que también ocurre en España o Italia", agrega Duval. Y, ¿Grecia? "Y Grecia", responde. "Al contrario de lo que opinan los alemanes, los griegos no son vagos", sentencia Duval.

Grecia, el país de la UE en el que más horas extra se trabaja

Los trabajadores en Grecia de entre 20 y 64 años trabajan 39,9 horas a la semana en su trabajo principal, más que cualquier otro país de la UE, según datos de Eurostat en 2023. Cerca de los niveles de Grecia, con más de 39 horas, se encuentran Rumanía, Polonia y Bulgaria. Es, además, el país de la UE en el que más personas trabajan más de 48 horas.

Además, a partir de julio de 2024, algunos negocios en Grecia ya pueden imponer seis días de trabajo a sus empleados, según dicta una nueva ley. La medida, justificada en la falta de empleados cualificados, de momento, afecta a las empresas que brindan servicios de 24 horas, o a fábricas e industrias que cuentan con sobrecarga de trabajo. Los empleados recibirán un 40% de paga extra por trabajar el sexto día y un 115% más si trabajan los domingos.

"Puesto que Grecia tiene una de las tasas de desempleo más altas [de Europa], junto a España, cuando la ley fomenta el trabajo de horas extras a bajo coste, crea serios problemas porque no facilita nuevas contrataciones", afirma el profesor griego de Relaciones Laborales, Yannis Kouzis, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Panteion. Según la nueva Ley Laboral votada en 2021 por el gobierno conservador griego de Nueva Democracia, la jornada laboral semanal legal en Grecia se estableció en 45 horas para una semana laboral de cinco días y 48 horas para una semana laboral de seis días.

En el caso de hoteles y restaurantes, "el mayor problema es que no se contabilizan las horas extraordinarias", cuestiona Giorgos Stefanakis, repartidor de efood.gr, representante del Sindicato de Trabajadores del Turismo y la Restauración de Grecia. "Especialmente durante la temporada turística de verano, las horas extras son la norma", agrega.

Tras meses de confinamiento por la pandemia del Covid-19, trabajadores y empresas experimentaron nuevas formas de trabajo. Algunos estados miembros tomaron medidas para implantar la Directiva sobre conciliación de la vida personal y laboral. Por ejemplo, Bulgaria adoptó enmiendas al Código del Trabajo, facilitando la transición de tiempo parcial a completo, y Croacia prohibió a los comercios abrir la mayoría de los domingos. Además, se inició el debate sobre la semana de cuatro días. En el otoño de 2022, Bélgica fue el primer país europeo en introducir la semana de cuatro días. "La nueva generación cambiará la cultura laboral, pues no están de acuerdo en pasar tanto tiempo en el trabajo, y por las necesidades del mercado, tendrán que negociar", concluye Monneuse.

En la empresa de servicios financieros en la que Laura*, de 29 años, trabajó durante dos años en Lituania, había una regla no escrita: "Nadie hace carrera levantándose de su escritorio a las seis en punto", reiteraba el director. Aunque esa era la hora de salida, según su contrato, "lo normal era quedarse, al menos, hasta las 19:30h y, a veces, hasta las 21h". "Ni siquiera lo normal, sino lo deseable y bienvenido", agrega. Laura hizo así hasta que su cuerpo dio un toque de atención: empezó a padecer de problemas estomacales, reflujo severo y no lograba quedarse embarazada. Varios especialistas coincidieron en el diagnóstico: "Demasiado estrés, poco descanso".

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