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Borrell envía "una señal" a Orbán por su visita a Putin y boicotea una reunión en Budapest
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"Hungría se enfrenta a una histeria agresiva"

Borrell envía "una señal" a Orbán por su visita a Putin y boicotea una reunión en Budapest

El jefe de la diplomacia europea convocará una reunión en Bruselas para “enviar una señal” a Budapest y boicotear por la puerta de atrás la reunión prevista en Hungría

Foto: El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. (EFE/EPA/Olivier Matthys)
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. (EFE/EPA/Olivier Matthys)

El alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, ha criticado la ausencia de “cooperación leal” por parte de la presidencia húngara del Consejo de la Unión Europea después de que el primer ministro magiar, Viktor Orbán, se haya embarcado en una gira autodenominada “misión de paz” que le ha llevado a visitar a Vladímir Putin, presidente ruso, en Moscú, a Xi Jinping, presidente chino, en Pekín, y a Donald Trump, antiguo presidente de EEUU y candidato republicano en Florida. “Todos los Estados miembros, salvo uno, han sido muy críticos”, ha señalado Borrell.

Por eso, el jefe de la diplomacia europea, que es el encargado de convocar las reuniones del Consejo de Asuntos Exteriores, la cita de ministros del ramo de toda la Unión Europea, ha decidido enviar “una señal, aunque sea simbólica”, saltándose el calendario preventivo que había marcado Hungría. El Gobierno húngaro tenía planificada una reunión informal de Exteriores a finales de agosto en Budapest, conocida habitualmente como Gymnich, pero Borrell, que es el que tiene la última palabra en la convocatoria del encuentro, ha decidido celebrarla en Bruselas, aunque niega que se trate de un boicot.

“Calificar a la Unión Europea como una fuerza probélica tiene que tener consecuencias”, ha criticado Borrell al finalizar un encuentro de ministros de Exteriores celebrada en la capital comunitaria, donde muchos de los jefes de la diplomacia de numerosos Estados miembros han presionado a Péter Szijjártó, su homólogo húngaro. Fue el primer ministro húngaro el que señaló que la UE estaba siendo una fuerza “pro-bélica” en una carta enviada a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, que respondió tajantemente al líder magiar. “Hungría se enfrenta a una histeria agresiva y belicista por su misión de paz. Szijjártó criticó el fracaso de la estrategia de la UE en Ucrania y subrayó la necesidad de canales diplomáticos y de una estrategia de paz”, ha explicado Zoltán Kovács, secretario de Estado de Comunicación Internacional del Gobierno de Orbán.

Ha habido una propuesta incluso para celebrar el Gymnich fuera de la Unión Europea, como ya había ocurrido en una ocasión, en territorio ucraniano. La propuesta ha llegado por parte de Radosław Sikorski, ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, pero ha sido rechazada porque debía cosechar una unanimidad que ha sido imposible por la oposición de Szijjártó. La paciencia se ha empezado a agotar con un Gobierno húngaro que acumula muchos bloqueos dentro de la Unión Europea, especialmente con todo lo referido a Ucrania, siendo el socio más cercano al Kremlin dentro del club.

Foto: El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, visita al presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú. (Kremlin/DPA)

Borrell también ha explicado que ha “perdido la fe” en que se vayan a desbloquear los 6.600 millones de euros del Fondo Europeo para la Paz (EPF) destinados al reembolso a los Estados miembros por el envío de armamento a Ucrania. El EPF necesita de unanimidad para ir liberando tramos, pero el Gobierno húngaro lo mantiene bloqueado pidiendo que la Comisión Europea descongele los fondos europeos que ha retenido por las violaciones de Budapest de los principios europeos recogidos en los Tratados.

Desde hace semanas se viene hablando de la posibilidad de que el resto de Estados miembros boicoteen las reuniones ministeriales informales organizadas por la presidencia húngara en el país, aunque no así los encuentro formales que se celebran en la capital comunitaria. La propia Comisión Europea, a través de su presidenta, Ursula von der Leyen, ha decidido boicotear estos encuentros y no enviará a comisarios ni tampoco realizará el tradicional viaje a la capital del país que ostenta la presidencia.

El Gobierno de España se ha mostrado mayoritariamente en contra de una política de “boicot” a la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, aunque la vicepresidenta Yolanda Díaz sí ha explicado que no va a participar en las reuniones informales organizadas por Budapest. “No puede haber boicots dentro de la Unión Europea”, ha señalado José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores español.

El alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, ha criticado la ausencia de “cooperación leal” por parte de la presidencia húngara del Consejo de la Unión Europea después de que el primer ministro magiar, Viktor Orbán, se haya embarcado en una gira autodenominada “misión de paz” que le ha llevado a visitar a Vladímir Putin, presidente ruso, en Moscú, a Xi Jinping, presidente chino, en Pekín, y a Donald Trump, antiguo presidente de EEUU y candidato republicano en Florida. “Todos los Estados miembros, salvo uno, han sido muy críticos”, ha señalado Borrell.

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