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Las luces que esconden las sombras más oscuras de la prostitución
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CAMPAÑA 'NEONES SINCEROS'

Las luces que esconden las sombras más oscuras de la prostitución

Los neones de los clubes de carretera son el eje de la campaña de Médicos del Mundo España para desnormalizar la prostitución y poner el foco en los usuarios, en vez de en las mujeres

Foto:  Foto: Cortesía de Médicos del Mundo.
Foto: Cortesía de Médicos del Mundo.

Forman parte del paisaje de nuestras carreteras y nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que pasamos ante ellos sin prestarles atención, sin detenernos a pensar que tras esos señuelos luminosos pueden esconderse miles de historias de abuso y de violencia. Son los neones de los clubes de prostitución, reclamos chillones y, al mismo tiempo, integrados en nuestra cultura a pesar de que son el símbolo de la explotación sexual.

Precisamente por ello, los neones son el eje en torno al que gira la última campaña de Médicos del Mundo, lanzada con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas. Con ‘Neones sinceros’, la ONG busca desnormalizar la prostitución y desincentivar la demanda, apelando a la responsabilidad de la ciudadanía. Así, a través de elementos tan llamativos como esos cantos de sirena que son los neones, buscan arrojar luz sobre la realidad que estos camuflan.

“Acabar con la prostitución es posible, pero para ello es necesario desarrollar acciones destinadas a la reparación del daño de las supervivientes, a la generación de alternativas reales y, ante todo, la implicación de la sociedad en su conjunto para que deje de normalizar la prostitución y contribuir a una de sus principales causas: la demanda”, explican desde Médicos del Mundo. Por ello, por esta cuestión de corresponsabilizar a la sociedad en su conjunto, y a los puteros en particular, se ha optado por un claim impactante que apunta a la diana: Si pagas por sexo, eres cómplice de esta situación.

Es la forma de poner sobre la mesa la incongruencia de que, aun siendo la prostitución una actividad generada por la propia sociedad, ésta la rechaza o bien mira hacia otro lado ante una realidad incómoda."Pero ese rechazo no gira en torno a la prostitución en su totalidad, ya que el estigma no recae en el putero (que permanece invisibilizado), sino en las mujeres”, añaden.

Frente a esta realidad, se impone un trabajo que contribuya a evitar la normalización de que se pague por el acceso a los cuerpos de las mujeres, al tiempo que ponga el foco en que “el estigma que conlleva la prostitución recaiga en la demanda y no en la oferta”. Algo que, en el siglo XVII, ya puso negro sobre blanco sor Juana Inés de la Cruz en su célebre texto 'Hombres necios que acusáis', al plantear "¿quién es más de culpar, la que peca por la paga, o el que paga por pecar?".

placeholder Foto: Cortesía de Médicos del Mundo.
Foto: Cortesía de Médicos del Mundo.

Médicos del Mundo España trabaja desde hace treinta años para garantizar el derecho a la salud de las mujeres en situación de prostitución y explotación sexual. Su trabajo se basa en facilitar el acceso a la salud, con especial atención al impacto y trauma que genera en ellas. Así, explican que continuamente detectan “una larga lista de efectos negativos sobre la salud, que van desde dolores crónicos, ansiedad, trastornos de estrés postraumático hasta intentos de suicidio, entre otros. A esto debemos sumarle el estigma y el rechazo social al que están sometidas”.

El papel de los jóvenes

Médicos del Mundo también muestra su inquietud ante la relación de los jóvenes con las nuevas formas de prostitución y con la pornografía. Esta apuesta es esencial ya que “la juventud juega un papel determinante como motor de cambio para erradicar la explotación y violencia que provocan la industria del sexo y el proxenetismo, y porque serán los y las responsables de construir un futuro libre de violencias, una sociedad donde las mujeres no se vean abocadas a la prostitución”. En el caso de los hombres jóvenes, desde la organización se busca concienciarles de que otro tipo de sexualidad es posible y animarles a que se conviertan en agentes de cambio para que con sus acciones (u omisiones) no perpetúen la normalización de la prostitución.

El objetivo de la campaña también pasa por erradicar mitos y creencias en torno a la prostitución. Uno de los mitos más extendidos es el de que las mujeres se prostituyen porque quieren, en vez de pensar en la falta de alternativas reales de trabajo que le permitan cubrir sus necesidades y las personas a su cargo. “Las mujeres en situación de prostitución y las víctimas de trata con fines de explotación sexual ven vulnerados sus derechos fundamentales de forma reiterada y se enfrentan a una serie de importantes barreras que les impiden salir de la prostitución y realizar plenamente su proyecto de vida -explica la organización-. Según nuestra experiencia, muchas mujeres han llegado a estas situaciones (y se mantienen en ellas) por falta de una alternativa real y viable que les permita cubrir sus necesidades y las de los familiares bajo su responsabilidad”.

‘Neones sinceros’ cuenta con el apoyo del Ministerio de Igualdad, el Instituto de las Mujeres y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y la Unión Europea a través de los fondos Next Generation.

Forman parte del paisaje de nuestras carreteras y nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que pasamos ante ellos sin prestarles atención, sin detenernos a pensar que tras esos señuelos luminosos pueden esconderse miles de historias de abuso y de violencia. Son los neones de los clubes de prostitución, reclamos chillones y, al mismo tiempo, integrados en nuestra cultura a pesar de que son el símbolo de la explotación sexual.

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