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"No es falta de ambición, es ser inteligente": los jóvenes europeos reclaman empleos que no les absorban
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Buscan dar prioridad a la vida personal

"No es falta de ambición, es ser inteligente": los jóvenes europeos reclaman empleos que no les absorban

Las nuevas generaciones en Europa desean trabajos que les permitan tener una vida personal óptima. En países como Italia o Grecia lo buscan a través de la movilidad laboral según sus necesidades, pero en España prefieren trabajar para el Estado

Foto: Un grupo de jóvenes estudiando. (EFE/Emilio Naranjo)
Un grupo de jóvenes estudiando. (EFE/Emilio Naranjo)

Nuevo paradigma en el mercado laboral europeo. Las nuevas generaciones tienen una premisa cada vez más clara a la hora de buscar trabajo: que la ocupación les permitan mantener un equilibrio con su vida personal. Según indican recientes estudios sociales, a la hora de decidir su futuro, la prioridad de los jóvenes es que no les absorba su trabajo.

“Tengo miedo. Miro a mis mayores y todos tienen una nube gris sobre sus cabezas generada por sus trabajos. Llegan a casa y sigue ahí, no se va nunca. Veo a mi padre ausentándose lo que decía que iban a ser 10 minutos y termina siendo más de una hora en pleno sábado tras una llamada 'urgente' del trabajo. Veo a mi madre llegando tarde del trabajo al menos tres días a la semana. Veo a mis primos entrar en el mercado laboral y observo como les cuesta horrores encontrar trabajo de lo que han estudiado. Yo no quiero todo eso para mí. Me gustaría tener paz mental en mi vida y un empleo que me lo permita. ¿Será una utopía?”. Escribe Marta, una joven española de 18 años, que empieza a otear el horizonte en busca de un futuro.

A raíz de la demanda de empleos que posibiliten priorizar la vida personal, dos corrientes han surgido en Europa. Por un lado, en países como Italia, buscan una movilidad laboral que les permita ir de un trabajo a otro e ir adaptando este a la situación personal del individuo. Por otro lado, en España prefieren opositar y encontrar la seguridad de un trabajo fijo.

Multitud de jóvenes españoles desean ser funcionarios. Esta es una tendencia al alza. Según una reciente encuesta realizada por España Mejor, casi el 50% de los jóvenes españoles quieren trabajar para el Estado. ¿La principal razón? “Estabilidad, ahí está la clave”, expone Carmen, una joven funcionaria que trabaja en Correos. “Un salario seguro, un trabajo fijo y un horario que no te obligue a echar horas de más y poder disfrutar de la vida”, ese es el estilo de vida que atrae a las nuevas generaciones.

Los jóvenes españoles que eligen opositar: "No es falta de ambición, es ser inteligente"

“No es falta de ambición, es ser inteligente”, esgrime Iván Castro, un chico que hace poco menos de un año que ha comenzado a prepararse una oposición a Policía Nacional. “¿Es mi sueño trabajar de lo que estoy opositando? Pues no, es complicado definir los sueños de uno. Lo que sí que sé es que mi felicidad pasa por una vida que me permita vivir tranquilo y tener un futuro asegurado”.

Por su parte, los jóvenes italianos buscan "la flexibilidad y la autonomía como elementos imprescindibles para aceptar un trabajo", según afirma Claudia Manzi, profesora del departamento de Psicología de la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán. De hecho, esta es la corriente más generalizada por las nuevas generaciones europeas a excepción de España.

Una encuesta de 2023 realizada por Area Studi Legacoop e Ipsos indica que la Generación Z clasificó la remuneración como el rasgo más importante de un trabajo (al igual que otras generaciones), seguida del tiempo libre y la flexibilidad de horarios en segundo lugar, y la autonomía en tercer lugar. La estabilidad laboral fue clasificada sólo como la cuarta característica más importante.

Foto: Foto: EFE/Rodrigo Jiménez.

Eleonora Carta, una italiana de 23 años, confirma que en su país se valoran otras cosas por encima de un trabajo fijo. Ella está a punto de terminar su carrera en Economía y Gestión de las Artes Culturales y Escénicas en Milán. Ya tiene algo de experiencia laboral, habiendo realizado prácticas en una editorial. Si bien le gustaría un trabajo estable después de graduarse, hay otras características que valora mucho, como un trabajo que la "inspire a diario” y donde estuviera rodeada de "entusiastas". Carta expresa que en su trabajo ideal tendría una “remuneración adecuada” y que estaría "dispuesta a realizar actividades no totalmente acordes" con sus aspiraciones "en favor de un lugar de trabajo cercano a casa, caracterizado por horarios flexibles y que permita trabajar de manera inteligente".

Desde otros países como Grecia, también reafirman que el equilibrio entre la vida personal y laboral es una prioridad absoluta y advierten de que allí los jóvenes buscan huir del estrés de largas jornadas laborales. Según una encuesta realizada por el Instituto Nicos Poulantzas con Prorata (2022), seis de cada diez jóvenes no se sienten seguros por su futuro laboral.

En la juventud griega buscan fórmulas para hacer frente a la incertidumbre que genera el desempleo juvenil. Opositar y trabajar para el Estado es algo que no tiene actualmente un gran calado entre los jóvenes griegos. Según los datos publicados por el Consejo Supremo (griego) de Selección de la Función Pública (SCPS) en 2023, a penas un 22,7% de los que se presentaron a la última oposición eran jóvenes menores de 30 años.

Sin embargo, la tendencia iniciada en España de jóvenes que buscan opositar para encontrar en la estabilidad de un empleo fijo el ansiado equilibrio entre vida laboral y personal, podría extenderse a otros países de Europa en los próximos años. Katerina, una joven griega, expresa que para ella "tiene sentido que los jóvenes recurran al sector público. Es un empleador fiable, con buenas condiciones de trabajo y respeto por las personas y sus necesidades". Además, indica que "después de la crisis, el mercado laboral en Grecia parece una jungla. No soportamos luchar como unos animales. Queremos trabajar con dignidad y vivir como seres humanos".

Ilias, un trabajador del sector privado, ve con buenos ojos la opción de trabajar para el Estado. "Tengo 30 años y me siento cansado porque trabajo desde que era estudiante. Ahora trabajo en chiringuitos en Ilia (una región en la parte occidental de la península del Peloponeso en Grecia) durante esta temporada y en restaurantes en el invierno. Mi sueño era ahorrar dinero y abrir mi propia tienda. Con el paso de los años, me doy cuenta de que probablemente no podré realizar mi sueño. Así que o me voy también, como hizo mi hermano marchándose a Estados Unidos, o tendré que buscar algo más estable en el sector público".

España, Italia y Grecia son tres de los países de la Unión Europea con mayor tasa de desempleo juvenil. Según los últimos datos, España es el país europeo donde más desempleo hay entre los jóvenes (26,6%). Grecia es el tercer país (23,8%) e Italia, el sexto (20,5%). En concreto en territorio español contrasta el dato de desempleo juvenil con que sea el país más sobrecualificado de toda la Unión Europea, según el último informe realizado por DYC. Es decir, una gran parte de la juventud española tiene una alta preparación académica pero el cúmulo de personas excesivamente cualificadas hacen que haya mucha más demanda que oferta en ciertos empleos. Esto provoca que muchas personas trabajen en lugares por debajo de su cualificación y provoque frustraciones.

¿En qué lugar queda la vocación?

La reciente encuesta 2024 Gen Z and Millennial de Deloitte a 23.000 encuestados de 44 países muestra que en general los jóvenes actuales necesitan sentirse identificados con el trabajo que realizan. Casi nueve de cada diez Generaciones Z y Millennials dicen que el propósito de su trabajo es un criterio importante para su satisfacción laboral. Además, el informe revela que cada vez es más probable que los jóvenes rechacen un trabajo o un empleador que no se ajuste a sus valores.

Mientras que en países europeos, como Italia, la vocación sí guía la toma de decisiones para los movimientos laborales, muchos de los jóvenes españoles eligen la vía de ser funcionario sin que esa sea su vocación. Los cantos de sirena del Estado son cada vez más fuertes para las generaciones venideras. Aunque también los hay que eligen ser funcionarios por vocación (aunque este no sea el caso de la mayoría).

“Desde que era una niña sueño con ser notaria, aunque sé que suena raro”, comenta entre tímidas risas María Cristina, una joven que se prepara su oposición desde su casa en Pozoblanco (Córdoba). "Enfrente del colegio donde iba está la notaría de mi pueblo y yo veía a gente pasar tan elegante y guapa que quise saber a qué se dedicaban esas personas. Me contaron cuál era su profesión y me llamó la atención, me gustó. Estudié enfocada en eso y en ningún momento me dejó de gustar. Es verdaderamente a lo que me he querido dedicar siempre", argumenta la joven.

placeholder María Cristina estudiando la oposición en su casa. (Cedida)
María Cristina estudiando la oposición en su casa. (Cedida)

La vocación es caprichosa. Hay quienes la tienen clara desde niños, quienes la encuentran cursando sus estudios, los hay que nunca llegan a tenerla definida y también los que, a pesar de tenerla, eligen otro camino, normalmente más asequible y menos sacrificado. “En mi clase de la universidad, donde estudiaba derecho, la mayoría no tenían clara la vocación de querer dedicarse a este mundillo, pero por el atractivo salarial u otros motivos que desconozco muchos estudiaron derecho y luego eligieron una rama, aunque no fuese en esencia lo que ellos deseaban hacer con su vida”, cuenta María Cristina.

Aunque no todos quieren opositar en España. En la otra cara de la moneda española están los jóvenes que quieren emprender. La macroencuesta realizada por España Mejor a cerca de 11.000 jóvenes, que revela que el 45% de los jóvenes quieren ser funcionarios, apunta a que un 28% les gustaría ser emprendedores.

“Siempre he querido crear mi propia empresa”, afirma Fernando Enríquez, un joven que con 22 años se ha aventurado a emprender. “Mis padres son empresarios y siempre he tenido el gusanillo”, explica. Ha fundado Lemmon Studios, una agencia de deportistas. “Tras trabajar en otra agencia digital orientada en el deporte me decidí junto a un par de socios a crear mi propia empresa”.

"Emprender es sinónimo de riesgo. En España es más complicado y hay bastante que perder"

La seguridad financiera es un factor fundamental a la hora de emprender. Fernando cuenta que él y sus socios optaron por aportar la cuota mínima necesaria para fundar su empresa; no hacer un gran desembolso inicial. “Preferimos ir poco a poco progresando y de momento vamos bastante bien”, cuenta el joven emprendedor.

Sin embargo, Fernando Enríquez reconoce: “Entiendo que la mayoría no quiera emprender y que la tendencia sea querer ser funcionario. De hecho, no conozco mucha gente joven que emprenda a mi alrededor”. ¿La razón? España es un país en el que es complicado emprender. “Emprender es sinónimo de riesgo y en un país como este es más complicado y hay bastante que perder. Hay que luchar y tener mucha pasión para levantar un proyecto”, confiesa Fernando.

Que un emprendedor en España sea una rara avis no es debido a que existan pocos españoles que tengan el deseo de emprender, sino porque pocos acaban emprendiendo. En el sondeo realizado por España Mejor, los jóvenes solicitan para lograr emanciparse “más acceso a crédito”, como primera opción, y un 74% de los encuestados piden como segunda máxima prioridad “mayores facilidades para montar mi propia empresa”.

Nuevo paradigma en el mercado laboral europeo. Las nuevas generaciones tienen una premisa cada vez más clara a la hora de buscar trabajo: que la ocupación les permitan mantener un equilibrio con su vida personal. Según indican recientes estudios sociales, a la hora de decidir su futuro, la prioridad de los jóvenes es que no les absorba su trabajo.

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