Turquía bloquea los perfiles de Twitter de bebidas alcohólicas
Es la última decisión del TIB, la Autoridad de Telecomunicaciones de Turquía encargada de controlar los contenidos que se publican en este país
En el año 2013, el actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, aseguraba que existía “una amenaza nueva que se llama Twitter. Los mejores ejemplos de mentiras pueden encontrarse ahí. Para mí, las redes sociales son la peor amenaza para la sociedad”. Entonces era aún primer ministro, pero ya mostraba el camino que podían seguir sus políticas.
Hoy Turquía es uno de los países del mundo donde más funciona la censura. Las redes sociales están constantemente bloqueadas por cuestionables decisiones políticas y todo aquello que se escapa del férreo control del gobierno turco puede ser censurado en cuestión de horas por las autoridades.
Acabo de comprobarlo y es cierto: ya no se puede seguir en Twitter a marcas de bebidas alcohólicas desde #Turquía https://t.co/nK53uKD7b7
— Andrés Mourenza (@Andresmourenza) September 25, 2019
El último ejemplo lo tenemos en algo que, en Occidente, parece casi de chiste: Turquía ha prohibido seguir los perfiles de Twitter de bebidas alcohólicas desde las cuentas creadas en el país. Según publica Halk TV, cuando se intenta acceder a cualquier bebida alcohólica, ya sea turca o extranjera, se recibe una advertencia: "Esta cuenta no se puede seguir desde el país en el que se encuentra".
Miles de denuncias
Para entender esta censura sobre las redes sociales hay que retroceder más de diez años: en 2007, una disputa entre turcos y griegos en YouTube provocó que muchos ciudadanos se quejaran a las autoridades por los insultos que se proferían en los vídeos. Los jueces tomaron una decisión sin precedentes: no solo censuraron los vídeos hirientes, sino que bloquearon toda la web. Cerraron YouTube.
Poco después entraba en funcionamiento la Autoridad de Telecomunicaciones de Turquía (TIB, por sus siglas en turco). Estaba destinada a controlar material delictivo en la red de forma autónoma, pudiendo clausurar cualquier web sin esperar a la orden de un juez. Sin embargo, en vez de funcionar de manera independiente, estuvo controlada desde el principio por el AKP, el Partido de la Justicia y el Desarrollo del presidente Erdogan que es de tendencia islamista.
Eso provocó que el TIB actuara al mandato del partido en el poder, cerrando sistemáticamente las webs que atacaban a Erdogan en al más claro ejemplo de censura que se haya dado en Europa en los últimos años. No solo eso, con la misma facilidad bloqueaban las redes sociales durante horas o días enteros. Los usuarios de Twitter han sido los más afectados por estas decisiones arbitrarias.
La autoridad de telecomunicaciones estaba destinada a controlar material delictivo en la red, pero actúa a las órdenes del partido en el poder
Tanto Google, propietaria de YouTube, como Twitter se han reunido con el gobierno turco en varias ocasiones, ya que no quieren renunciar a una parte importante del pastel publicitario de un país con casi 80 millones de habitantes. Por eso, han aceptado que sus webs sean clausuradas temporalmente mientras se bloquean accesos a algunas IP o se borran determinados contenidos.
Sin embargo, la TIB no actúa de la misma manera con todas las denuncias: mientras censuran ciertos contenidos que atacan a Erdogan o que no muestran simpatía con las ideas islamistas, permiten el acceso a decenas de webs que defienden al DAESH, la guerra santa o la ley de la sharia. El bloqueo del acceso desde Turquía a los perfiles de las bebidas alcohólicas, prohibidas en el Islam, es solo el último paso de una censura que, cada vez, es más visible en este país.
En el año 2013, el actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, aseguraba que existía “una amenaza nueva que se llama Twitter. Los mejores ejemplos de mentiras pueden encontrarse ahí. Para mí, las redes sociales son la peor amenaza para la sociedad”. Entonces era aún primer ministro, pero ya mostraba el camino que podían seguir sus políticas.
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