"Seré tuya por un iPhone"

Ya nos hemos habituado. Los lanzamientos de nuevos iPad o iPhone por parte de Apple implican inevitablemente colas interminables de gente dispuesta a todo con tal de ser los primeros en tener en sus manos lo más nuevo de la casa. No parece importarles pasar varias noches al raso, bajo la lluvia y el viento, con tal de disfrutar antes que nadie los productos recién sacados del horno con el logotipo de la manzana mordida. Estas colas son habituales en Occidente, pero en ciertos países asiáticos parece que la locura por hacerse con los legendarios productos de Apple alcanza límites insospechados. En este sentido, el mundo se ha visto sorprendido al conocer que una adolescente china anunció que entregaría su virginidad al primero que le comprara un iPhone 4.

La virginidad a cambio de un iPhone 4

Era demasiado. La joven adolescente china codiciaba el iPhone 4 y su padre se había negado en redondo a comprárselo, suponemos, que priorizando asuntos más perentorios en la economía familiar. Pero la respuesta no le sirvió a la triste protagonista de esta historia, que no dudó en publicar en Weibo (una especie de Twitter en aquel país), un estremecedor  mensaje: “Entregaré mi virginidad al primero que me compre un iPhone 4”. Segura de lo que estaba haciendo, la joven proporcionó todo tipo de detalles, incluyendo una sugerente foto. Para su sorpresa, fueron más los mensajes negativos que los propiamente interesados por la oferta. “No merece la pena que hagas eso por un móvil”, contestaron algunos con cierto criterio, aunque otros le instaron a “esperar al iPhone 5”, haciendo un poco de broma con el asunto. Aunque también se especula con que su cuenta haya sido hackeada y sea otra persona la que haya publicado ese mensaje. 

Sin embargo, la locura no termina aquí. A comienzos de mes la Red se sorprendió al descubrir que otro adolescente (también chino) había llegado a vender su riñón para comprarse un iPad 2. El affaire se destapó cuando su madre sospechó al descubrir a su hijo con un flamante iPad en casa y una cicatriz de grandes dimensiones en su cuerpo. Preguntado por el asunto, el joven reconoció que vio en el instituto un anuncio por el cual se pagaba dinero a cambio de órganos. Contactó con los responsables de anuncio, una organización ilegal, claro está, y se llevó a cabo la operación por la cual percibió poco más de 3.000 dólares. Ambos casos son la punta del iceberg de un deseo incontrolado por contar con lo último en tecnología que funciona casi a modo de pulsión, en especial entre los más jóvenes. Los trolls no han dejado pasar la ocasión para tirarse los trastos a la cabeza en los comentarios con provocadores mensajes: “por un iPhone no merece la pena, pero por un Android...”