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Semon, el refugio gastronómico del Rey
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JUAN CARLOS CONVOCÓ EN ESTE LOCAL A LA BURGUESÍA CATALANA

Semon, el refugio gastronómico del Rey

De la Boquería al cielo. La Boquería es el mercado más famoso de Barcelona, donde se puede conseguir cualquier exclusividad culinaria y los productos más exóticos

Foto: Semon, el refugio gastronómico del Rey
Semon, el refugio gastronómico del Rey

De la Boquería al cielo. La Boquería es el mercado más famoso de Barcelona, donde se puede conseguir cualquier exclusividad culinaria y los productos más exóticos de la alimentación. Lame la acera de la Rambla de Barcelona, una de las vías más concurridas del mundo, y se cobija bajo una aparatosa cobertura modernista. Allí, hace más de tres décadas, nació un negocio. Una parada, dos paradas, tres paradas: las 531, 532 y 533 tenían su especialidad en productos del mar. Eran las de Benfumat, los ahumados de salmón, propiedad de María Vidal.

Años después, María ya no tiene las paradas del mercado, pero dirige un imperio económico que pasa por inmobiliarias, cuatro restaurantes, tiendas, empresas de importación o una fábrica de ahumados. Su firma señera, Semon, asociada a exclusividad, es la marca de la alta burguesía catalana o del Rey, por poner un ejemplo. En su negocio fue donde convocó el Monarca a varios miembros de la empresa familiar catalana el pasado 13 de febrero para pulsar sus opiniones y recetas ante la crisis.

El Rey es sólo la cara más conocida que pasa por el exclusivo restaurante. De hecho, fue su padre, Don Juan de Borbón, quien descubrió los placeres que se ocultaban en el pequeño rincón de Semon. “Era un enamorado de sus productos”, relata a El Confidencial una persona que conoce la trayectoria del negocio. Don Juan Carlos siguió con la tradición familiar de recalar en sus instalaciones, lo mismo que su gran amigo el armador Josep Cusí, un asiduo del lugar.

Las pequeñas paradas de la Boquería dieron paso, pues, a un pequeño imperio económico que factura alrededor de 20 millones de euros y emplea a dos centenares de personas. Todo bajo la supervisión de la matriarca María Vidal, aunque quien pilota la nave desde hace casi dos décadas es ya su hija, Montse Tarrida. Ésta, licenciada en Derecho y de 57 años de edad, desembarcó en la empresa familiar en 1982, pero no se incorporó plenamente al negocio hasta los años 90. Uno de sus dos hijos es el polémico articulista Salvador Sostres.

Al negocio gastronómico, hay que añadir también las participaciones en otras inversiones inmobiliarias que disparan la facturación total de la familia. “El negocio se basó en las tiendas de productos de calidad -explica la misma fuente-. Luego, se amplió a los restaurantes, ya que muchos clientes preferían degustar los productos in situ a llevárselos a casa. De ahí que, al lado de la tienda, abriese el espacio L’Indret, ya como restaurante. Es acogedor, confortable, aún sin ser de lujo. Quien vaya, que no espere cocina de mercado, sino productos propios de alta calidad, con una carta de vinos muy buena y un servicio exquisito”.

Un diseñador de lujo

Para alcanzar la pátina de sofisticación que tiene en la actualidad, han tenido que pasar muchos años. Las tiendas Semon nacieron a mediados de los años 70, cuando se creó la compañía madre del holding, Semon SA. El nombre proviene del cambio de las sílabas del nombre de la hija de María Vidal, Montse. Con una facturación de casi 8 millones de euros y 97 empleados, Semon se ha hecho un hueco en el sector del lujo gastronómico. Caviar iraní (aunque también sirve caviar cosechado en las sierras andaluzas o en el Pirineo catalán), salmón salvaje de Noruega o bacalao de Islandia son algunos de los productos que le confieren personalidad propia. Curtida en la Boquería, la avispada empresaria plantó ante las narices de la alta burguesía productos exclusivos abriendo tiendas en las zonas donde se supone que el dinero corre a raudales: en Capitán Haya (Madrid), Gregorio Marañón (Marbella) o Ganduxer (Barcelona). En la capital catalana, se desplegó también con la apertura de un segundo restaurante, El Nou, en Santa Fe de Nuevo México. El prestigioso diseñador Carlos Martorell fue el artífice -el alma- del ambiente de los restaurantes del grupo, que periódicamente rediseña.

Sobre sus manteles ha comido la crême de la crême. La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín eran clientes habituales durante su estancia en Barcelona. Pero entre sus comensales abundan los políticos y empresarios: José Manuel Lara, propietario de Planeta; Artur Suqué, dueño de los casinos de Cataluña; el doctor Santiago Dexeus; el ex presidente Jordi Pujol; el ex consejero Macià Alavedra, cuya imagen de patricio delata la condición de gourmet; el ex presidente del Barça, José Luis Núñez; el actual máximo mandatario azulgrana, Joan Laporta; Javier Godó; Alberto Palatchi o Enrique Lacalle, actualmente en el Consorcio de la Zona Franca.

El propio Carlos Martorell escribió hace algún tiempo en su blog que por allí pasaron muchas figuras importantes, como Camilo José Cela o Gabriel García Márquez. Y otras como Nati Abascal, Anthony Quinn, Elle MacPherson o Ben Gazzara. “Y, de entre ellos, yo recuerdo haber invitado a comer a la princesa María Gabriela de Saboya, al príncipe Ernesto de Hannover, a la princesa Lee Radziwil (hermana de Jackie Kennedy), a la princesa Mafalda Von Hesse y a otros muchos amigos del extranjero”.

Muchos de los productos que se encuentran en las tiendas y restaurantes de Semon provienen de la fábrica que la compañía Benfumat tiene en la localidad barcelonesa de Sant Feliu de Llobregat. Benfumat es también propiedad de la familia. Allí, dispone de 2.500 metros cuadrados y emplea a medio centenar de personas. La fábrica elabora 7.000 kilos de salmón a la semana y factura alrededor de 9 millones de euros anuales, de los que sólo el 10% pertenece a exportaciones, principalmente a Estados Unidos e Italia. Montse Tarrida, nombrada directora general en 1992, elevó la categoría y la personalidad propia de Benfumat para configurar una imagen elitista: contrató a Carlos Martorell para que también crease las etiquetas, los embalajes y el catálogo de sus productos.

En la actualidad, esta marca se encuentra entre las más cotizadas del mercado. Lo mismo puede vender foie traído directamente de Francia como caviar de Irán, mostaza, aceto balsámico, anguila, pez espada o trucha. Desde hace relativamente poco tiempo, ha comenzado a comercializar también anchoas del Cantábrico y boquerones en vinagre. Una medida de su exclusividad la dan algunos de sus precios: quilo y medio de salmón ahumado cuesta, en la actualidad, 58,52 euros. Si hablamos de salmón salvaje, el precio se dispara a 126,92 euros. El kilo de anguila ahumada está por los 45,69 euros, mientras que el de pez espada se sitúa en los 50,64 euros.

Benfumat, creada en 1981, fue la segunda piedra del imperio de María Vidal después de la creación de Semon. A partir de ahí, el holding familiar comenzó a diversificarse. En 1987, nació Salmonsemon, destinada a gestionar el negocio de restauración, que factura casi 2 millones al año y emplea a 25 personas. Y en la década de los 90 llegaron Ben Import, para la importación de productos, o Catersem, dedicada a la misma actividad. Esta última fue liquidada hace un par de años, aun cuando facturaba casi 1,2 millones de euros y empleaba sólo a cinco personas.

El negocio inmobiliario

En el terreno inmobiliario, la familia creó la sociedad Mil Trescientos Quince en el año 1990, una firma que factura casi medio millón de euros al año, pero amplificó el negocio con Reseda Projectes Inmobiliaris (liquidada también en el 2008), para la gestión de alquileres, y Tresemon (liquidada en las mismas fechas). A mediados de los 90, Montserrat Tarrida compró la compañía STX Inmobles en Renda, una inmobiliaria con sede en Sant Cugat del Vallès, a la que trasladó a la calle Beethoven, a un tiro de piedra del corazón de su grupo. En el año 2004, vendió la compañía. Paralelamente, los dueños de Semon entraron en un pequeño holding inmobiliario cuyo buque insignia es Euroconstruc, una compañía que factura 16 millones de euros anuales. A través de ella, participaron en Europrojectes Inmobiliaris (fue precisamente esta compañía la que compró, vía ampliación de capital, STX Inmobles en Renda), Europrojectes Nova, o Vigui.

Una buena parte del negocio de Semon, sin embargo, corresponde al catering que sirve en hoteles, restaurantes o actos sociales de lo más diverso. En mayo pasado, la última gran fiesta que realizó Mango en Barcelona, por ejemplo, terminó con un cóctel servido por Semon. Por algo el dueño de la firma textil, Isak Andik, es también uno de los asiduos del restaurante L’Indret, nombre del restaurante que Semon tiene en la calle Ganduxer de Barcelona. El grupo Godó y el grupo Planeta también han contratado en muchas ocasiones los servicios de Semon para las comidas privadas con personalidades que realizan en sus sedes. Y su catering es el que se degusta en la Llotja del Camp Nou los días en que el Barça celebra partido en casa.

Semon es, hoy por hoy, una firma de referencia en las celebraciones de la alta burguesía catalana, que le confían muchos de los eventos. Incluso la Generalitat ha echado mano de Montse Tarrida: en el 2008, la consejería de Salud, que dirige la socialista Marina Geli, le concedió el servicio de catering para 6.000 personas que celebraba el 25 aniversario de la creación del Instituto Catalán de la Salud (ICS). La empresa Catersem cobró por ello 288.000 euros, que fueron financiados con aportaciones de las empresas proveedoras de la administración. Curiosamente, otro departamento, el de Medio Ambiente y Vivienda, había publicado poco antes el nombre de Semon dentro de una pequeña lista de contribuyentes “en paradero desconocido” y que debían liquidar el canon del agua. El consejero debería preguntarle a su colega de Gobierno dónde está este contribuyente “desaparecido”.

De la Boquería al cielo. La Boquería es el mercado más famoso de Barcelona, donde se puede conseguir cualquier exclusividad culinaria y los productos más exóticos de la alimentación. Lame la acera de la Rambla de Barcelona, una de las vías más concurridas del mundo, y se cobija bajo una aparatosa cobertura modernista. Allí, hace más de tres décadas, nació un negocio. Una parada, dos paradas, tres paradas: las 531, 532 y 533 tenían su especialidad en productos del mar. Eran las de Benfumat, los ahumados de salmón, propiedad de María Vidal.

Juan Carlos Navarro