Es noticia
La era de los emprendedores sociales, pletórica de posibilidades (1/2)
  1. Tecnología

La era de los emprendedores sociales, pletórica de posibilidades (1/2)

Los emprendedores buscan oportunidades en el mercado que creen valor para los clientes y, de paso, creen riqueza para ellos mismos y los inversores.  Se trata

Foto: La era de los emprendedores sociales, pletórica de posibilidades (1/2)
La era de los emprendedores sociales, pletórica de posibilidades (1/2)

Los emprendedores buscan oportunidades en el mercado que creen valor para los clientes y, de paso, creen riqueza para ellos mismos y los inversores.  Se trata de uno de los pilares de la economía capitalista que es ahora el rasgo dominante -de hecho, el rasgo prácticamente universal- de la economía global. Ha llevado a una prosperidad creciente, pero también a mayor desigualdad y explotación medioambiental.

Muchos de los emprendedores más exitosos de hoy saben aprovechar las actuales infraestructuras humana, física y tecnológica para crear más valor por un coste menor que la competencia.  Por ejemplo, miles de programadores desarrollan aplicaciones que se pueden “deslizar” rápida y fácilmente en los iPads, smart phones y ordenadores conectados en uso por todo el mundo.  En este caso, el ancho de banda y los aparatos son la infraestructura que aprovechar.


Los emprendedores sociales son personas que se esmeran en crear valor social -dicho de otra forma, solucionar problemas sociales- con muchas de las herramientas que usan los emprendedores tradicionales, pero con un objetivo diferente.  El enriquecimiento personal del emprendedor y el inversor es menos importante que el enriquecimiento de la sociedad en general y los grupos desfavorecidos en particular.  Hay muchas variaciones sobre este tema que reciben distintos nombres: empresa social, negocio social, inversión de impacto y otras.  Pero la idea básica es la misma, y cada vez es más atractiva para una nueva generación de estudiantes y líderes empresariales.  Uno de los mejores análisis sobre este fenómeno es el libro Social Entrepreneurship: What Everyone Needs to Know”, de David Bornstein y Susan Davis, en el que se incluyen casos de estudio fascinantes y una perspectiva histórica.


A menudo, la innovación social se puede convertir en la infraestructura a través de la cual se distribuyen proyectos de innovación social con un impacto mayor.  En otros casos, la infraestructura que generan los gobiernos o el mercado libre puede reducir la fricción distribuyendo incipientes proyectos de innovación social.  Estimo que el sector de las microfinanzas global, que da servicio a más de 150 millones de familias -prácticamente todas ellas vivían por debajo del umbral de la pobreza, con 2,50$/día, cuando empezaron a participar- representa una infraestructura humana y física que puede ser un conducto para diseminar ideas, modelos de negocio e información beneficiosos para la sociedad.

De hecho, cientos de miles de prestamistas que trabajan en las más de 3.000 instituciones de microfinanzas (IMF) en marcha pueden, con la formación y el apoyo adecuados, explicar, distribuir o financiar oportunidades de negocio en microfranquicia, información y servicios sanitarios vitales, soluciones de energía limpia, formas de aprovechar las oportunidades educativas, la participación democrática activa en el gobierno nacional y local, y mucho más.  Algo fundamental es que esta infraestructura puede alcanzar una mayor escala a un coste menor porque requiere muchos menos subsidios externos o ninguno en absoluto, puesto que prácticamente todas las IMF de cierta talla son autónomas, gracias al ingreso de los intereses que perciben de sus prestatarios.

(Ésta es la primera parte de este artículo de Alex Counts; la semana que viene ofreceremos la segunda parte.)

Los emprendedores buscan oportunidades en el mercado que creen valor para los clientes y, de paso, creen riqueza para ellos mismos y los inversores.  Se trata de uno de los pilares de la economía capitalista que es ahora el rasgo dominante -de hecho, el rasgo prácticamente universal- de la economía global. Ha llevado a una prosperidad creciente, pero también a mayor desigualdad y explotación medioambiental.