El Papa se preocupa por el paro juvenil y la crisis de España en su primer discurso en Madrid

En sus primeras palabras en tierra española para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), Benedicto XVI ha hecho un llamamiento a la tolerancia, el respeto y a la convivencia hacia las “legítimas opciones” y ha exigido, a su vez, respeto, hacia la identidad cristiana. Un mensaje con el que el Papa ha querido pacificar las protestas que su visita ha originado en algunos sectores laicistas y, sobre todo, con el que ha hecho un llamamiento a la calma para que protestas como las de ayer en la Puerta del Sol no ensombrezcan el inicio de la fiesta de los peregrinos.

El Papa no ha citado, textualmente, los incidentes del miércoles en Madrid, pero la referencia al respeto no ha pasado por alto en sus primeras palabras a los jóvenes que le esperan, desde hoy, en la capital de España. A ellos, el Papa también ha mostrado su solidaridad por problemas más terrenales como el paro o la precariedad laboral. Asuntos que, sabe, constituyen una preocupación importante de muchos de los peregrinos que han acudido a la JMJ. 

Benedicto XVI se ha referido a aquellos jóvenes que por causa de su fe en Cristo sufren en sí mismos la "discriminación", que "lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada" en determinadas regiones y países. Y a todos les ha animado, sin embargo, a proseguir en ese camino mostrándoles como ejemplo la vida de Jesús. “Con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor. Él no ha tenido reparo en hacerse uno como nosotros y experimentar nuestras angustias para llevarlas a Dios, y así nos ha salvado", ha enfatizado.

Recibido por las principales autoridades del país, con el Gobierno en pleno y con los representantes de los diferentes partidos políticos, el Papa ha sido aclamado de forma constante por un numeroso grupo de unos 2.000 jóvenes peregrinos con acceso privilegiado a las pistas del aeropuerto que no ha dejado de gritarle: “Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí”. Al filo del mediodía, el avión de Alitalia que lo ha conducido desde Roma hasta Madrid ha tomado tierra junto al Pabellón de Estado del aeropuerto.

Benedicto XVI se ha mostrado preocupado, también, por la crisis económica que azota a España y a sus jóvenes. Aunque haya actualmente "motivos de preocupación", ha señalado, "mayor es el afán de superación de los españoles, con ese dinamismo que los caracteriza, y al que tanto contribuyen sus hondas raíces cristianas".

El Rey pide acabar con “el intolerable paro juvenil”

La preocupación por el futuro de los jóvenes ha centrado también el discurso de bienvenida de Don Juan Carlos, que ha pedido, ante el Papa, que se acabe con el “intolerable paro juvenil”. El rey ha urgido a facilitar a los jóvenes todos los medios disponibles para que logren abrirse camino en unos tiempos no fáciles para la juventud, "tantas veces frustrada por falta de horizontes personales y laborales".

"En el trasfondo de todo ello -ha dicho- se percibe una profunda crisis de valores. Los jóvenes necesitan no sólo oportunidades, sino también la ejemplaridad de sus mayores; no sólo razones, sino actitudes que motiven, llenen e impulsen su existencia y alienten su esperanza".

Por ello, según el monarca, "no podemos defraudar a los jóvenes en su legítimo anhelo de hacer realidad sus sueños" ya que sus aspiraciones y problemas deben ser nuestras primeras prioridades. "En ello nos va su propio porvenir que es también el de todo la sociedad", ha dicho el rey, quien ha insistido en que "es hora de redoblarles nuestro apoyo" para que los jóvenes tomen "la antorcha de los valores que hacen grande a la humanidad".

"Confiamos en vuestro aliento -le ha dicho a Benedicto XVI-, no solo para animar a los jóvenes de España y del mundo entero a seguir creciendo en valores, sino para sensibilizar a nuestras sociedades sobre la necesidad de respaldarles en sus proyectos e ilusiones".

“Firmes en la fe”

Don Juan Carlos ha subrayado también que para entender la "personalidad histórica de España" resulta "clave" la aportación artística, cultural y religiosa del cristianismo". Benedicto XVI ha considerado "urgente" ayudar a los discípulos de Jesús a permanecer "firmes en la fe" para que puedan dar un testimonio "valiente", sin ocultar su propia identidad cristiana, en un clima de "respetuosa convivencia con otras legítimas opciones y exigiendo al mismo tiempo el debido respeto a las propias".

Tras agradecer a los Reyes y a todas las instancias civiles y eclesiales su "esfuerzo y trabajo" en la organización de la JMJ, ha expresado su admiración por un país "tan rico de historia y cultura", cuya vitalidad en la fe ha fructificado en "tantos santos y santas" de todas las épocas. “Es un gran tesoro que ciertamente vale la pena cuidar con actitud constructiva para el bien común de hoy y para ofrecer un horizonte luminoso al porvenir de las nuevas generaciones", ha recalcado.