Es noticia
Soldados armados de Marruecos impiden la construcción en Melilla de la tercera valla prometida por Zapatero
  1. Sociedad

Soldados armados de Marruecos impiden la construcción en Melilla de la tercera valla prometida por Zapatero

Las avalanchas de sin papeles han cesado, pero los problemas de la inmigración clandestina están lejos de solucionarse. De hecho, en Melilla, uno de los puntos

Foto: Soldados armados de Marruecos impiden la construcción en Melilla de la tercera valla prometida por Zapatero
Soldados armados de Marruecos impiden la construcción en Melilla de la tercera valla prometida por Zapatero

Las avalanchas de sin papeles han cesado, pero los problemas de la inmigración clandestina están lejos de solucionarse. De hecho, en Melilla, uno de los puntos fronterizos más calientes, Marruecos impide desde hace días que España levante la nueva valla “infranqueable” que José Luis Rodríguez Zapatero prometió y que su ministro del Interior, José Antonio Alonso, presentó a bombo y platillo en el Congreso de los Diputados el pasado 6 de octubre.

Los trabajos para levantar dicho obstáculo -un laberinto de entre 1 y 3 metros de altura y una anchura de 2,5 metros, donde se enlazan cables trenzados de acero de entre 6 y 12 milímetros de grosor- se iniciaron en los 10 kilómetros del perímetro que rodea la ciudad norteafricana poco después del anuncio de Interior. Sin embargo, hace escasas fechas, efectivos armados del Ejército marroquí, que mantienen un amplio despliegue en la zona, conminaron a los operarios a abandonar los trabajos y a regresar al lado español de la verja.

Esta información, relatada a El Confidencial por fuentes policiales la pasada semana, pudo ser confirmada in situ este sábado por este diario. Un redactor comprobó cómo tropas del Reino alauí habían ocupado dicha franja de tierra, talado los árboles más próximos a la valla y, en su lugar, cavado una gran zanja y allanado un camino para el tránsito de sus vehículos. Alrededor de la valla, los soldados marroquíes habían levantado tiendas de campaña cada cien metros.

Incluso el pequeño tramo del ‘infranqueable obstáculo’ que ya estaba instalado ha sido desmontado. Una circunstancia que hace temer a los máximos responsables del Ejecutivo de la ciudad autónoma que finalmente no habrá tercera valla de seguridad, justo ahora que España ha reducido considerablemente la presencia de soldados patrullando y aún quedan tramos de la valla más próxima al lado marroquí que no han sido ampliados hasta los seis metros de altura.

Sin avalanchas desde octubre

No obstante, los datos oficiales indican que no se han producido oleadas masivas de inmigrantes en Melilla desde el pasado 6 de octubre. Desde el 29 de septiembre, en Ceuta. Pero fuentes del Gobierno melillense aseguran a este diario que esto da una sensación errónea de tranquilidad: “Siguen entrando, no en avalanchas, pero sí en pequeños grupos, porque aquí se nota enseguida cuando llegan”.

La tercera valla ahora paralizada -desarrollada por una empresa de la firma Indra- iba a suponer para el Ministerio del Interior unos gastos de 16 millones de euros en Melilla, y otros 10 millones en Ceuta. Una vez terminada su instalación, la idea del Ejecutivo de Madrid era retirar la polémica concertina de cuchillas que coronaba la valla más cercana a Marruecos y que provocaba las graves heridas de los inmigrantes que tanto impresionaron al presidente Zapatero.

De hecho, cuando fue presentado su diseño, el ministro del Interior destacó que la maraña de cables de acero no provocaba heridas a los intrusos. Algo que, por el momento, no se podrá comprobar por culpa de Marruecos, que parece preferir los expeditivos sistemas de su Ejército para acabar con el problema de las avalanchas de sin papeles.

Las avalanchas de sin papeles han cesado, pero los problemas de la inmigración clandestina están lejos de solucionarse. De hecho, en Melilla, uno de los puntos fronterizos más calientes, Marruecos impide desde hace días que España levante la nueva valla “infranqueable” que José Luis Rodríguez Zapatero prometió y que su ministro del Interior, José Antonio Alonso, presentó a bombo y platillo en el Congreso de los Diputados el pasado 6 de octubre.