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Del 'bunker' de Johnson a la cocaína de Gove: las primarias 'tories' arrancan con fuerza
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Del 'bunker' de Johnson a la cocaína de Gove: las primarias 'tories' arrancan con fuerza

Los viejos amigos -y enemigos- Boris Johnson y Michael Gove son los favoritos en el arranque de las primarias del Partido Conservador para eligir al sucesor de Theresa May

Foto: Boris Johnson y Michael Gove en 2016. (Reuters)
Boris Johnson y Michael Gove en 2016. (Reuters)

Todo empezó en Oxford. Fue allí donde un reservado Michael Gove, intelectualmente brillante, pero con pocas habilidades sociales, conoció a un ya excéntrico Boris Johnson, dos años mayor que él. Ambos acabaron en el mundo periodístico. El primero, como brillante plumilla en 'The Times'. El segundo, como corresponsal en Bruselas para 'The Telegraph', cubriendo precisamente asuntos comunitarios. Ironías de la vida.

Sus caminos volvieron luego a cruzarse en el Partido Conservador. Johnson, que tiene ahora 54 años, nunca ocultó sus ansias de poder aunque sus compañeros no le tomaban en serio. Sus salidas de tono no ayudaban precisamente. “Si votas a los 'tories', tu pareja tendrá unos senos más grandes”, llegó a decir hace tiempo. Sin duda alguna, una manera “creativa” para explicar su teoría de cómo con los gobiernos 'tories' “la calidad de vida de los británicos ha mejorado sin medida, algo que ha redundado en mejores dentistas, más consumo de calcio e inexorablemente un desarrollo superior de las glándulas mamarias”.

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Por su parte, Gove era prácticamente un desconocido para el público hasta que en 2016 se convirtió en el “gran judas”. Durante las primarias que se celebraron tras el dimisión de David Cameron por el triunfo del Brexit, en vez de apoyar la candidatura de Johnson, decidió presentarse él también a la carrera.

Finalmente, ganó Theresa May. Y, por aquello de que es mejor tener al "enemigo" cerca, fichó a ambos en su Gobierno. Johnson -euroescéptico más por conveniencia que por convicción- acabó dimitiendo por la gestión del Brexit. Y Gove -que siempre había pertenecido al núcleo duro euroescéptico- terminó convirtiéndose en el mejor defensor de la 'premier', apoyando en todo momento el Acuerdo de Retirada que cerró con Bruselas.

El destino es caprichoso y ahora ha querido que los dos amigos-enemigos coincidan de nuevo en las primarias del Partido Conservador, que han marcado oficialmente este lunes su pistoletazo de salida para elegir al sucesor de May.

Bufones y drogas

Con el objetivo de que el nuevo líder tenga apoyo entre las filas -algo que May nunca logró conseguir- los conservadores han modificado ligeramente las reglas de juego, aumentado el umbral de respaldos requerido para cada candidato. Esto hizo que a última hora se cayera de la lista Sam Gyimah, el único que defendía claramente la celebración de un segundo referéndum, aunque muy poco conocido en la calle.

Entre los diez protagonistas -ocho hombres y dos mujeres-, Johnson y Gove parten como favoritos, aunque el primero saca considerablemente más ventaja en un arranque de la batalla de lo más prometedor. Mientras el que el exministro de Exteriores ha dejado a un lado su faceta de bufón para convertirse en chico serio, el actual ministro de Medio Ambiente ha confesado que consumió cocaína hace 20 años.

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En realidad, hasta ocho de los diez candidatos han admitido haber consumido drogas. Pero el caso de Gove es el más significativo. Primero porque es uno de los rivales más potentes. Segundo porque precisamente en aquella época, escribió un artículo muy crítico con Channel 4 por un programa sobre cocaína.

Las transformación de uno y otro tiene alterado estos días a Westminster. Sobre todo, el grado de profesionalismo que ha tomado la campaña de Johnson, completamente alejada de su caótico 'modus operandi'.

No meter la pata

El gurú australiano Lynton Crosby, responsable de sus dos grandes victorias como alcalde de Londres en 2008 y 2012, habla con él periódicamente por teléfono, pero no forma en esta ocasión parte de su equipo.

Quien está ahora al mando el exparlamentario James Wharton, quien le ha apartado prácticamente de la escena pública. A diferencia del resto de los candidatos, Johnson no ha concedido entrevistas para televisión. Tan sólo habló el fin de semana pasado con 'The Sunday Times' para insinuar que no pagará la factura de divorcio con la Unión Europea -acordada de 43.000 millones de euros- hasta que Bruselas no mejore las condiciones de salida.

Ni siquiera habla 'off the record' con los periodistas en los corrillos que suelen formarse en Portcullis House, al lado de Westminster, donde los diputados tienen sus oficinas. Está claro que sus asesores quieren minimizar al máximo el riesgo de cualquier metedura de pata.

Foto: Boris Johnson. (Reuters)

Su actual pareja, Carrie Symonds, de 30 años y antiguo miembro del equipo de comunicación del Partido Conservador, desempeña ahora un papel crucial a la hora de mejorar su imagen no sólo en redes, sino también entre las filas 'tories'. Al fin y al cabo, los diputados son los que tienen que votar por los dos finalistas que se presentan a las bases, por lo que a Johnson no le sirve de nada ser el más popular entre los simpatizantes si no consigue primero pasar la criba de sus colegas.

De momento, ya ha logrado el apoyo de 60 diputados -comparado con los 30 de Gove-. Y no sólo en el núcleo euroescéptico, sino también importantes moderados como la joven estrella emergente Johnny Mercer o Damian Collins, quien ha llegado a apoyar un segundo plebiscito. En este sentido, está siendo clave la labor de Gavin Williamson, el que fuera responsable de asegurar la disciplina de partido y ex ministro de Defensa.

Doble vida

En definitiva, la campaña es una máquina que funciona a la perfección, algo que ha tomado por sorpresa a muchos, incluido el propio Gove. A éste último, su confesión sobre consumo de drogas le está pasando factura. El ministro se ha visto obligado a hablar de su pasado por una biografía que está a punto de salir a la luz donde se exponen otros detalles de su vida privada. Como su reticencia a hablar de sus orígenes. Su madre biológica, una joven soltera escocesa, le dio en adopción. Pasó cuatro meses en un orfanato antes de ser adoptado por Ernest y Christine, una modesta pareja de clase trabajadora en Aberdeen.

Según revela ahora la prensa, después de su paso por Oxford, Gove triunfó como periodista en 'The Times' llegando a tener una especie de doble vida. En el trabajo era el chico más responsable del mundo, pero fuera de la oficina empezó a codearse con la 'upper class' en todo tipo de fiestas. En un principio, no se llegaba a sentir del todo cómodo. Pero luego acabó siendo “uno de ellos”. Llegó incluso a compartir piso en el selecto barrio de Mayfair con Ivan Massow, hoy convertido en un millonario financiero, y Nick Boles, quien luego también ha sido diputado tory.

Cometí un grave error. Fue algo ilegal además y lo lamento muchísimo”, asegura respecto al consumo de cocaína. “Nadie debe ser marcado por los errores cometidos en el pasado”, añadió durante la presentación de su campaña, que arrancó con una clara crítica a la ausencia de Johnson al señalar que el “el partido necesita a un auténtico líder, no a personas que vivan en un bunker”.

placeholder El ministro británico de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, aspirante a liderar el Partido Conservador británico. (EFE)
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, aspirante a liderar el Partido Conservador británico. (EFE)

Hunt gana peso

Históricamente con los 'tories' nunca gana luego el candidato favorito, por lo que todo puede pasar de aquí a finales de julio, cuando se conocerá el nombre del sucesor de May.

En esta disyuntiva, la figura del actual ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, va tomando cada vez más peso. El hecho de que haya recibido el apoyo público de dos miembros del Gabinete con más peso -la euroescéptica Penny Mordaunt y la europeísta Amber Rudd- es de lo más significativo. Son muchos los analistas los que le ven con posibilidades de quedar entre los dos finalistas.

Si finalmente este último se declara ganador, al menos a Johnson y Gove siempre les quedará Oxford. No es París, pero está visto que entre los 'tories' une mucho.

Todo empezó en Oxford. Fue allí donde un reservado Michael Gove, intelectualmente brillante, pero con pocas habilidades sociales, conoció a un ya excéntrico Boris Johnson, dos años mayor que él. Ambos acabaron en el mundo periodístico. El primero, como brillante plumilla en 'The Times'. El segundo, como corresponsal en Bruselas para 'The Telegraph', cubriendo precisamente asuntos comunitarios. Ironías de la vida.

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