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La Torre Cajasol puede arrebatar a Sevilla su condición de Patrimonio de la Humanidad
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LA UNESCO QUIERE TUMBAR EL PROYECTO DE CÉSAR PELLI

La Torre Cajasol puede arrebatar a Sevilla su condición de Patrimonio de la Humanidad

En la isla de la Cartuja, la Torre Cajasol, que podría convertirse en el rascacielos más alto de Andalucía, apenas se encuentra en la primera fase

Foto: La Torre Cajasol puede arrebatar a Sevilla su condición de Patrimonio de la Humanidad
La Torre Cajasol puede arrebatar a Sevilla su condición de Patrimonio de la Humanidad

En la isla de la Cartuja, la Torre Cajasol, que podría convertirse en el rascacielos más alto de Andalucía, apenas se encuentra en la primera fase de ejecución. Tras el movimiento de tierras y la cimentación, bajo la dirección técnica de Ayesa, la continuación de la obra se plantea como una gran incógnita. La Unesco está dispuesta a tumbar el proyecto, de 42 plantas y 178 metros de altura. En caso de que la entidad sevillana continúe con el proyecto de la torre, diseñada por el arquitecto argentino César Pelli y que costará 353 millones de euros, puede costarle a la ciudad su condición de Patrimonio de la Humanidad.

El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, temeroso ante los informes de la Unesco, contrarios a que el rascacielos sobresalga sobre el skyline de la capital andaluza, ahora dominado por la Giralda de la Catedral, se plantea un Plan B, que podría pasar por la reducción de la altura del rascacielos para que el organismo internacional apruebe el edificio, cuya finalización está prevista para finales de 2012. La segunda fase aún no se ha adjudicado.

La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía confirma que han existido contactos entre el consejero Paulino Plata y Pulido. “No tenemos ningún conocimiento de ningún Plan B y si lo hay tendrá que informar el promotor. Desde la Consejería todo se ha hecho desde la más estricta legalidad”, confirmó a El Confidencial un portavoz de Cultura.

La opinión del PP sevillano no coincide exactamente con la del Gobierno andaluz. “Debe haber una tramitación ejemplar del asunto. Faltó un informe de la delegación de la Junta de Cultura y se acabó aprobando por silencio administrativo. Todos los papeles tienen que estar de manera inmaculada”, señaló a este diario un portavoz del grupo municipal popular de la capital andaluza.

En el PP insisten en que en la Cartuja tendría que haber una ordenación del tráfico “en una zona ya colapsada”. Curro Pérez, portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, recuerda que no se trata de un “debate estético”, sino de un asunto que ha provocado una “ciudad dividida y enfrentada”, apostilla a El Confidencial.

El Comité de Patrimonio Mundial se reunirá en Brasilia entre el 25 de julio y el 3 de agosto. Uno de los asuntos a tratar será el impacto del rascacielos sobre la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias. La Unesco expulsó en 2009 de la lista del Patrimonio Mundial al valle del Elba, en Dresde, por la construcción de un puente.

Cajasol resalta en cada foro que puede y también en clave interna a los medios de comunicación un informe de la consultora Deloitte que vaticina 4.000 empleos directos, de los que el 71% (252,1 millones de euros) corresponden a la construcción y seguros del edificio. El impacto directo e indirecto será de 212,46 millones de euros y tendrá un retorno fiscal de 27,1 millones de euros. El estudio precisa que el efecto inducido sobre el PIB sevillano y andaluz “será de 68,6 millones de euros y un número de empleos superior a los 1.200”.

En la isla de la Cartuja, la Torre Cajasol, que podría convertirse en el rascacielos más alto de Andalucía, apenas se encuentra en la primera fase de ejecución. Tras el movimiento de tierras y la cimentación, bajo la dirección técnica de Ayesa, la continuación de la obra se plantea como una gran incógnita. La Unesco está dispuesta a tumbar el proyecto, de 42 plantas y 178 metros de altura. En caso de que la entidad sevillana continúe con el proyecto de la torre, diseñada por el arquitecto argentino César Pelli y que costará 353 millones de euros, puede costarle a la ciudad su condición de Patrimonio de la Humanidad.