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El Hospital de Tenerife intenta lavar su imagen tras las denuncias por altas tasas de mortalidad
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El Hospital de Tenerife intenta lavar su imagen tras las denuncias por altas tasas de mortalidad

Tras años de silencio, algunos medios canarios se han hecho eco del caso de presunta mala praxis en el servicio de cardiocirugía del Hospital Universitario de

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El Hospital de Tenerife intenta lavar su imagen tras las denuncias por altas tasas de mortalidad

Tras años de silencio, algunos medios canarios se han hecho eco del caso de presunta mala praxis en el servicio de cardiocirugía del Hospital Universitario de Canarias (HUC), publicado en primicia por El Confidencial, en el que se denuncia una mortalidad en quirófano que ronda el 14%, el doble que la media del resto de hospitales españoles. Es decir, un paciente que necesite operarse por dolencias cardiovasculares tiene el doble de posibilidades de fallecer en el HUC que en cualquier otro hospital español.

En respuesta a los requerimientos de dichos medios, el HUC ha querido lavar su imagen emitiendo un comunicado a distintas redacciones de esta región vinculando de nuevo las denuncias al conflicto laboral que mantiene con el cirujano rebelde, Ignacio Díaz de Tuesta, quién dio la voz de alarma de la alta mortalidad en escritos a la dirección del HUC y a la Comisión Deontológica de la Organización Médica Colegial. “El denunciante”, afirma el centro, “tiene dos expedientes disciplinarios, acabando uno de ellos en despido”, concretamente en junio de 2006.

El HUC insinúa intereses ocultos en que estas denuncias hayan salido a la luz porque se producen “justo diez días antes del juicio pendiente del que fuera miembro de este servicio”. La fecha a la que se refiere es el 30 de noviembre, cuando se celebrará la vista oral a cuenta del último pleito que tiene el cirujano Díaz de Tuesta con el hospital por despido improcedente y acoso laboral. Este diario tuvo conocimiento de este juicio por la dirección médica del hospital, no por el cirujano rebelde, así como del juicio anterior, el 8 de noviembre, por boca del jefe de servicio de cirugía cardiovascular Rafael Martínez Sanz, al que se acusa de negligencia.

Da la casualidad de que lo que se publica diez días antes del juicio es el citado comunicado de lavado de imagen con fecha de 20 de noviembre, puesto que la primera información de El Confidencial se publicó el 13 de noviembre. Además, la dirección del hospital tiene conocimiento de la insistencia de este diario en recibir su versión de los hechos vía telefónica desde el mes de octubre y en una entrevista personal en la mañana del día 6 de noviembre.

Por otra parte, en dicha entrevista con el gerente Ignacio López Puech y el director médico Eduardo de Bonis este diario insistió en varias ocasiones en el desinterés por los conflictos laborales centrándose en una investigación realizada por dos facultativos cuya independencia y solvencia garantizó la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Cardiovascular (SECTCV). Dicha auditoría externa sobre los resultados de mortalidad en el servicio de cardiocirugía se encuentra en posesión del hospital, el cual se ha negado a publicitar los resultados.

Según el comunicado del HUC, este informe se realizó a instancias de la dirección. Sin embargo, el presidente de la SECTCV, el doctor Eduardo Saura informó de que la investigación se llevó a cabo a raíz de las insistentes denuncias del doctor Díaz de Tuesta contra su jefe de servicio Martínez Sanz: “Como se trataba de un conflicto entre dos médicos la Sociedad entendió que no se podía meter”. Únicamente se comprometió a auspiciar la independencia de los médicos que realizaran la investigación.

Tras años de silencio, algunos medios canarios se han hecho eco del caso de presunta mala praxis en el servicio de cardiocirugía del Hospital Universitario de Canarias (HUC), publicado en primicia por El Confidencial, en el que se denuncia una mortalidad en quirófano que ronda el 14%, el doble que la media del resto de hospitales españoles. Es decir, un paciente que necesite operarse por dolencias cardiovasculares tiene el doble de posibilidades de fallecer en el HUC que en cualquier otro hospital español.