Mi amigo Juan se ha vuelto loco... ¿o no?

Hace algunos meses tuve la ocasión de cenar con un viejo amigo de la burbuja de 2000. Le llamaré Juan para mantener su anonimato. Juan quería charlar conmigo para contarme su nuevo proyecto como emprendedor en el área de Internet, un área que conozco bien.  

Juan es un tipo de 35 años. Ya hizo sus primeros pinitos en la época dorada de Internet de finales de los 90. Le salió mal y para pagar sus deudas tuvo que volver a la gran empresa, donde ha estado los últimos diez años. Juan tiene familia, y obviamente, cómo no, una hipoteca. Pero tiene también el virus del emprendedor bien inoculado, debo decir.

Me contó su proyecto, un nuevo servicio por Internet (o no tan nuevo) que mejora el proceso de venta on-line. “Tal vez haya cientos de esos proyectos” le dije. “No importa, yo creo que puedo hacerlo mejor, creo que sé cómo hacerlo, y eso no me dejaba dormir por la noche” me dijo. “Me he dado cuenta que podía dedicarme los próximos 15 años a seguir escalando poco a poco en el escalafón de mi empresa, algo más seguro que ser emprendedor, si no choco con una de esas reestructuraciones de las multinacionales o me llega la jubilación anticipada. Pero creo que eso malgastaría mis energías y mis ilusiones. Así que, tras discutirlo con mi mujer, nos hemos decido ambos a lanzarnos al nuevo proyecto”.

Juan no puede poner una segunda hipoteca en su casa (hoy los bancos no dan nada), y los famosos ICOs menos todavía (exigen garantías personales y avales personales que Juan no tiene). Así que lo que ha hecho ha sido rescatar su mínimo plan de pensiones, usar la tarjeta de crédito (mientras dure), pedir algo de dinero a su familia y al ruedo.

Hemos oído recientemente que España va a fomentar medidas para que los emprendedores se lancen a crear empresas, que sean competitivas, que puedan vender y exportar y que creen empleo. Yo no creo que los políticos tengan muy claro a qué se refieren con “emprendedores”. Si leen esta columna que sepan que Juan es el prototipo de emprendedor. Juan es la persona que con ilusión empuje y energía será capaza tarde o temprano de crear una empresa solvente, crear empleo y aumentar el PIB del país.

Juan todavía hoy busca inversores privados. El apoyo institucional es muy lento, me dice. Tiene que hacerlo él solo, pero está muy ilusionado. Todos los días se levanta cada vez más temprano, y con ganas, con muchas ganas. Porque Juan al final lo quiere es cambiar como se hacen las cosas. Ese es el virus que hay dentro de un verdadero emprendedor... El resto lo solucionará de una forma o de otra.

Ánimo, Juan.

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Jorge Mata es Presidente de FDI Internet & Mobile, pero desde que fundó en 1999 MyAlert, una compañía basada en el diseño e implementación de servicio de alerta móviles, ha tenido una brillante carrera emprendedora, fundando varias compañías como Berggi Inc y como inversor y consejero de varias compañías tecnológicas como Navio en California o Future 121 en Finlandia. Además es miembro activo del Future Trends Forum de la Fundación de la Innovación Bankinter.