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A Dios rogando y con la orgía gay dando
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Carlos Prieto

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A Dios rogando y con la orgía gay dando

Europudding. Crónicas pop de las elecciones europeas. Candidatos extravagantes, choques nacionales, folclores a flor de piel. Bienvenidos al mayor espectáculo europeo del mundo

Foto: Szájer József. (EFE/Parlamento Europeo/Daina le Lardic)
Szájer József. (EFE/Parlamento Europeo/Daina le Lardic)

A los periodistas se nos acusa (con razón) de no hacer seguimiento a las noticias. ¿Qué pasó con el fulano X del que hablaba todo el mundo hace dos semanas? La aceleración digital, con ciclos informativos cada vez más cortos y explosivos, y rápidamente sepultados por otros, ha agudizado esta carencia: no es que no haya continuidad, es que ni siquiera recordamos la noticia que nos quitó el sueño hace tres días.

Por hoy no. Hoy vamos a tirar del hilo de una de las noticias europarlamentarias más fascinantes de los últimos años: la protagonizada por el eurodiputado húngaro Szájer József, hombre clave del partido (Fidesz) del primer ministro Viktor Orbán.

La suerte de József cambió una noche loca en Bruselas, cuando la policía belga irrumpió en una orgía gay (había toque de queda en la ciudad por el confinamiento) y se topó con József, que intentó burlar el cerco pegando brincos por los tejados y llevaba éxtasis encima.

“Tras ser incapaces de frenar las noticias internacionales sobre el escándalo de la orgía gay, hasta los canales húngaros controlados por Orbán tuvieron que informar de que Szájer había sido capturado por la policía belga”, escribió la académica Anita Kurimay en un artículo sobre el caso.

Jósef dimitió como europarlamentario y fue purgado por su partido.

Foto: Cartel electoral del Die PARTEI. (Reuters/Matthias Rietschel )

Nada más lejos de nuestra intención que decirle a alguien qué hacer en sus ratos libres de esparcimiento. Tampoco queremos ponernos dignos con la coherencia, convertida en la gran vara política de medir en tiempos convulsos, pues contradicciones tenemos todos. Ahora bien: el caso József es un poquito especial por exagerado. No es que el muchacho no predicara con el ejemplo, es que llevó la hipocresía a la estratosfera.

“No se trató solo de romper las reglas de confinamiento, sino de la doble cara del partido de Orbán en su opresión a la comunidad LGBTI en Hungría”, escribió el eurodiputado liberal eslovaco Martin Hojsik tras desvelarse la orgía.

Pero hay más. Szájer no era un miembro cualquiera del partido de Orbán, sino uno de sus fundadores, clave en su giro del liberalismo pos régimen comunista al populismo conservador anti occidental. Cuando Orbán decidió apretar las clavijas a la Constitución húngara, József -abogado constitucionalista- pensó y escribió las nuevas enmiendas anti LGTBI.

Secreto a voces

Casi todos los enteradillos de Hungría sabían a qué se dedicaba Szájer por las noches. No eran ajenos en su partido, ni algunos ciudadanos medios. Antes de la orgía en Bruselas y en plena bronca sobre el autoritarismo de Orbán, una diputada opositora, en un indudable golpe bajo, había aireado la condición sexual de Szàjer para subrayar su doble discurso. Szájer aguantó ese primer golpe.

¿Cómo resolvían las élites del partido de Orbán esas contradicciones? Miraban hacia otro lado, siempre y cuando los cargos con doble vida defendieran en público lo contrario de lo que hacían en privado. Pelillos a la mar. Lo único importante era que lo privado no trascendiera, o si lo hacía, no acabara en quilombo. Pero, ¡ay, si se acababa liando, no les temblaría el pulso: se sumaban al linchamiento de su compañero. ¿Cómo? ¿Que en este partido se hacen orgías gays? ¡Qué escándalo! Y purga al canto.

"El partido de Víktor Orbán no solo habría tolerado sino facilitado las escapadas sexuales de sus propios miembros 'queer"

“El escándalo subrayó que, aunque Fidesz había estado limitando los derechos LGBTBI en nombre de la defensa de los valores nacionales y cristianos atacados por las destructivas fuerzas liberales cosmopolitas occidentales, el partido de Orbán no solo había tolerado sino facilitado las escapadas sexuales de sus propios miembros queer”, añade Kurimay, que asegura que nadie en Hungría se había interesado por la vida sexual del eurodiputado… hasta que se convirtió en uno de los ideólogos anti-LGTBI.

Szàjer no es el único alto cargo de Orbán pillado en una orgía gay los últimos años. Por tanto, cuando nos preguntamos qué tipo de partido es ese, quizá la respuesta sea que el partido contra la droga de Maradona y Julio Alberto, dada su insistencia en bramar una cosa y hacer la contraria. El caso Szájer, en definitiva, es como si Chimo Bayo hubiera denunciado a la policía a la Ruta del Bakalao en 1991. ¡Pero Chimo! ¡Criatura! ¿qué demonios estás haciendo?

Pues bien: todo esto pasó hace tres años y medio. Ahora viene lo bueno/el seguimiento.

Foto: El bioquímio Felix Werth, líder del Partido del Rejuvenecimiento. (Wikipedia)

Estamos ante un caso claro de noticia que pedía a gritos llegar hasta el final, pues la prensa internacional dejó de informar justo cuando empezaba una tragicomedia humana digna de Shakespeare o Tarantino. ¿Qué hizo Szájer tras ser defenestrado por los suyos y ser expulsado humillantemente del establishment? Retirase del mundanal ruido para dedicarse a la jardinería. A sus plantas. Salvo que un fotógrafo le localizó. La fotografía no puede sintetizar mejor la loca deriva de la política contemporánea -esa infernal mezcla de tumultos, guerras culturales y confusiones público-privadas: Szájer haciendo la colada en casa… con una camiseta que ponía CRUISING. Sí, amigos, el cerebro gris de la mayor andanada constitucional europea contra los derechos LGTBi, con el CRUISING por delante (Nota para lectores despistados, maduritos o poco familiarizados con los estilos de vida contemporáneos. Definición de cruising: Práctica de relaciones sexuales por parte de homosexuales masculinos en lugares públicos, como parques y playas, normalmente con desconocidos).

¿Qué podemos añadir?

Es como si a Miquel Roca le pillaran mañana con la camiseta: “Me cago en los padres de la Constitución”. Un imposible metafísico. A dios rogando y con la orgía gay dando.

A los periodistas se nos acusa (con razón) de no hacer seguimiento a las noticias. ¿Qué pasó con el fulano X del que hablaba todo el mundo hace dos semanas? La aceleración digital, con ciclos informativos cada vez más cortos y explosivos, y rápidamente sepultados por otros, ha agudizado esta carencia: no es que no haya continuidad, es que ni siquiera recordamos la noticia que nos quitó el sueño hace tres días.

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