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Petición desesperada de los padres de Marta: “Que aparezca el cuerpo o lo que quede de él”
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ANTONIO Y EVA TESTIFICAN PARA MOSTRAR LAS MENTIRAS DE LOS IMPUTADOS

Petición desesperada de los padres de Marta: “Que aparezca el cuerpo o lo que quede de él”

A muy poca distancia de los acusados por la muerte de su hija Marta, en la sala de vistas de la Audiencia de Sevilla, Antonio del

Foto: Petición desesperada de los padres de Marta: “Que aparezca el cuerpo o lo que quede de él”
Petición desesperada de los padres de Marta: “Que aparezca el cuerpo o lo que quede de él”

A muy poca distancia de los acusados por la muerte de su hija Marta, en la sala de vistas de la Audiencia de Sevilla, Antonio del Catillo y Eva Casanueva acaban de romper el muro que les separaba de la declaración de los presuntos criminales. Antonio del Castillo entró por primera vez en la sala para declarar como testigo, esperando que a partir de ahora se empiece a hablar claro: “Hoy será el primer día en que se escuchen verdades”. Los acusados mantenían la mirada fría y ajena al sufrimiento de los padres. La madre, Eva, terminó su declaración con un llamamiento: “Que aparezca el cuerpo o lo que quede de él”.

Decenas de personas, bajo una lluvia otoñal, esperaban fuera de la Audiencia una señal de que la justicia es posible ante el maremágnum de mentiras que rodean este caso. La sesión se abrió con una petición del abogado de la familia Del Castillo. José María Calero anunció ante el tribunal que va a pedir la nulidad del juicio en curso y el del Cuco. No puede haber dos sentencias sobre el mismo hecho. El Cuco fue absuelto de asesinato y violación, y esta sentencia del menor condiciona la que pueda salir del juicio actual contra Miguel Carcaño y sus compinches. Para Calero, se vulnera el principio del juez imparcial.

Clavó los ojos en Carcaño

Antes de empezar a desgranar su testimonio, Antonio del Castillo clavó sus ojos en los acusados deteniéndose en el rostro de Miguel Carcaño, autor confeso de la muerte de su hija. Fue una mezcla de odio y petición desesperada de la verdad que durante tres años se busca en torno a este caso: ¿dónde está el cadáver de Marta?

El padre empezó relatando lo que Marta había hecho el día de autos: ayudó a sus padres en la casa por la mañana y comió en familia. Antonio del Castillo se encontró aquel día por la tarde con Marta y Miguel en la puerta de su casa. Los saludó y le dijo a Carcaño que no le gustaba que llevara a su hija en moto. “Hacía tres o cuatro meses que no veía a Miguel”, dice el padre a preguntas del fiscal. En cierta ocasión, según el padre, él ayudó incluso a meter un sofá en el piso de Carcaño, de la calle León XIII, escenario de la muerte de su hija. “Teníamos un sofá viejo en nuestra casa -declara Antonio del Castillo-, y Marta nos dijo que se lo diéramos a Miguel, que el ‘pobre’ no tenía”.

Antonio del Catillo ha sido atendido durante más de un año por sicólogos y siquiatras, ha tomado tranquilizantes y al final decidió prescindir de todo, “porque las pastillas me estaban atontando”, aunque el sufrimiento sigue y sólo podría ser atenuado “si se encontrara el cuerpo de mi hija”. No parece haber muchas posibilidades de que esto ocurra, porque los acusados “se han ‘quedado’ con toda España”.

El móvil de Marta, apagado o fuera de cobertura

Los padres de Marta no recibieron “toque” de teléfono de ella en toda la tarde tras irse con Miguel. “Me extrañó que (Marta) no se hubiera comunicado con nosotros. Intentamos llamarla y su teléfono no daba señal, ponía apagado o fuera de servicio. La llamamos después desde mi casa…”. Pasaban los minutos y aumentaba la angustia de la familia. La madre de Marta, Eva, se había puesto en contacto con Carcaño, que le dijo que “a las nueve y media la había dejado en el barrio”, pero la preocupación fue mayor aún cuando, después, la madre llama a Samuel –el presunto autor de la desaparición del cuerpo- y le dice que “Miguel la había dejado a las 12 (de la noche). Yo miré el reloj –dice el padre ante el tribunal- y eran las doce menos veinte”.

Allí había pasado algo raro

Los amigos de Marta se presentaron en casa de la familia del Castillo sobre las 9.30 de la noche, “y dijeron que allí –en el piso de León XIII- había pasado algo raro”. A partir de aquí, Antonio del Castillo fue a la casa de Carcaño, en la calle León XIII, adonde llegó a las 12.30, llamó por la persiana, vio que no hay luz… Y empieza la angustiosa búsqueda de Marta. Antonio del Castillo terminó su declaración mostrando su desesperación y abundando en la necesidad de que se encuentre el cuerpo de su hija.

Terminada la declaración de Antonio, compareció ante el tribunal su esposa y madre de Marta. Eva Casanueva relató la secuencia de la tarde en que desapareció Marta, y aseguró que no tenía buena opinión de Carcaño por lo que le había escuchado hablar a su hija y porque no tenía buenas relaciones con Marta. Hasta las diez de la noche estuvo Eva tratando de contactar con su hija y hasta esa hora, el teléfono de la joven daba tono en algunas ocasiones y en otras no. Eva ratificó lo declarado por su marido sobre la llamada a Samuel y otras cuestiones. El dato principal es que Samuel le aseguró a la madre de Marta que Carcaño le dijo que la había dejado en su casa a las 12 de la noche, a pesar de que esta llamada se producía minutos antes de esa hora.

La madre de Marta terminaba su declaración haciendo una desesperada llamada a que aparezca el cuerpo de su hija “o lo que quede de él”. La sesión de hoy continuó con la declaración del tío de Marta y para mañana, martes, está previsto que lo haga el Cuco, el menor que encierra gran parte de las claves de la muerte y desaparición del cuerpo de Marta.

A muy poca distancia de los acusados por la muerte de su hija Marta, en la sala de vistas de la Audiencia de Sevilla, Antonio del Catillo y Eva Casanueva acaban de romper el muro que les separaba de la declaración de los presuntos criminales. Antonio del Castillo entró por primera vez en la sala para declarar como testigo, esperando que a partir de ahora se empiece a hablar claro: “Hoy será el primer día en que se escuchen verdades”. Los acusados mantenían la mirada fría y ajena al sufrimiento de los padres. La madre, Eva, terminó su declaración con un llamamiento: “Que aparezca el cuerpo o lo que quede de él”.