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Proliferan en Francia los secuestros de empresarios por sus trabajadores
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Proliferan en Francia los secuestros de empresarios por sus trabajadores

Los secuestros de empresarios y directivos por los trabajadores, con cierta "tradición" en Francia, proliferan con la crisis, lo que inquieta a la patronal e incomoda

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Proliferan en Francia los secuestros de empresarios por sus trabajadores

Los secuestros de empresarios y directivos por los trabajadores, con cierta "tradición" en Francia, proliferan con la crisis, lo que inquieta a la patronal e incomoda a los sindicatos, al tiempo que polariza las posiciones entre derecha e izquierda en el debate político.

El último caso es el de tres directivos del grupo de componentes para el automóvil Faurecia, que fueron "retenidos" -según los términos de los delegados sindicales- la noche del jueves al viernes en el complejo de Brières les Scellés, donde habían acudido para negociar detalles de un plan social que suprimirá 1.215 empleos en Francia.

El primero de esta serie fue el responsable de Sony en Francia. Fue secuestrado el 13 de marzo y durante una noche en la fábrica de Pontonx sur l'Adour. Doce días después, el día 25, fue el presidente de la compañía farmacéutica 3M en Pithiviers.

Este mes le ha tocado el turno al director de la factoría de maquinaria de obras públicas Caterpillar en Grenoble el día 1 y a cuatro directivos del fabricante adhesivos Scapa en la fábrica de Bellegarde sur Valserine, amenazada de cierre.

Esto ha llevado a la patronal ha presentar una declaración conjunta de sus tres organizaciones representativas y el miércoles manifestó "su preocupación por la evolución del debate" y pidió a todos los responsables políticos y económicos que "respeten el principio de legalidad, base de una sociedad democrática".

"Sea cual sea la gravedad de las situaciones, no se puede aceptar" el incumplimiento de la ley, subrayaron el Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF), la Confederación General de Pequeñas y Medianas Empresas (CGPME) y la Unión de Pequeños Artesanos (UPA).

Las tres reconocían que la crisis actual "genera muchos sufrimientos (...) para los asalariados, por supuesto, pero también para los empresarios" y todos deben trabajar para buscar respuestas a los conflictos sociales "con la negociación libre y consentida entre las partes, con la intervención de los poderes públicos y, si llega el caso, recurriendo a la justicia".

El presidente de la CGPME, Jean-François Roubaud, instó el viernes al presidente francés, Nicolas Sarkozy, a poner en práctica su compromiso de detener "estos actos fuera de la ley" con "instrumentos para detener estos secuestros". Sarkozy había subrayado el martes que Francia es "un Estado de derecho, se aplica la ley y haré que se respete (...) ¿Qué es eso de ir a secuestrar a la gente?".

Se deslegitima el papel de los sindicatos

Los sindicatos están ante una situación embarazosa en la medida en que puede deslegitimar su papel institucional en los conflictos, pero algunos de ellos culpan de esas reacciones a empresas que no practican el diálogo o que tienen comportamientos socialmente inaceptables.

Bernard Thibault, secretario general del primer sindicato del país, la Confederación General del Trabajo (CGT), señaló el viernes que algunos trabajadores tienen que recurrir a "formas de acción" espectaculares" para que se les escuche, y añadió que eso es "consecuencia directa (...) del jefe del Estado y del Gobierno que han minimizado hasta ahora el descontento y la movilización".

La Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), conocida por su reformismo, sí se ha pronunciado de forma más rotunda al "condenar" su secretario general, Jean-François Cherèque, los secuestros, aunque puntualizó que son un fenómeno excepcional que ya se había dado en el pasado y que "no es bueno que los responsables políticos traten de polemizar" sobre la cuestión. "A los asalariados no les interesa la violencia, que es una deriva que hace dudar de la legitimidad de su combate", señaló por su parte el "número dos" de la CFDT, Marcel Grignard.

Aunque ya se hablaba episódicamente de la cuestión, el verdadero salto a la palestra política se produjo el pasado domingo, cuando la ex candidata socialista a la presidencia de Francia Ségolène Royal, aun reconociendo el carácter "ilegal" de los secuestros, manifestó comprensión con trabajadores "debilitados" y "menospreciados" que así consiguen hacerse oír. Para Royal, "a falta de un poder que solucione los problemas, surgen tensiones en las empresas" en respuesta a "la violencia diaria ejercida contra los asalariados que se enteran, por ejemplo, de que ciertos empresarios se enriquecen en plena crisis, mientras ellos pierden su trabajo".

El secuestro de empresarios no es un fenómeno nuevo en Francia, donde hay antecedentes desde los años 70, y antes de la oleada de este año hubo media docena de casos desde 2000. 

Los secuestros de empresarios y directivos por los trabajadores, con cierta "tradición" en Francia, proliferan con la crisis, lo que inquieta a la patronal e incomoda a los sindicatos, al tiempo que polariza las posiciones entre derecha e izquierda en el debate político.

El último caso es el de tres directivos del grupo de componentes para el automóvil Faurecia, que fueron "retenidos" -según los términos de los delegados sindicales- la noche del jueves al viernes en el complejo de Brières les Scellés, donde habían acudido para negociar detalles de un plan social que suprimirá 1.215 empleos en Francia.

El primero de esta serie fue el responsable de Sony en Francia. Fue secuestrado el 13 de marzo y durante una noche en la fábrica de Pontonx sur l'Adour. Doce días después, el día 25, fue el presidente de la compañía farmacéutica 3M en Pithiviers.

Este mes le ha tocado el turno al director de la factoría de maquinaria de obras públicas Caterpillar en Grenoble el día 1 y a cuatro directivos del fabricante adhesivos Scapa en la fábrica de Bellegarde sur Valserine, amenazada de cierre.

Esto ha llevado a la patronal ha presentar una declaración conjunta de sus tres organizaciones representativas y el miércoles manifestó "su preocupación por la evolución del debate" y pidió a todos los responsables políticos y económicos que "respeten el principio de legalidad, base de una sociedad democrática".

"Sea cual sea la gravedad de las situaciones, no se puede aceptar" el incumplimiento de la ley, subrayaron el Movimiento de Empresas de Francia (MEDEF), la Confederación General de Pequeñas y Medianas Empresas (CGPME) y la Unión de Pequeños Artesanos (UPA).

Las tres reconocían que la crisis actual "genera muchos sufrimientos (...) para los asalariados, por supuesto, pero también para los empresarios" y todos deben trabajar para buscar respuestas a los conflictos sociales "con la negociación libre y consentida entre las partes, con la intervención de los poderes públicos y, si llega el caso, recurriendo a la justicia".

El presidente de la CGPME, Jean-François Roubaud, instó el viernes al presidente francés, Nicolas Sarkozy, a poner en práctica su compromiso de detener "estos actos fuera de la ley" con "instrumentos para detener estos secuestros". Sarkozy había subrayado el martes que Francia es "un Estado de derecho, se aplica la ley y haré que se respete (...) ¿Qué es eso de ir a secuestrar a la gente?".

Círculo de Empresarios Secuestros