Gestionando dos startups en tiempos de crisis

La teoría es fácil. “Convertir una crisis en una oportunidad” es un mensaje que nos llega alto y claro, pero transformarlo en aciones concretas cuando el banco nos recuerda constantemente nuestra escasa liquidez puede ser complicado rayando en lo frustrante. Lo que sigue es una lista de acciones que intentamos y salieron bien, un pequeño diccionario de lo que nos ha funcionado y lo que no.

Elegir un camino no trillado: siguiendo las medidas habituales de reacción ante la crisis terminas en el mismo nicho que la mayoría. Es la definición de mediocre. Seguro, podemos conseguir pequeñas diferencias, pero éstas no pueden pasar de secundarias si no arriesgamos con una estrategia diferencial. Aquellas empresas que decidan recortar costes de promoción creando  una página en “esa cosa hippie del Facebook” nunca terminarán en el mismo nicho que Virgin o el inventor del iPhone.

Elegir con cuidado los partners: no hay color entre invertir un mes discutiendo con una gestoría mediocre o quince minutos con un diseñador rompedor. Los partners verdaderamente interesantes cambian tu manera de ver el mundo y crean oportunidades según hablan contigo, casi sin darse cuenta. Aunque sean bastante difíciles de encontrar no hay una diferencia de precio como para que no merezca la pena intentarlo.

Mantener una buena relación con tus partners: desarrolla una actitud que les permita sentirse cómodos. Opera de tal forma que se sientan apreciados, que sepan que juntos estáis construyendo algo diferente.

Conocer el mercado: del.icio.us o tumblr, la nube de Amazon o la de Google, el diseñador de la oficina de al lado o uno contactado a través de Smashing Magazine. La única manera de poder tomar decisiones informadas es conocer el contexto en que nos movemos, y eso implica un buen par de zapatillas de deporte con vistas a desgastar la suela.

Monta tus propias recetas: los ingredientes son conocidos, hay infinidad de libros de gestión que pueden ser usados como materia prima. Lo importante es la originalidad a la hora de cocinarlos, y ser capaz de reconocer los ingredientes en las recetas de otros. El éxito va dejando pistas.

Rodéate de gente mejor que tú: eres tan bueno como tu equipo. Cuando estás creando una startup conviene tener siempre en mente que tus primeras cinco incorporaciones serán el “dream team” que te harán llegar lejos. No escatimes esfuerzos en convencer a los mejores que se unan a ti.

No estancarse: nuestras decisiones suelen estar influenciadas por un “freno psicológico” creado por las limitaciones que nos hemos empeñado en desarrollar. Es el “Quién se ha llevado mi queso” redux. Es nuestra responsabilidad visualizar el cambio y convencer a los demás de que es posible.

Aprende a decir que no: durante el desarrollo de un proyecto nunca faltan sugerencias sin las cuales nos dicen que está garantizado el fracaso. Es aquí donde hay que tener muy claro el objetivo y aprender a decir “no” a lo bueno, para poder decir “sí” a lo excelente. Concentrarse solo en lo bueno a menudo impide que aparezca lo sensacional. Es importante saber decir “no” sin sentirse culpable.

El camino está lleno de errores que vamos cometiendo y que nos abren nuevas puertas. Aunque sean parte del proceso, hay que tener los pies en el suelo para saber cuándo nos encontramos en un camino que no debemos continuar. Revisa continuamente tu hoja de ruta y adáptala a las circunstancias que van surgiendo. Determinación, toda la del mundo; cabezonería y obcecación, la mínima posible.

Con esto y bastante paciencia, hemos llegado a un punto en que nos podemos considerar afortunados por hacer lo que más nos gusta.

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Ignacio Coloma y Enrique Lancis son socios fundadores de la consultora tecnológica Extrema Sistemas de Información, dedicada al desarrollo de software avanzado con presencia en España, Suiza e Italia. Su paso por el IE Business School y gracias al programa de Venture Lab fue la plataforma de lanzamiento de su nuevo proyecto empresarial Koliseo Social Tickets, S.L plataforma social de ticketing desarrollado íntegramente en appengine (cloud computing de Google)