Anesvad, la única ONG ‘sin ánimo de lucro’ que invierte su patrimonio en bolsa a través de sicavs

La detención y posterior encarcelamiento de José Luis Gamarra, presidente de la ONG Anesvad, por un presunto delito de apropiación indebida de fondos ha dejado a la luz una particularidad de la citada organización. La Fundación, a priori sin ánimo de lucro, es la única en España con inversiones de alto riesgo a través de una sicav: Flaviobriga de Inversiones, de la que también es socio el propio Gamarra y gestionada por BBVA Patrimonios Gestora.

A cierre de 2006, la citada sociedad de inversión tenía un patrimonio de 5,5 millones de euros con un 42,75% en renta variable. Se da la circunstancia de que José Luis Gamarra aparece como ex presidente de otra sicav, Inversum Cartera, esta con 32,6 millones de patrimonio en las mismas fechas, bajo el auspicio de Santander Gestión de Activos.

Según ha podido comprobar este diario en el Registro Mercantil, ninguna otra ONG para el Desarrollo de las mismas características utiliza los tradicionales vehículos de gestión de las grandes fortunas. Algo indiscutiblemente legal, pero cuestionable desde el punto de vista ético.

La Fundación Lealtad, dedicada a fiscalizar a las ONG españolas, detectó en 2002 varios incumplimientos de los principios de transparencia y buenas prácticas al investigar la labor que Anesvad había desarrollado entre 1998 y 2000. Según fuentes citadas por El Diario Montañés, la ONG destinaba a sus proyectos menos del 70% de lo que ingresaba, por ello incrementó su patrimonio en una media de seis millones de euros en esos años.

Una ONG ‘non grata’

Por otra parte, Anesvad sólo se sometió en 2003 al análisis de los principios que estudia la Fundación Lealtad y tras incumplirlos se dio de baja. La misma actitud tuvo con la Coordinadora de ONG para el Desarrollo cuando le llamó la atención por una agresiva campaña de recaudación de fondos (ver noticia).

Así las cosas, Gamarra no ha sido la única cabeza en caer de la Fundación Anesvad. Hace dos años dos directivos fueron destituidos al comprobar que se habían apropiado de fondos de la ONG. Con 35 millones de euros de presupuesto, entre donaciones y subvenciones públicas, y una buena gestión al estilo de las grandes fortunas, nadie duda de que Anesvad resulta toda una tentación.