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“Nos expropiaron las tierras para el aeropuerto y ahora nos quieren poner el cementerio”
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VILLAR DEL POZO, ENTRE LA NEGATIVA NUCLEAR Y LA APATÍA

“Nos expropiaron las tierras para el aeropuerto y ahora nos quieren poner el cementerio”

Cada uno de los candidatos a albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) o cementerio nuclear tiene su propia idiosincrasia. Uno de estos municipios es Villar del

Foto: “Nos expropiaron las tierras para el aeropuerto y ahora nos quieren poner el cementerio”
“Nos expropiaron las tierras para el aeropuerto y ahora nos quieren poner el cementerio”

Cada uno de los candidatos a albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) o cementerio nuclear tiene su propia idiosincrasia. Uno de estos municipios es Villar del Pozo, a poco más de 20 kilómetros de Ciudad Real. Villar del Pozo es uno de los muchos municipios de España en los que su escasísima población (110 habitantes censados) contrasta con su amplia superficie (13,23 km2). Cuando uno entra al municipio es difícil encontrar actividad, ya que el silencio y el mutismo son su mejor banda sonora. La pequeña calle que desemboca en el Ayuntamiento recuerda al visitante que Villar del Pozo no se caracteriza por su frenética actividad. De hecho, la aparición de una cámara de fotos llama la atención de los vecinos, alguno de los cuales aparece disimuladamente en escena para ver qué se cuece.

Los vecinos nos cuentan, no sin cierto escepticismo, que no saben si Villar tendrá o no el ATC, pero de lo que están seguros es de que eso a ellos no les hace demasiada gracia. Josefa Delgado está indignada: “Eso es una chaladura del alcalde [el popular Felipe Pulla], que hace lo que le da la gana sin hablar con nadie”. Les preguntamos si han hablado con él, a tenor de que no debe de resultar muy complicado en un pueblo tan pequeño. “Nosotros no tenemos nada que hablar con él. ¡Si además no vive en el pueblo! ¡Él vive en Ciudad Real! Él no ha hablado con nosotros, pues nosotros tampoco tenemos nada que hablar con él”.

Tampoco parece convencer en Villar la promesa de Zapatero de los 300 puestos de trabajo. Y es que, aunque en el censo del municipio constan 110 habitantes, la realidad da otros datos: “En el pueblo no somos más de 50 personas, y todos somos jubilados. Sólo hay dos jóvenes, así que no queremos ni los trabajos ni el dinero”.

Pasamos a un centro público, donde nos miran con cierto recelo. No hace falta decirles por qué estamos allí: “Vienen por lo que quieren hacer en el pueblo”. En este sitio se respira una mezcla de apatía y desconfianza, y nadie quiere salir en la foto. Hablamos con Dulce, la presidenta de los jubilados, que parece más receptiva. Nos comenta, sin mojarse demasiado, que en el pueblo existe un poco de miedo por lo que puedan instalar: “Nosotros no sabemos ni entendemos de lo que nos vaya a pasar o lo que nos pueda venir, pero un poco de miedo sí que hay”.

Tras las cenizas de un aeropuerto ruinoso

Villar del Pozo podría ser uno de tantos pueblos que, de un modo u otro, sueñan con acoger una aventurada infraestructura que los saque del anonimato, pero eso hace tiempo que ya pasó. Este municipio acoge desde diciembre de 2008 el funcionamiento del Aeropuerto de Ciudad Real, una infraestructura que a día de hoy no sólo está vacía sino que además resulta terriblemente ruinosa. Con un vuelo diario, y frente a unas previsiones de 300.000 pasajeros anuales, el Aeropuerto de Ciudad Real no pasó de los 50.000 pasajeros en 2009, frente a la promesa de más de 2.000 puestos de trabajo en el futuro, los 300 iniciales apenas se han quedado ahora en 100; frente al optimismo de ser una fuente de riqueza para la zona, esta infraestructura tiene una deuda mínima actual de 300 millones de euros y dos solicitudes de concurso de acreedores.

No parece que los promotores le viesen nunca demasiada rentabilidad al asunto, ya que un año y medio antes de inaugurarlo ya mantuvieron conversaciones con el sultán árabe Bin Abdl Asís Al Saud para vendérselo por 4.000 millones de euros. Ni siquiera el hecho de que la Junta de C-LM modificase la ley del suelo y permitiese la reparcelación y calificación de un suelo rústico en industrial hizo levantar el vuelo al negocio. Desde entonces, han sido muchos los posibles candidatos que han desfilado por esta subasta: el Ministerio de Defensa, un Fondo de Pensiones de Carolina del Norte... pero ninguno ha ofrecido más de 600 millones de euros, muy lejos de los 1.000 que piden los promotores. El último pretendiente podría ser el Ejército de Estados Unidos, que podría convertir el Aeropuerto en una base americana.

Ni que decir tiene que al Aeropuerto no le hace ninguna gracia lo del ATC. Y es que los aledaños de esta infraestructura fueron recalificados precisamente para su reparcelación y para construir un modelo de negocio con la hostelería, el turismo y la construcción como ejes centrales. Pero no parece que vaya a haber mucho turismo en un sitio que está a escasos kilómetros de un cementerio nuclear. Por ahora el Aeropuerto no se moja, pero fuentes de la infraestructura aseguran que la instalación del ATC supondría un nuevo revés para un negocio que por ahora ya es inexistente.

Porque ésa es otra. Parece que el horno de Villar del Pozo no está para muchos bollos después de que llegase el Aeropuerto, que trajo consigo no sólo un negocio nulo, sino también la expropiación de terrenos de muchos vecinos. “Nos quitaron todas las tierras, y ahora encima nos quieren poner un cementerio nuclear”, asegura Josefa. En el pueblo son prudentes y nadie se atreve a hacer disertaciones sobre lo bueno o lo malo de la energía nuclear, ya que, como el españolito medio, lo desconocen. Sin embargo, lo que está claro es que la desconfianza reciente de los vecinos en su alcalde y el resto de políticos no juega a favor del ATC. “A mí me quitaron 42 hectáreas por el Aeropuerto, y ahora encima nos quieren plantar esto otro”.

Otros de los oponentes del ATC son los miembros de Ecologistas en Acción (EA), que ven en él un nuevo peligro para la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) que rodea la zona de Villar del Pozo. El Aeropuerto pudo esquivar este “inconveniente” medioambiental merced a un permiso del Ministerio de Fomento, que lo declaraba exento de tener que someterse a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Sin embargo, no parece que un futuro cementerio nuclear pudiese tenerlo tan fácil, sobre todo si tenemos además en cuenta que Villar del Pozo se encuentra en una zona volcánica activa, tal y como han confirmado los estudios de la propia Universidad de Castilla-La Mancha.

Un pueblo regido por el PP

El Ayuntamiento de Villar del Pozo está gobernado por cinco concejales del Partido Popular, comandados por Felipe Pulla. Pese a su absolutísima mayoría, en los últimos años el alcalde no cuenta con buenas críticas, precisamente. Desde Ecologistas en Acción (EA) se le señala como uno de los responsables de que el Aeropuerto saliese adelante. Y es que, en un principio, Pulla se negó a dar el visto bueno a la infraestructura, pero desde EA se asegura que esta negativa no tiene otro motivo que la categorización del Aeropuerto como Proyecto de Singular Interés (PSI), un tipo de proyectos para el que la Ley de Ordenación del Territorio y la Actividad Urbanística (Lotau) de Castilla-La Mancha prevé ciertas ventajas urbanísticas y la ausencia de algunas tasas en las licencias de obra al Consistorio.

De entrada, el Ayuntamiento ya se ha quedado solo frente al ATC. La Mancomunidad del Campo de Calatrava ha evitado crear una confrontación pública, pero sus municipios ya han declarado públicamente su oposición. En Ciudad Real, a tan sólo 23 kilómetros de distancia, también se han encendido las alarmas: el Ayuntamiento de la capital se ha opuesto frontalmente a esta instalación, mientras que la Junta de Comunidades, a través de su delegado en la provincia, José Fuentes, ha tachado de “disparate” esta iniciativa. Las Cortes Regionales, de mayoría socialista, también han aprobado su oposición al ATC, mientras que la presidenta regional del PP, María Dolores de Cospedal, se encuentra en un momento contradictorio (el llamado efecto Nimby): con la mano derecha apoya la energía nuclear, pero con la izquierda anuncia sanciones para los ayuntamientos ‘populares’ de C-LM que pidan el ATC.

En el pueblo no permanecen ajenos a estas discusiones, que conocen al dedillo. Dulce lo tiene claro: “La Junta no quiere el cementerio porque a ellos no les caen perras. Si les cayese algo, sí que lo apoyarían. Mira el Aeropuerto, qué poco tardaron en montarlo”. Sin embargo, y pese a que los vecinos de Villar del Pozo están inmersos en el debate, la apatía y la resignación se ha adueñado del pueblo, que no cree que se le vaya a tener en cuenta. Y así lo refleja una compañera de Dulce, que la interrumpe: “Tú puedes opinar lo que te dé la gana, pero lo que tú y yo digamos da igual, no vale nada, porque van a hacer lo que ellos quieran”.

“Así que, para eso, yo prefiero callarme y no decir nada, que estoy más guapa”.

Cada uno de los candidatos a albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) o cementerio nuclear tiene su propia idiosincrasia. Uno de estos municipios es Villar del Pozo, a poco más de 20 kilómetros de Ciudad Real. Villar del Pozo es uno de los muchos municipios de España en los que su escasísima población (110 habitantes censados) contrasta con su amplia superficie (13,23 km2). Cuando uno entra al municipio es difícil encontrar actividad, ya que el silencio y el mutismo son su mejor banda sonora. La pequeña calle que desemboca en el Ayuntamiento recuerda al visitante que Villar del Pozo no se caracteriza por su frenética actividad. De hecho, la aparición de una cámara de fotos llama la atención de los vecinos, alguno de los cuales aparece disimuladamente en escena para ver qué se cuece.

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