Caso Marta del Castillo: visto para sentencia sin pistas sobre el cadáver

El juicio por la muerte de Marta del Castillo cierra su última sesión en la Audiencia Provincial de Sevilla sin que haya aparecido una sola pista fiable sobre el destino del cadáver. Los acusados por la muerte, violación y desaparición del cuerpo de la joven han mantenido oculta la principal prueba del delito, de la que dependen importantes componentes de la calificación del crimen, como la violación, si pudo ser homicidio o asesinato y de qué manera perdió la vida la víctima.

Todos los acusados parecen saber dónde está el cadáver, pero a nadie le interesa revelarlo. Han conseguido superar un juicio marcado por la angustia de la familia de Marta y de la sociedad sevillana, con un guión preestablecido, coartadas articuladas a lo largo de las múltiples versiones expuestas, y una sala por la que la mirada fría del autor confeso de la muerte, Miguel Carcaño, se ha paseado como si de un territorio propio se tratara.

Pacto de silencio frente a las súplicas

A medida que la mirada de los acusados se perdía frente a las preguntas de un fiscal y una acusación particular que suplicaban una y otra vez que dieran alguna pista, aunque fuera de forma anónima, sobre el lugar en el que se encuentra el cadáver, para que la familia pudiera cerrar el luto y disminuir su amargura, los acusados parecían fortalecer el pacto de silencio del que dependía la gravedad de su condena.

Con la desaparición del cuerpo de Marta, las defensas de los acusados niegan que su muerte fuera un asesinato, sino sólo un homicidio imprudente, según la defensa de Carcaño, o que no se produjeran abusos sexuales por no haberse podido comprobar que en el cadáver hubiera restos biológicos como los que se encontraron en el lugar de los hechos y no se consideraron pruebas.

Para la defensa no hay pruebas

En el turno de conclusiones de las defensas, la letrada de Miguel Carcaño se ha apoyado precisamente en la desaparición del cuerpo para tratar de exculpar al principal acusado de asesinato, y ha aludido a la presión de los medios de comunicación para justificar las diferentes versiones del autor de la muerte de Marta ante la policía y los jueces. Para la abogada de Carcaño, no hay pruebas que inculpen a su cliente de nada que no sea homicidio imprudente, por lo que pide tres años de prisión frente a los 52 que solicita el fiscal.

Tampoco para la defensa de Samuel Benítez, acusado por la desaparición del cuerpo de Marta, hay pruebas que demuestren que su defendido ha colaborado en los hechos ni que los controles telefónicos que se le hicieron demuestren que estaba en el lugar del crimen o se puso en contacto con el Cuco para ir al piso donde murió la joven y ayudar a retirar el cadáver.  La defensa de este acusado, que ha arrojado duras criticas sobre la acción policial a lo largo de las investigaciones y declaraciones, insinuando que pudo haber presiones cuando los abogados no estaban presentes, pide la absolución, porque “no se puede condenar a Samuel Benítez simplemente porque no se ha podido encontrar el cuerpo”. Y para apoyar sus conclusiones, asegura que no hay cámara de tráfico alguna que haya captado el traslado del cadáver desde el piso al puente desde donde se arrojara al río.

La defensa de Francisco Javier Delgado, hermanastro de Carcaño, y de su compañera, María García, en el momento de los hechos, piden asimismo la absolución de ambos negando que haya pruebas o datos que puedan acusarle de un delito de encubrimiento.