Toros de la Feria de San Isidro: hambre o Ymbro, vocales que marcan detalles

Plaza Monumental de Las Ventas, 11 de mayo de 2024

2ª de la Feria de San Isidro. Casi lleno, gran noticia para un cartel sin figuras, en tarde muy agradable de temperatura, pero con viento que molestó a ratos y especialmente en algunas rachas fuertes que perjudicaron a los toreros en trances cruciales de la lidia.

Seis toros de Fuente Ymbro de entre 548 y 587 kilos. Espectacularmente presentados, varios de ellos cinqueños, muy serios por delante, con trapío de más, si es que eso se pudiera decir en la primera plaza del mundo, para dar referencia del respeto que sembraron. Difíciles en general, se movieron y dieron emoción, lo que no es poco en estos tiempos, pero pusieron a prueba a los toreros. Más fiereza que bravura propiciaron situaciones de peligro durante toda la tarde. El primero de más a menos. El segundo, de impresionante estampa y espectacular juego, fue un toro de recuerdo, embistiendo al galope, con fuerza, bravura y celo, nada fácil desde luego, como los buenos toros bravos, tuvo una muerte tan digna que a pesar de ser lenta propició el primer trofeo de la feria. El tercero, brusco y difícil, quizá en otras manos hubiera desarrollado a exitable, volteó y perdonó peor percance a Leo en varias ocasiones. El cuarto complicado, aunque con movilidad, fue a menos. El quinto probón y brusco, golpeaba la muleta en cada embestida, reservón y escarbando planteó muchas dificultades, se resistió a caer y malogró la puerta grande de Román. El sexto, muy serio también, sin terminar de definirse fue un buen toro para la muleta, que embistió con brío y sentido, aunque fue un poco a menos en la muleta de El Fandi.

DAVID FANDILA 'EL FANDI', de azul marino y oro, silencio tras aviso, silencio tras aviso y aplausos en el que mató en sustitución de Leo Valadez.

ROMÁN, de celeste y azabache, oreja y celebrada vuelta al ruedo tras dos avisos.

LEO VALADEZ, de verde botella y oro, aplausos. Resultó volteado en dos ocasiones sufriendo una luxación en el hombro derecho que le impidió continuar la lidia.

Resultó también volteado César Fernandez en el quinto durante el tercio de banderillas.

En el toro te roza el éxito y te roza la tragedia. Reza al salir del hotel el torero, y reza al llegar a la plaza. La raza, concepto etéreo, es lo que siempre te salva. Riza el rizo de la vida el toro que te toque en suerte. Y cualquier vocal te cambia, a de raza, e de reza, i de riza, o de roza. La vida es un albur, y el albor de un buen torero suele ser a cara o cruz. Cara, caro, coro, cera, cura, cero… cómo cambia. Las vocales te manejan. Leo Valadez lo sabe, convaleciente en la cama, con sus tragos de saliva tras trance descomunal. Pitones rozando la cara, derrotes sembrando el pánico, hombros de hombres valientes saliéndose de najas. El hombro no volvió a su sitio, Valadez hizo lo propio y no pudo matar el sexto. Mi predicción prematura de su no vuelta en el sexto, hace de mi presentimiento un anuncio que quizá suene a malintencionado por decírmelo a destiempo. Supe que no volvería al margen del parte médico.

Dura corrida de Ymbro, hecha para toreros expertos. Toros serios, planta alta. Pitones descomunales, intenciones poco sanas. Van con todo estos morlacos y saben quien tienen enfrente. El Fandy y sus facultades lidian como si nada, Román y sus ganas de triunfo se cruzan como si todo. Emoción en banderillas tras nueve pares de El Fandy, sustos con Román tan cerca del pitón de sus enemigos que la voltereta ajena parecía simplemente otro error de su destino. Oreja y casi que otra. De oreja a coraje cambian demasiadas letras.

Una corrida de hombres, con los hombros desbocados. Leo entre los pitones y patanes protestando. Es todo cuestión de vocales como vengo demostrando. De vocales, de milímetros, de destinos destinados. No se como Valadez se libró de la tragedia, validez cambia una letra y no saco conclusiones. De pitón a pitón cambiar la i por la a no sería justo. Pitón, patán, putón, Petón, letras que dan un susto y que te amargan la vida, y mejor amarga que extinta, en eso no me cabe duda.

Una corrida exigente que se notó hasta en la grada que exigía un alto grado. Plaza llena, toros hechos, toreros con distintas ganas. Espectáculo creciente en este nuevo San Isidro. Fandi sobrado de todo, Román con todas las ganas. Valadez con hombro roto. Fuente Ymbro detectando a los toreros con hambre. Lo sutil de las vocales y lo absurdo del destino.