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Un momento histórico para la ciudadanía y el cambio social
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Un momento histórico para la ciudadanía y el cambio social

La cumbre del G20 en Corea supuso un cambio radical en la forma en que el mundo resolverá sus problemas en el siglo XXI: a través

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Un momento histórico para la ciudadanía y el cambio social

La cumbre del G20 en Corea supuso un cambio radical en la forma en que el mundo resolverá sus problemas en el siglo XXI: a través de proyectos que unan a gobiernos, fundaciones y ciudadanos innovadores. Tradicionalmente, estas instituciones han buscado objetivos similares a través de métodos muy diferentes. Ahora están descubriendo que ha llegado el momento de colaborar para que el cambio social tenga lugar con más rapidez y en mayor profundidad que nunca antes.

El problema: La financiación de PYMES
De cara a la cumbre de noviembre, las economías más poderosas del mundo buscaban soluciones a un gran y antiguo dilema de la economía mundial: la falta de financiación para pequeñas y medianas empresas (PYMES).  Las PYMES desempeñan un papel fundamental en el desarrollo económico, sobre todo en las economías emergentes. Las PYMES son quienes más contribuyen en conjunto al empleo y su creación, y suponen una porción nada despreciable del PIB por todo el mundo. Aun así, la falta de acceso a la financiación es un gran obstáculo para el crecimiento de estas empresas. Se calcula que menos del 20% de las empresas pequeñas en países con ingresos bajos tienen acceso al crédito. Las PYMES muchas veces son demasiado pequeñas para captar el interés de un banco comercial o un inversor, y demasiado grandes para beneficiarse de los productos para la microfinanciación. Hasta la fecha se han encontrado pocas soluciones escalables para prestar apoyo a este “eslabón perdido” de empresas. A medida que los gobiernos y los fondos de filantropía tradicionales se van retirando, hay que salvar esta laguna a través de colaboraciones nuevas.

La solución: la colaboración de la ciudadanía
Aunque los innovadores sociales de todo el mundo han ido solucionando este complejo problema de financiación con mucha creatividad y distintos planteamientos, no se ha sacado el máximo partido de las soluciones que les han llevado a buen puerto.  El G20, conocedor de la necesidad de encontrar y compartir estas soluciones, preguntó a la Fundación Rockefeller―una fundación con una trayectoria dilatada y un vasto conocimiento de los sectores público y privado―cómo encontrar la solución al problema. Su respuesta: un socio de confianza de Rockefeller, Ashoka: Emprendedores Sociales.

Para casi cualquier problema Ashoka cree que existe una solución local concebida y puesta en práctica por un emprendedor social para responder a una necesidad y contexto locales. La clave es encontrar dichas soluciones y aumentar la visibilidad, crear vínculos para que la idea y las soluciones se puedan replicar.  La red global de Socios de Ashoka y su plataforma en código abierto de concursos en innovación social, Ashoka’s Changemakers, se han desarrollado con este propósito. A lo largo de los últimos 30 años, Ashoka ha creado una comunidad global capaz de obtener soluciones radicales para todos los grandes problemas que aquejan a la humanidad: seguridad alimentaria, tráfico de personas, alojamiento, cambio climático, etc.  Ahora Ashoka es atractiva para un mercado de innovación. Se ha convertido en una plataforma en la que se reúnen los innovadores y el cambio se acelera: el mayor centro de innovación social y conocimiento.

El reto de financiación a PYMES del G-20
El reto de financiación a PYMES del G20, con Ashoka’s Changemakers como anfitriones, ha sacado a la luz algunas soluciones muy innovadoras para desbloquear la financiación a PYMES.  El fondo en total aportado por el G20 son ahora 558 millones de dólares y permitirá que millones de personas desempeñen un papel en las respectivas economías locales y la economía global.  

Quizá, la colaboración que ha hecho posible el reto de financiación sea tan importante como el resultado.

Los esfuerzos de cooperación entre los líderes del gobierno del G20, la fundación Rockefeller y la comunidad global de Ashoka de emprendedores sociales es algo sin precedentes, y ha exigido un nivel nuevo de compromiso y confianza entre los distintos sectores.  Joe Sinatra, de Root Capital, es uno de los 14 finalistas del concurso, y quiso recalcar especialmente la "apertura, el espíritu y la energía para colaborar" del mismo.  De hecho, el concurso reunió una mezcla única de dichas características.  La plataforma de código abierto de Changemakers, por ejemplo, hizo que los líderes del G20 renunciaran a parte del poder para abrir un espacio transparente, abierto, que requería la responsabilidad de todos los socios. Por otra parte, el apoyo del G20 requirió un salto de fe por parte de los escépticos innovadores sociales y creer que los gobiernos buscan el cambio.  

Judith Rodin, presidente de la fundación Rockefeller señala que “estos problemas son tan complejos, y asociaciones improbables como el G20 con organizaciones como Rockefeller y Ashoka, por ejemplo, van a ser fundamentales para resolver los problemas del siglo XXI.”

El G20 no sólo dio un gran paso adelante para aceptar el trabajo de los innovadores sociales, sino que además decidió que su estrategia fuera exhibirlos en el punto álgido de la cumbre, durante los discursos de clausura y las ruedas de prensa en las que participaban más diplomáticos de alto nivel y periodistas influyentes que en cualquier otra fase del encuentro. En un encuentro seguido por el resto de políticos del mundo, la élite del G20 hizo una declaración, que los ciudadanos son ahora el centro gravitacional de la resolución de problemas globales.

La imagen de los ganadores del concurso de Changemakers de financiación a PYMES sobre el escenario del G20―las primeras personas en hacerse ahí una foto sin ser representantes de estados―lo dijo todo. Anónimos para la prensa, muy cercanos para aquellas personas cuyas vidas han cambiado, estos ciudadanos con grandes ideas y una determinación imparable estuvieron codo con codo, como iguales, con tres de las personas más poderosas del mundo, el Presidente Lee, el primer ministro canadiense, Stephen Harper, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y aceptaron más de 500 millones de dólares para poner en práctica sus soluciones y escalar sus innovaciones por todo el mundo. La solución de problemas globales nunca será la misma. La visión de Ashoka ha llegado al escenario del mundo.

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Diana Wells es presidente de Ashoka: Emprendedores Sociales y miembro del Future Trends Forum de la Fundación de la Innovación Bankinter.

La cumbre del G20 en Corea supuso un cambio radical en la forma en que el mundo resolverá sus problemas en el siglo XXI: a través de proyectos que unan a gobiernos, fundaciones y ciudadanos innovadores. Tradicionalmente, estas instituciones han buscado objetivos similares a través de métodos muy diferentes. Ahora están descubriendo que ha llegado el momento de colaborar para que el cambio social tenga lugar con más rapidez y en mayor profundidad que nunca antes.