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Europa acaba con los monumentos rusos: ¿cancelación o memoria histórica?
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Europa acaba con los monumentos rusos: ¿cancelación o memoria histórica?

Tanques, soldados y monumentos para la paz. Europa del Este estaba llena de monumentos soviéticos. La guerra de Ucrania ha acabado con los últimos vestigios del comunismo ruso

Tanques, estatuas de soldados, columnas, monumentos a la paz, estatuas de Lenin y cementerios militares. Europa está llena de estos monumentos construidos por la Unión Soviética durante la Guerra Fría. O por lo menos lo estaba. Con la caída del Muro de Berlín, en muchos países se empezaron a retirar los símbolos de la era comunista.

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Estos monumentos fueron construidos o impulsados por el gobierno de Moscú después de la Segunda Guerra Mundial. El Ejército Rojo tuvo un papel importante en la liberación de los países del Este de Europa ocupados por la Alemania Nazi. A partir de 1989, las estatuas más ligadas al pasado comunista fueron las primeras en ser retiradas. El desmantelamiento de estos monumentos se convirtió en un paso necesario para la reconciliación. Los únicos vestigios comunistas que se salvaron fueron los memoriales en honor de los soldados del Ejército Rojo. Algo que, sin embargo, no ha impedido que Moscú tilde esta labor de memoria histórica como rusófoba.

La guerra empezada por Putin en febrero de 2022 ha roto los últimos puentes que quedaban con el pasado y ha marcado el comienzo de la demolición a gran escala de todos los monumentos soviéticos que quedaban en Europa del Este. En Kiev fue decapitada y desmantelada la estatua que celebraba la amistad de los pueblos ucranios y rusos, construida en 1982 para celebrar los 1500 años de la fundación de Kiev. En Ucrania, la particularidad de esta nueva ola es que, además de los monumentos relacionados con la época comunista, también se han incluido estatuas que representan personajes históricos y culturales, como el escritor Alexander Pushkin o la emperatriz Catalina II.

placeholder Una excavadora abate un monumento soviético después de la agresión de Rusia a Ucrania
Una excavadora abate un monumento soviético después de la agresión de Rusia a Ucrania

La necesidad de cerrar las cuentas con el pasado se ha reavivado en los países bálticos, que fueron anexionados por la URSS después del segundo conflicto mundial. La ciudad de Riga abatió el obelisco a los libertadores soviéticos. Pero el desmantelamiento ha sido más conflictivo en los enclaves donde hay una mayoría de población rusófona. Polonia también ha decidido retirar los últimos memoriales del ejército rojo.

Sin embargo, existe un país donde la herencia soviética se ha conservado prácticamente intacta: Alemania. En 1990, antes de la reunificación, las dos Alemania firmaron un tratado con las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial que le obliga al mantenimiento y cuidado de los monumentos soviéticos. De hecho, Berlín es la ciudad europea donde más monumentos soviéticos se pueden observar. Otro país que se ha negado a cerrar las cuentas con el pasado es Austria. Viena fue ocupada por el Ejército Rojo y el gobierno austríaco se ha negado a retirar la imponente estatua del soldado soviético que se encuentra cerca del Palacio Real del Belvedere. Pero el muro que rodea el monumento ha sido pintado con los colores de la bandera de Ucrania.

Tanques, estatuas de soldados, columnas, monumentos a la paz, estatuas de Lenin y cementerios militares. Europa está llena de estos monumentos construidos por la Unión Soviética durante la Guerra Fría. O por lo menos lo estaba. Con la caída del Muro de Berlín, en muchos países se empezaron a retirar los símbolos de la era comunista.

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