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El 'plan Cummings' contra los funcionarios: un ejército de "frikis" en el gobierno de UK
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El 'plan Cummings' contra los funcionarios: un ejército de "frikis" en el gobierno de UK

Se buscan “raros” e “inadaptados” para trabajar en Downing Street. No se trata de ninguna interpretación. Son los términos exactos que aparecen en la inusual oferta

Foto: Dominic Cummings. (Reuters)
Dominic Cummings. (Reuters)

Se buscan “raros” e “inadaptados” para trabajar en Downing Street. No se trata de ninguna interpretación. Son los términos exactos que aparecen en la inusual oferta de empleo, publicada por el “raro” e “inadaptado” Dominic Cummings, el principal asesor de Boris Johnson y la persona que, al fin y al cabo, mueve los hilos en el Número 10.

El que fuera cerebro de la campaña pro Brexit del referéndum de 2016 es un personaje sumamente excéntrico al que, además, le encanta hacer gala de ello. Y ya no solo por el peculiar estilo de vestir que tanto desconcierto provoca cada vez que hace el paseíllo para entrar en la residencia oficial del primer ministro.

El estratega, de 48 años, es un 'outsider'. Y para transformar ahora el sistema quiere contratar a “verdaderos comodines” y “personas que hayan luchado por salir de un terrible infierno”, en lugar de “embaucadores” de “Oxbridge sin experiencia en el mundo real”. El término alude a los licenciados en las elitistas universidades de Oxford y Cambridge, donde, por cierto, estudió Johnson.

Foto: El primer ministro británico, durante la campaña electoral. (EFE)

En el anuncio publicado en su blog personal -nada de vías oficiales- Cummings sugiere que el candidato ideal podría ser un tipo con doble nacionalidad “chino-cubana” procedente de “una familia criminal contratada por la KGB”. Así, algo sencillito.

Entre sus preferencias, cita a personajes de las novelas de ciencia ficción del escritor estadounidense-canadiense William Gibson. Entre ellos, Cayce Pollard, la consultora que protagoniza “Pattern Recognition”, quien rechaza cualquier logotipo hasta el punto de tener ataques de pánico cada vez que ve un bolso de Louis Vuitton.

El anuncio, por supuesto, no ha pasado desapercibido. Ni en el Reino Unido ni al otro lado del Atlántico, donde ha despertado gran admiración entre los nuevos gurús y “líderes de opinión” de Silicon Valley.

Un gobierno 'start-up'

La clave está en que, a diferencia de los políticos que toman prestados tópicos vacíos del mundo empresarial sobre “innovación” e “interrupción”, Cummings habla su mismo lenguaje. Comprende la filosofía de la industria tecnológica y muestra su admiración por los economistas, técnicos y oficiales militares que lo inspiraron. Entre otros, cita a figuras como Peter Thiel (co-fundador de PayPal), Paul Graham y Sam Altman (creadores del Y Combinator, dedicada a la financiación de “startups”) o Jeff Bezos (director ejecutivo de Amazon).

Foto: Dominic Cummings. (Reuters)

Lo cierto es que Cummings a menudo se jacta de haber estructurado la exitosa campaña pro-Brexit como una “startup”. Y es un viejo conocido en Silicon Valley. Visitó en repetidas ocasiones las oficinas en San Francisco de la empresa de inteligencia artificial OpenAI y fue invitado a hablar en una conferencia por el cofundador de Google, Larry Page.

Convertido ahora en el principal asesor de Downing Street, el estratega -considerado por unos como un “Mesías” y por otros como “un gilipollas”- quiere diseñar una nueva manera de gobernar. Está furioso por la forma en que la política, en su opinión, premia la conformidad sobre el disenso, la adulación sobre la verdad y la ambición sobre el coraje. En este sentido, considera que las lecciones de los “megaproyectos” exitosos, como el alunizaje del Apolo o el desarrollo de la bomba atómica, se están ignorando porque los funcionarios están incentivados para jugar “políticas de oficina” en lugar de cambiar el mundo.

Un hombre poco querido

Ahora que cuenta con la máxima confianza de Johnson -que a su vez tiene una más que holgada mayoría absoluta en Westminster para hacer lo que quiera y como quiera-, Cummings está dispuesto a llevar a cabo una auténtica revolución. El nerviosismo en el “Civil Service” es más que entendible. Ya en 2013, cuando el estratega trabajó para el euroescéptico Michael Gove, los funcionarios de los ministerios acabaron presentando una queja formal por su “cultura agresiva e intimidante”.

La era Cummings comenzará oficialmente en febrero, cuando está previsto una reestructuración completa del Ejecutivo, una vez el Reino Unido haya salido ya oficialmente del bloque. Aunque a efectos prácticos todo será igual hasta finales de 2020, periodo de transición en el que Londres y Bruselas deben ahora negociar las futuras relaciones.

El objetivo del excéntrico asesor es funcionar con reuniones al “estilo Cobra” -gabinete que se activa ahora sólo en caso de emergencias- para impulsar la agenda de Johnson y, en definitiva, reclamar cuentas a ministros y funcionarios. La medida significaría la eliminación de muchos comités del Gabinete en los que tradicionalmente se han tomado decisiones y que ahora serían reemplazados por grupos en los que ministros, funcionarios y asesores de todos los departamentos trabajaran juntos en proyectos específicos.

Foto: Manifestantes en Berlín contra el Brexit. (Reuters)

Fuentes gubernamentales aseguran que estos nuevos grupos de trabajo podrían estar vinculados a promesas especificas del manifiesto del Partido Conservador con el que Johnson arrasó en las elecciones del pasado mes de diciembre, particularmente aquellas dirigidas a “nivelar” la inversión en el norte de Inglaterra y las Midlands.

Objetivo 2024

El “efecto Brexit” hizo que muchos de los que hasta ahora habían sido bastiones laboristas en estas partes del país votaran por los conservadores. En algunos casos, por primera vez desde la segunda Guerra Mundial. Sería toda una auténtica proeza si Cummings consigue ahora fidelizar a estos votantes en los próximas elecciones generales previstas para 2024.

Esta nueva manera de operar tuvo su particular ensayo con la creación del llamado “comité XO”, el operativo especial que se montó cuando Johnson se mudó a Downing Street por primera vez en julio, tras ganar las primarias 'tories', y cuyo objetivo era preparar el escenario de un posible Brexit sin pacto. Nadie esperaba que el premier lograra cerrar en octubre un nuevo Acuerdo de Retirada con Bruselas.

Sería toda una auténtica proeza si Cummings consigue ahora fidelizar a estos votantes en los próximas elecciones generales previstas para 2024

Hasta ahora, Cummings ha logrado conseguir con éxito cada uno de sus propósitos, por muy rocambolescos que parecieran en un primer momento. Porque pocos esperaban que los británicos fueran apoyar la salida del bloque cuando la campaña pro Brexit se creó allá por octubre de 2015.

Ahora bien, su “modus operandi” está en muchas ocasiones reñido con el cumplimiento de las reglas. Cuando fue asesor de Michael Gove, trató ilegalmente de ocultar unas comunicaciones del Gobierno, alegando además que el periodista que le descubrió sufría problemas de salud mental. Durante la campaña euroescéptica, violó los límites de financiación y la ley de protección de datos, aunque cuando todo salió a la luz, las autoridades no contemplaron anular el Brexit.

Foto: Fotograma de la película 'Brexit: The Uncivil War', cuyo protagonista principal es Dominic Cummings en la piel de Benedict Cumberbatch.

Ya como asesor en Downing Street, en un fallo histórico, el Tribunal Supremo declaró el pasado mes de septiembre “ilegal” la suspensión de Westminster durante cinco semanas orquestada para que la Cámara de los Comunes -donde por aquel entonces los 'tories' no tenían mayoría absoluta- no se interpusiera en sus planes.

Se buscan “raros” e “inadaptados” para trabajar en Downing Street. No se trata de ninguna interpretación. Son los términos exactos que aparecen en la inusual oferta de empleo, publicada por el “raro” e “inadaptado” Dominic Cummings, el principal asesor de Boris Johnson y la persona que, al fin y al cabo, mueve los hilos en el Número 10.

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