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El Servicio Secreto admite que el atentado contra Trump es "el mayor fracaso operativo" en décadas
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Intento de asesinato contra Trump

El Servicio Secreto admite que el atentado contra Trump es "el mayor fracaso operativo" en décadas

La directora del servicio secreto, Kimberly Cheatle, asume su "responsabilidad completa" en los fallos de seguridad que propiciaron el intento de magnicidio contra Trump

Foto: La directora del Servicio Secreto de EEUU, Kimberly Cheatle, jura su cargo durante una audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes sobre los fallos de seguridad. (REUTERS/Kevin Mohatt)
La directora del Servicio Secreto de EEUU, Kimberly Cheatle, jura su cargo durante una audiencia del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes sobre los fallos de seguridad. (REUTERS/Kevin Mohatt)

La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha reconocido ante el Congreso que el intento de asesinato al expresidente, Donald Trump, supuso el "mayor fracaso operativo" de la agencia "en décadas".

En una audiencia ante un comité de la Cámara de Representantes, Cheatle asumió "la responsabilidad completa" de la brecha de "seguridad" de su agencia y aseguró que están cooperando con las investigaciones en curso sobre el atentado.

El intento de magnicidio tuvo lugar el sábado 13 de julio cuando Trump daba comienzo a su discurso ante miles de seguidores. Un hombre, identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, abrió fuego desde el tejado de un edificio cercano, e hirió levemente al expresidente.

El ataque ocurrió aproximadamente a las 6 de la tarde, momento en que Trump apenas había iniciado su intervención. El sospechoso, armado con un rifle estilo AR-15, disparó desde una posición fuera del área acordonada, pero lo suficientemente cerca para herir al exmandatario. Tras ser alcanzado en la oreja, Trump fue rápidamente evacuado por su equipo de seguridad.

Foto: Trump tras sufrir el intento de atentado contra su vida. (EFE/David Maxwell)

Crooks, sin antecedentes penales ni problemas de salud mental conocidos, fue abatido poco después por francotiradores del Servicio Secreto. El tiroteo, que ha conmocionado al país, causó la muerte de Corey Comperatore, de 50 años, y otros dos espectadores resultaron gravemente heridos. El hecho ha planteado serias dudas sobre la seguridad en los eventos de campaña, por lo que el FBI ha abierto una investigación para determinar las posibles motivaciones del sospechoso.

Varios asistentes al evento notaron el comportamiento extraño de Crooks antes del tiroteo y alertaron a las autoridades, como muestran las imágenes compartidas por @DC_Draino en su cuenta de X, antes Twitter. Según informes, los espectadores vieron a Crooks actuando de manera sospechosa cerca de los detectores de metales y posteriormente escalando una estructura. Los agentes buscaron al sospechoso, aunque no pudieron localizarlo antes de que alcanzara el tejado y comenzara a disparar.

Además, después de que fuentes del Pentágono fueran avisadas de un posible complot iraní para asesinar al candidato republicano, el Servicio Secreto decidió reforzar la seguridad de Trump durante su mitin. Sin embargo, la inteligencia estadounidense señala que este "complot" no guarda relación con el principal responsable, Matthew Crooks.

Al recibir esta información, la administración del presidente Joe Biden se puso en contacto con el Servicio Secreto. Acto después se avisó a la seguridad de Donald Trump, quien habría decidido aumentar la protección del expresidente. A pesar de esto, el incremento en seguridad no fue suficiente como para impedir el intento de magnicidio después de que Trump recibiese un disparo en su oreja. Además de herir levemente a Trump, una persona perdió la vida y dos resultaron gravemente heridas por los impactos de las balas.

Foto: El expresidente Donald Trump, tras ser herido por disparo mientras daba un mitin en Pensilvania (Reuters/Brendan McDermid)

Sin embargo, según informaciones publicadas por el Washington Post y el New York Times. Varios altos funcionarios del Servicio Secreto de Estados Unidos negaron repetidamente las solicitudes de recursos y de personal adicionales al equipo de seguridad de Donald Trump en los dos años previos a su intento de asesinato.

Los agentes encargados de proteger al expresidente solicitaron magnetómetros, más agentes para examinar a los asistentes a los grandes eventos en los que participó Trump, así como más francotiradores y equipos especializados, afirmaron cuatro fuentes al Washington Post.

Las solicitudes fueron rechazadas frecuentemente por altos funcionarios de la agencia, quienes citaron varias razones, incluida la falta de recursos. En esta línea, el diario New York Times afirmó que dos personas informadas sobre el asunto, que hablaron bajo condición de anonimato, confirmaron que la campaña de Trump había estado buscando recursos adicionales durante la mayor parte del tiempo que este estuvo fuera del cargo.

La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha reconocido ante el Congreso que el intento de asesinato al expresidente, Donald Trump, supuso el "mayor fracaso operativo" de la agencia "en décadas".

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